Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Donald Trump utilizó sistemáticamente 'Nessun Dorma' en la voz de Pavarotti como lema de su campaña presidencial de 2016 hasta que los herederos del tenor de Módena prohibieron su uso. Ahora se ha visto respaldado por el rapero puertorriqueño Anuel AA, que todavía no ha ... dicho nada sobre el chiste que un cómico soltó en uno de los últimos mítines republicanos en Nueva York. Después de que sonara la balada patriótica 'God Bless the USA', equiparó Puerto Rico con una isla flotante de basura.
El despegue de la candidatura demócrata de Kamala Harris, por contra, se hizo al ritmo de 'Freedom', en una versión enérgica de Beyoncé que actualizaba el himno por los derechos civiles. Las bandas sonoras de ambos partidos reflejaban muy bien el perfil de sus acólitos. Tras la victoria aplastante de Donald Trump, EL CORREO ha sondeado el estado de ánimo de tres profesionales vascos radicados en Estados Unidos que trabajan en el sector cultural.
Votó por primera vez a Donald Trump en 2020 y ahora, que ha repetido, está pletórico. «Antes prefería el partido demócrata y me dejaba llevar por la visión europea. Pero, no, Trump es la única solución. Es una persona del pueblo que ama su país y quiere que los americanos tengan éxito», sostiene el músico Roberto Berrocal (Santurtzi, 1978), entre ensayo y ensayo de un concierto de zarzuela que está preparando en la temporada de Palm Beach Opera, a hora y media de Miami, donde vive desde hace 28 años.
En la ciudad-puerto de Florida es el director artístico de los conciertos que acoge la iglesia católica St. Hugh con el mecenazgo de la marca de pianos Steinway. «Estoy bastante solicitado, sobre todo desde que el Rey de España me otorgó hace dos años la Cruz de Oficial de la Orden del Mérito Civil por mis servicios a la cultura española en el extranjero y mi labor filantrópica con obras de caridad». Todavía no conoce personalmente al líder republicano «pero sí a personas de su entorno y son magníficas». Nada de lo que le rodea le parece «anormal o propio de un fascista». De su discurso político, lo que más le seduce son tres puntos básicos: la bajada de impuestos, la deportación masiva de inmigrantes ilegales y la consigna de América para los americanos, «porque no hay que dispersarse y meterse en guerras que no nos incumben». La victoria republicana es una oportunidad, en su opinión, para el optimismo nacional y la concordia planetaria.
Soltero y sin hijos, tiene la nacionalidad estadounidense desde 2011 y en Miami se siente como en casa. «Si fuera verdad todo lo que dicen algunos medios de Trump, esto estaría lleno de racistas y homófobos. ¡No es verdad! En Estados Unidos se puede ser de color, además de gay o transexual, y también millonario». La retórica de Trump, sus excesos verbales y la inexactitud de los datos que baraja, no le parecen relevantes, «porque lo importante son los hechos y no las palabras, solamente él y su equipo pueden enderezar la economía». Por eso, está convencido de que «si hace lo que promete, en los próximos dos años nada será igual, el país experimentará un cambio radical y será republicano por muchas generaciones».
Ha pasado en Estados Unidos más de media vida. Llegó en 2001 y trabaja como comisaria asociada de las colecciones latinoamericanas en el Instituto de Investigación Getty. «Soy consciente de que tengo una posición privilegiada. En Los Ángeles hay 80.000 personas que viven en la calle. Los hay con problemas de drogas y mentales, pero también familias con niños que duermen en sus coches», detalla Idurre Alonso (Getxo, 1979), durante un breve intermedio de su jornada laboral. En California la población se decantó en su mayoría por Kamala Harris y la ciudad de Los Ángeles tiene una alcaldesa demócrata y afroamericana, Karen Bass.
Desde la irrupción de la pandemia, los precios han subido un 20%, «algo que ni mucho menos se limita a Estados Unidos, lo mismo ha ocurrido sin ir más lejos en México y España, es un fenómeno global». No piensa que la reelección del líder republicano suponga la panacea de nada. Más bien todo lo contrario: «Si la primera legislatura fue peor de lo que nos imaginábamos, ahora seguro que llega más lejos». Dejó el listón tan alto que resulta difícil pensar en más plusmarcas. Entre 2017 y 2020 más de 4.000 niños y niñas inmigrantes fueron separados de sus padres cuando cruzaban la frontera de México y todavía hay 1.300 menores que no han vuelto con sus familias. Su despedida también hizo historia: en 2021 el asalto al Capitolio por una turba de extrema derecha, tras una arenga de Donald Trump que no aceptaba su derrota en las urnas, se interpretó por los servicios de inteligencia de la OTAN como un intento de golpe de Estado.
«El partido republicano ha ganado con un discurso sistemáticamente mentiroso. ¿Qué siento? Una profunda decepción. Va en contra de todo lo que me han enseñado». Casada con un venezolano y madre de dos niños, su familia al completo tiene la nacionalidad estadounidense. Se siente parte de la comunidad con todas las de la ley y le preocupa mucho el futuro. «El factor clave en la victoria de Trump es la desinformación y el poder de las redes sociales. La gente se alimenta de bulos y los metaboliza. Pasan a formar parte de su realidad y se los cree. Los republicanos llevan años preparándose, instigando a la población, con un activismo de base muy agresivo». El partido demócrata, en cambio, se ha puesto a trabajar cuatro meses antes de las elecciones, «porque pensaban que por ser moralmente superiores la gente les iba a votar».
Hace poco más de dos semanas presentó en el Basque Dok Festival celebrado en Azkuna Zentroa su último trabajo, un proyecto audiovisual en blanco y negro sobre los flujos migratorios en América Latina. Riadas imparables de gentes que avanzan desesperadamente, de un país a otro. «Me implico en algo que me apela y en lo que creo. No me siento ajeno a la realidad de los que nada tienen», subraya el productor Jose Muniain (Bilbao, 1960), en conversación telefónica desde su casa en Pittsburgh. Vive desde hace 28 años en Pensilvania y tiene doble nacionalidad.
Casado con una estadounidense, se encuentra muy arraigado en un país que le ha dado muchas oportunidades. Allí han crecido sus dos hijos, en una sociedad multirracial donde el trabajo voluntario es una actividad muy extendida. Niños y adultos están acostumbrados a dedicar parte de su tiempo al bienestar ajeno, ya sea atendiendo a indigentes o visitando a enfermos. «Todo eso no se ha perdido, pero el panorama sí que ha cambiado. Se está girando en una dirección que me hace sentir fuera de órbita. Me siento desencantado, en estado de shock... ¿Dónde estoy? ¿Qué me rodea?». En su opinión, Donald Trump ha conectado con el sentir de una población cada vez más escorada hacia la extrema derecha, muy presente también en Pensilvania, un estado que en 2020 dio el voto a Biden y ahora ha preferido al líder republicano.
«El cristianismo fundamentalista, la xenofobia y las campañas de difamación se han hecho fuertes. ¡Y que no me digan que la economía ha sido un elemento decisivo en la victoria de Trump! Mucho más ha pesado el racismo y la misoginia. Hay un componente irracional que pone los pelos de punta». Un panorama que no le lleva a bajar los brazos. Ciudadano y profesional comprometido, Jose Muniain lo tiene muy claro: «O eres parte del problema, o eres parte de la solución».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.