Alatzne, la concursante vasca que destaca en la edición anónima de 'Secret Story'

Junto a la guipuzcoana concursarán Laila y Nissy, dos hermanas que no se llevan muy bien y llevaban más de tres años sin verse; Carlos, joven que se identifica como persona binaria, «no me considero ni hombre ni mujer», explicaba; Adrián, un profesor de primaria que rechazó 40.000 euros por entrar en la casa (aunque luego la oferta era falsa y en el maletín no había dinero); y Marta, la teniente de alcalde de Torrecilla de Alcañiz, «un pueblo de la España vaciada», según ella misma indicaba.

Carlos Sobera fue dando paso a más aspirantes al gran premio que abandonarán su estatus anónimo para popularizar sus rostros en la denominada telerrealidad. Así, se sumaron a la fiesta Elena, una consultora de ventas sevillana que vive en Berlín; Rafa, fontanero de un pueblo de Cuenca que falsificó su currículo para trabajar haciendo exportaciones de medicamentos; Brenda, una barrendera de 40 años que lleva toda su vida trabajando y que adora el esoterismo; Kevin, un modelo cubano que ahora reside en Barcelona y adora bailar; Alberto, un barista de 36 años que se considera «un payaso», no le importa lo que la gente piense de él y tuvo una pareja durante 15 años con la que contrajo matrimonio y duró seis meses –«te casaste, la cagaste», ironizaba-; Virginia, una guía turística gaditana que ama el color rosa y por eso lleva teñido el pelo de ese color; Colchero, un joven «buscavidas» que trabaja en un desguace cuyo sueño es «salvar tortugas en Australia», confesó; y Héctor, un fotógrafo de Tenerife que tiene 40 años y dice ser «muy sociable».

Con ellos vivirá también Cora, esteticista catalana cuya pasión es bailar twerk. «Soy una 'personaja' a la que le gusta llamar la atención», contaba divertida. Aunque para llamativo, su hermano. El muchacho acudió a plató para apoyarla y montó un numerito que asustó hasta a Mario Vaquerizo. No descartemos que se haga más famoso él sin llegar a entrar a la casa. ¡Ah! Y también está Carmen, una estudiante de matemáticas de 25 años a la que le dan miedo las lagartijas y no calla ni debajo del agua. «Tiene incontinencia verbal», opinaba el marido de Alaska que debutó como tertuliano en plató. Quizá esa verborrea fue la causante de que la audiencia se fijara en ella y la escogiera como primera nominada de la edición, Y disgusto al canto, claro.