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Un total de 39 agrupaciones componen la Federación Alavesa de Coros, aproximadamente 1.200 voces a las que hay que sumar todas aquellas que a pesar de reunirse para cantar no están federadas. «En proporción somos muchos, si nos comparamos con provincias cercanas como ... Bizkaia o Gipuzkoa», señala Alfredo Vela, presidente de la institución. Con motivo de su 30 aniversario reunimos a cinco coralistas, desde los veteranos que cantaban canciones de Donnay en la 'Kutxi' a la joven directora del coro góspel, una de las últimas incorporaciones al colectivo popular musical.
Estíbaliz Urquiza es la única de este quinteto que se dedica profesionalmente a la música, es profesora en el estudio Oh! Singers ubicado en Dendaraba y además dirige el coro góspel de Vitoria Joyful Gospel Choir. «El coro surgió hace un par de años después de que la Federación organizara un curso de góspel y ahora somos unas 54 personas, hacemos actuaciones y conciertos benéficos. Sobre todo en teatros porque para nuestro sonido resulta mejor que las iglesias», explica esta titulada en el Conservatorio Superior de Música Pablo Sarasate de Navarra.
Juantxu Manzarbeitia | Itzalde Abesbatza de Okondo
Andrés Ruiz | Coro Dultzinea
La media de edad de su 'equipo' es bastante inferior a la de los de sus compañeros de conversación, que en este sentido le miran con cierta envidia. «La más joven tiene 16 años y la media estará en unos 30 o 40», revela Estíbaliz. En sus pases están acompañados por un grupo de músicos profesionales y lucen coloridas vestimentas diseñadas por una modista africana afincada en la capital alavesa. Lo suyo va de pasarlo bien y hacer disfrutar al público. «La verdad es que dirigir un coro ha resultado una experiencia muy, muy interesante y se aprende muchísimo cada día. Se conoce mucha gente y pica un montón», reconoce.
Sentado frente a ella, Andrés Ruiz comparte la idea de que pertenecer a un coro «engancha mucho». Hace 8 años entró a formar parte junto a su mujer de la coral Dultzinea, creada por familias del colegio Miguel de Cervantes –de ahí su nombre– y ahora, ya jubilado, se ha convertido en una de sus principales aficiones. «No hace falta ser un Plácido Domingo ni una Montserrat Caballé para formar parte de un coro, con tener un poco de oído es suficiente», señala Andrés, que anima a los más jóvenes a que prueben. «En nuestro coro todos peinamos canas, hace falta que entren las nuevas generaciones».
Iñaki Jiménez | Coro Oskarbi
Carmen Fernández | Coro Enol
A sus requisitos para pertenecer a una coral, Carmen Fernández añade la disciplina. «Es muy diferente cantar en un coro que hacerlo en un karaoke. Pero también es muy grato, yo he vivido momentos muy alegres y emocionantes desde que me metí a ello», cuenta esta asturiana integrante del coro Enol. Con sus compañeros ha recorrido buena parte de España y hasta Austria, uno de los viajes que recuerda con cariño. Pero los años no pasan en balde. «Con el paso del tiempo se va notando mucho la pérdida de voz, hay que tener cuidado de no cantar en exceso antes de los conciertos», confiesa esta soprano, «cantarina desde niña».
Estíbaliz Urquiza | Joyful Gospel Choir
Iñaki Jiménez es, dentro de los veteranos coralistas, un 'novato'. Fue hace tres años cuando se decidió a dar el paso y entró como miembro del coro Oskarbi, que ha actuado en el Teatro Principal, el Conservatorio Jesús Guridi y en intercambios con varios coros del país. «Siempre me ha gustado mucho la música y con 40 años me decidí a estudiar solfeo. Veía ensayar el coro en la iglesia de Jesús Obrero pero no me pude apuntar antes porque daba clases en horario nocturno», cuenta este profesor jubilado. Ellos cantan casi siempre sin partitura y tienen un repertorio de lo más amplio que incluye canciones en euskera, inglés, italiano, hebreo y hasta una en maorí. «De joven cantaba canción protesta con mi guitarra por los pueblos. Lo del coro es muy diferente, más organizado y estricto», sonríe Iñaki.
Ratifica esta última opinión Juantxu Manzarbeitia, que con 63 años es «uno de los más jóvenes del equipo» en la Itzalde Abesbatza de Okondo. Hace unos seis años que se incorporó a una coral que ha viajado por Austria, Viena, Praga, Italia, Francia o Portugal. «Siempre me ha gustado cantar y ahora canto lo que me dejan», bromea Juantxu, que ya tiene quien le recoja el testigo, un nieto que le acompaña a los ensayos. «Nos lo pasamos muy bien y hay muy buena armonía en el grupo. Ahora el reto es atraer a las nuevas generaciones», señala. Para él fomentar esa pasión por la música que demuestra cuando habla es fundamental. «Se debería obligar a los niños a aprender más música en la escuela, como se estudian las matemáticas», asevera con rotundidad.
La Federación Alavesa de Coros celebrará hoy su 30 aniversario con un concierto en el Conservatorio de Música Jesús Guridi a partir de las 19.30 horas. Durante el acto, presentado por el antropólogo Jesús Prieto Mendaza, habrá también tiempo para recordar la historia y anécdotas de la institución. Participarán en una tertulia Sabin Salaberri, Manu Sagastume, Jesús Etayo, José Ramón Peciña y Jesús María Estarrona.
Los coros Samaniego, Araba y Manuel Iradier interpretarán cada uno tres canciones sobre el escenario y el 'Agur Jaunak' conjunto, pero el recital no acaba ahí. Actuarán además el grupo de danzas Jeiki, el grupo de trikitixa de la escuela de música de Agurain y el grupo de txalaparta Txalamako. El acto pretende ser un homenaje a las 1.200 personas que integran las 39 corales federadas en el territorio. El aforo estará preparado para algo menos de 650 espectadores y para acceder es necesaria invitación.
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