Ana Rosa anuncia cambios en su vida en su emotivo regreso a la tele: «Es un milagro que esté aquí»

«Tengo una deuda eterna con ese inmenso cariño que me ha llegado de todos ustedes. Desde mis compañeros a personas que no conozco que me han regalado sus oraciones. ¡Hasta el Papa me ha hecho llegar un rosario bendecido! No se imaginan el altar que tengo en casa con estampitas, medallas, libros, música… La cantidad de cariño que he recibido por la calle, por whatsapp, por carta. Y, sobre todo, muchísimo amor en mi casa de mi marido, de mis hijos, de mis amigos… Y sin mis amigas todo habría sido mucho más duro», declaró la comunicadora emocionada.

Ana Rosa era directa y hablaba sin tapujos. «En este momento hay miles de personas pasando por lo mismo. Miles de mujeres que lo están viviendo o lo van a vivir. No pienso guardarme nada, así que a lo largo de la mañana intentaré contar todo lo que ustedes quieran saber sobre este año», anunció. «No puedo decir que estoy curada porque tengo que esperar cinco o siete años para poder decirlo, pero sí he terminado el tratamiento. Por eso estoy aquí».

La presentadora hacía gala de un aplomo importante y seguía con su discurso, esta vez realizando un repaso incisivo de todo lo que ha ocurrido en estos meses en los que ella ha estado ausente. «El gusanillo del periodismo no me ha abandonado, a pesar de que esta vez he tenido que seguir la actualidad desde el sofá de mi casa. He sido testigo en la distancia de cómo estallaba una guerra en Europa, cómo una crisis sin precedentes nos asolaba, récord de subida de la luz, la gasolina… Cómo dimitía el jefe de la oposición, cámo se hackeaban los móviles del Gobierno o la muerte de Isabel II. Y hoy regreso y me encuentro con la crisis de uno de los tres pilares del Estado: el poder judicial», repasaba. Entonces tiraba de ironía para criticar a los gobernantes. «Durante estos meses también he tenido tiempo de ir al mercado y comprobar que estamos ante los precios más caros de la historia y, sobre todo, he escuchado cosas que parecían absolutamente imposibles. Yo le llamo el milagro de las elecciones. Los milagros existen. Es un milagro que en tiempo de crisis se puedan subir las pensiones un 8,5 por ciento, que las autonomías bajen el IRPF, incluso las que lo criticaban… Es un milagro escuchar el anuncio de una ley que desalojará a los okupas en 48 horas teniendo en cuenta que, según parte del Gobierno, este fenómeno no existe. No me digan que no es milagroso que en plena crisis gastemos más que nunca. ¡Y que se rompa el independentismo! Y muchas cosas más. Así que pedid y se os concederá, es el milagro de la multiplicación de los votos y los peces», reflexionó con sorna antes de volver a lo suyo. «Y ahora, muy en serio, milagro es que esté hoy yo aquí, bienvenidos», aseveró.

Joaquín Prat recibió a Ana Rosa con un cálido abrazo tras ver unas imágenes suyas del pasado. «Me veo en esas imágenes morena y no me reconozco», bromeaba Ana Rosa. «Estoy súper nerviosa, ¡si tengo la boca seca! Es muy impresionante volver», remató. Después, saludó a Patricia Pardo, la otra comunicadora del programa que ha sustituido a Ana Rosa. Ambas se fundieron en un emotivo abrazo.

Y tras el protocolo de bienvenida, tocaba ponerse a trabajar. Ana Rosa recibió al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo. Sería una entrevista breve pues el líder de la oposición tendría un encuentro con Sánchez en Moncloa tras la crisis desatada con la dimisión de Carlos Lesmes anoche como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Después, le tocó el turno a Ortega Cano. El torero era la otra gran cara del programa y habló sobre su crisis matrimonial con Ana María Aldón. Desmintió su divorcio y sorprendió con un mensaje a su todavía mujer: «¡Vamos a por la niña!».

Ana Rosa volvía a entrar en escena en la sección más amena del programa. Joaquín le preguntaba por cómo había vivido estos once meses, y ella se lanzaba a contarlo con todo detalles. «He estado muy metida en casa y con la familia. Físicamente me encuentro fenomenal pero no estoy dada de alta. Podré decirlo dentro de cinco o seis años. Una vez que acabas con la quimio o la radio te queda un tratamiento de pastillas y revisiones cada tres meses. No hay que echar las campanas al vuelo», advertía.

La noche de ayer fue especial para la comunicadora. «Ha sido como una primera vez también. Anoche no podía dormir». Ana Rosa recordaba que se sentía igual que en su primer parón, cuando se quedó embarazada en medio del traslado de Antena 3 a Telecinco. Desde entonces, no había faltado nunca a su programa, del que es líder de audiencia desde hace más de una década. Joaquín le preguntó qué sentía y ella, al borde de las lágrimas, reconoció que era «una mezcla de nostalgia, de miedo, de nervios, de emoción...». Y agradeció a los trabajadores de Telecinco, su cariño mostrado. «Desde que he entrado a las siete ya estaban todos mis compañeros esperando. He sentido mucha gratitud. La respuesta ha sido brutal».

«No quería llorar eh. Esta mañana está siendo muy fuerte. Hay que reírse más», le decía Ana Rosa a Joaquín tratando de coger aire. En los once meses de ausencia, Ana Rosa se encerró en su casa por miedo a enfermar y aumentar la duración del tratamiento. «A la mayoría no les he podido ver en estos meses. Estás en tu casa, llega septiembre y los chicos se van a trabajar, a la universidad, al colegio... Y era todo raro. Esta enfermedad no solo es dura, es como que te retira de la vida. Cuando estás con la quimio tienes que tener cuidado con las defensas. He hecho deporte y he cuidado la alimentación pero porque no quería perderme una sesión de tratamiento. (...) Yo me fui de aquí y volví solo un día y esto significa volver a la vida. Bendita rutina»,

La presentadora quiso también agradecer la labor de los sanitarios. «Los médicos son maravillosos (nombra a todo su equipo). Te lo hacen tan fácil... He tenido mucha suerte. Además de los médicos, mi entorno familiar me ha acompañado al hospital en todo momento. Vosotros (los compañeros de televisión), mis amigas... No había día que estaba sola. Nunca he sentido soledad», reconocía.

Joaquín le preguntó si era la misma Ana Rosa que antes, y la presentadora dejó claro que había cosas que cambiar. «Mi vida tiene que cambiar, ya no puedo tener el ritmo de antes. Si estoy aquí es porque les he prometido que me voy a cuidar. Cuando acabe el programa ya descansaré, no voy a hacer nada más. Hay que valorar el tiempo libre». Aunque, esa es su intención, y sabe que le costará cambiar sus hábitos. «Los humanos somos muy idiotas. odos creemos que hemos aprendido mucho pero no lo sé...».

Y los cambios llegarán desde esta misma semana. «Los viernes no curro», le dijo a Joaquín. «Tengo que descansar». El copresentador de 'el programa de AR' recogió el guante con gusto. «Me lo apunto», dijo. Y Ana Rosa cerró su primer programa con un mensaje de agradecimiento a sus compañeros y una llamada al espectador: «Nos vemos mañana».