Ana Soria desvela cómo afectó a su salud enamorarse de Enrique Ponce

«Es la mujer de la que estoy locamente enamorado por las muchísimas cualidades humanas que tiene. Podría enumerarlas, pero hay una que está por encima de las demás y es el corazón tan grande que tiene. Siempre está más preocupada por los demás que por ella misma. Y tiene una gran fortaleza. Ha sabido soportar muy bien las injurias y calumnias de alguna gente que, sin conocerla, la ha juzgado por el mero hecho de haberse enamorado de mí. Así que (dirigiéndose a ella) todavía te quiero más», declaraba Enrique Ponce mirando a los ojos de su novia, Ana Soria. La pareja afrontaba su primera comparecencia en televisión y lo hacían para reivindicarse en 'El Hormiguero'. «Tenía ganas de que me conocieran como soy, porque nadie que haya opinado públicamente sobre mí me conoce. La prensa nos ha dado mucha caña y nosotros no hemos querido entrar a nada porque no es nuestro mundo. Queríamos la máxima privacidad posible, pero es verdad que tampoco te dejan elegir, en el momento en que yo me enamoro de él paso a ser alguien conocida», reprochaba la joven.

«Ha habido momentos difíciles. Las injusticias duelen. Nos hemos mantenido siempre en silencio. Tampoco queremos generalizar, ha habido gente que se ha portado bien. Lo más importante es que nosotros sentimos en cariño en la calle y quiero agradecerlo públicamente», manifestaba el diestro que desveló cómo conoció a Soria. «Fui a torear a Almería y estando en el callejón la vi en el tendido. Y me llamo la atención», arrancaba. Su novia aprovechó para apostillar. «¡Hasta el punto de que me di cuenta yo!», precisaba. Ponce continuaba con el relato. «Le pregunté a un amigo a ver si le conocía. Y me dijo que sí, que era la hija de un amigo suyo. Le pregunté cómo se llamaba y la verdad es que hoy en día es muy fácil encontrar a la gente. La busqué y la encontré por Instagram», recordaba desvelando que utilizó las redes sociales para acercarse. «Yo, al principio, estaba confundida, no sabía que me miraba a mí. Y hubo un momento en el que cruzamos mirada, y sentí algo especial. Tenía un brillo en la mirada que a mí se me paró el mundo», reconocía ella.

«Enseguida conectamos. Me pareció una chica muy inteligente y con una madurez impropia de su edad. Y poquito a poco fuimos enamorándonos», aseguraba el matador que, a partir de entonces, dibujaba una 'A' con el pie en la arena cada vez que entraba a una plaza de toros. Lo malo fue que su amor acarreó problemas con los medios. «Nunca estás preparado para algo tan fuerte. Nos imaginábamos que iba a ser noticia, pero que iba a llegar a ese punto, no», admitía Soria. Su pareja iba más lejos. «Una parte de la prensa nos maltrató. Fueron muy despectivos y nos faltaron el respeto. Para ellos éramos personajes y no personas», exponía serio. Y ponía un ejemplo. En su momento, algunos medios informaron de que a ella le habían echado de la plaza de toros de Granada. «Esa es gorda. El colmo de la mala leche. No sé cuánta gente habría allí esa tarde, pero todos son testigos de que no ocurrió nada. Lo que pasó es que él toreaba, yo aguanté su primer toro, pero el miedo que pasaba viéndole hizo que abandonara la plaza y, por no interrumpir, me fui cuando el público estaba pidiendo una oreja. ¿Cómo iba a imaginarme que iban a hacer ese montaje? Se escuchaba al público y, claro, se oían pitidos, y se me ve marchándome. Así que se inventaron que toda la plaza se había puesto de acuerdo para echarme a mí», censuraba. Ponce agregó: «Yo no me lo podía creer. He visto mucha injusticia, pero llegar a inventarse algo así por el mero hecho de hacer daño… ¿En qué cabeza entra?», reprochaba.

Las consecuencias del noviazgo fueron demoledoras para ella. «He ido a terapia. Un profesional es el que mejor va a ayudarte. A él le da igual todo, yo me apoyé mucho en él. Cuando le conocí tenía una carrera muy encauzada, me enamoré y vino la parte de la intensidad mediática», reconoce. Y argumenta por qué el revuelo mediático fue demasiado: «Como personas que somos las cosas afectan, no tenía las herramientas para que esa situación dejara de hacerlo. Nunca estás preparado para algo tan fuerte. Hemos recibido un trato muy malo y despectivo, faltándonos el respeto. Hemos sido personajes y no personas».

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