Ainhoa Arteta narra en 'El Hormiguero' su experiencia al borde de la muerte

La cantante vasca conversó con Pablo Motos y contaba las secuelas que le han quedado tras pasar varios días en coma inducido, «me salvé por los pelos», aseguraba

Viernes, 4 de febrero 2022, 07:10

«Venimos a celebrar la vida porque casi te mueres». Así arrancaba Pablo Motos la entrevista con Ainhoa Arteta, que reaparecía en 'El Hormiguero' tras sufrir un grave problema de salud que casi acaba con ella. «Fue un cólico nefrítico que se ... complicó y produjo un fallo multiorgánico. Tuve una septicemia y me tuvieron que inducir al coma. Estuve varios días y me salvé por los pelos. Los cantantes nos medicamos muchas veces con antibióticos y mi cuerpo había generado resistencia a ellos. No me hacían efecto, así que me moría. Soy alérgica a la penicilina, pero no quedaba otra y me inyectaron», explicaba. Y aquella decisión la salvó, pero quedaron secuelas.

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A consecuencia del coma inducido y su enfermedad, la soprano vasca perdió un dedo de su mano derecha, «y en los otros llevo injertos», precisaba. Diez días en la UCI le dieron tiempo para observar cómo se trabaja ahora allí. «He podido observar cómo están ahora con el Covid y es inconmensurable el valor de todos los sanitarios y los médicos ante toda esta situación. Yo no tenía Covid y podía ver lo que pasaba. Unas carreras increíbles. En este país los auténticos guerreros están siendo los sanitarios, así que no debe haber recortes en Sanidad», reivindicaba.

Una de las fortalezas de la artista de Tolosa ha sido su cerebro. Y ponía un ejemplo claro para hablar de ello. «Rafa Nadal el otro día no solamente jugó un partido de tenis, nos demostró por qué la fuerza mental es tan importante en estas situaciones. No perdió la esperanza nunca. Y el post Covid, a nivel psicológico, nos pasará factura. No debería estigmatizarse tanto la ayuda psicológica porque es necesaria», apuntó.

Ha perdido una falange de su mano y sufre lo que algunos denominan el 'dolor invisible'. «La mano me sigue doliendo, pero hay que continuar. Y ese famoso dolor neuropático que tiene que ver con el cerebro. Me dolía la punta del dedo que no tengo. Es muy duro porque eso no se va con cualquier medicina», exponía. Motos le preguntó por qué no había querido ponerse una prótesis. «Me daba una pereza horrible porque ya llevaba no sé cuántas operaciones. Y además, soy muy gesticulera y le dije al doctor que seguro que en algún concierto se me escapaba el dedo y teníamos que buscarlo en el escote de la señora de la tercera fila», bromeaba.

Arteta no se amilanó al referirse a su experiencia cercana a la muerte. «No vi un túnel, pero sí me vi en un espacio como azul oscuro y con estrellas. Me veía suspendida allí y con un silencio total. Y de pronto vi pasar una cosa roja por debajo que hacía mucho ruido. Debía de ser el infierno», relataba. La intubación le provocó una lesión en las cuerdas vocales y el pasado mes de octubre se quedó sin voz. De nuevo al quirófano. «Ahí me asusté mucho. Me dijeron que me costaría de seis meses a un año volver a cantar», informaba. Su garra ha hecho que ese tiempo se acorte y en febrero dará su primer recital. «Me ha cambiado el chip muchísimo, ves la vida de otra manera. Hay que vivir y disfrutar del presente. Y mimarse mucho», observaba.

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