Transgresoras por oficio

Aunque no haya pícaras de fama las hubo de carrera: alcahuetas, magas, pedigüeñas, truhanas, falsas devotas… Supervivientes que 'viven del aire' y, con ellos, forman toda una capa social. De eso habla 'Malvivir', del competente Álvaro Tato, con retales de la novela 'La hija de Celestina' y de obras del género: 'La niña de los embustes', de Castillo Solórzano, 'La pícara Justina', de López de Úbeda, o coplillas de Quevedo.

Dos paneles, chasis móviles, tarimas, indumentarias. Algún pasaje lo redondean sombras chinescas de las propias actrices Marta Poveda y Aitana Sánchez-Gijón. El super/hombre/orquesta Bruno Tambascio -teclado, panderos y sonajas de mango, además de vocalista y guitarrero…- mueve lo que valdría a un tinglado de títeres o una copla de ciego.

El dúo multiplicado dice y canta casi ingrávido y borda técnicas de clown, danza, saltimbanqui, con actrices de facultades admirables. Hay un cordel mágico, pasajes graves con el garrote vil, ingenio mímico, duetos magistrales como la lección del ama a la criada, méritos de la directora Yayo Cáceres. Y recuerden el nombre de Marta Poveda. Una fiesta.