La voz crítica de una nueva generación
'Tiempo de silencio' ·
La novela atrapa el alma de una época y de un país, aquella España grisácea'Tiempo de silencio' ·
La novela atrapa el alma de una época y de un país, aquella España grisáceaEs una de las paradojas de nuestra época. Nos pasamos todo el día hablando de la dictadura franquista, pero una obra literaria que la retrata de la manera más gráfica y fidedigna, como es el caso de 'Tiempo de silencio', permanece apartada, aislada y solitaria como un tótem narrativo, un monumento sagrado, un monolito enigmático en medio de un jardín. Con esa novela, publicada en 1962, las generaciones españolas nacidas en la etapa democrática mantienen (ya sé que estoy generalizando) una confusa relación de desconocimiento, respeto o distante veneración. Y, sin embargo, sería para ellas muy pedagógico y estimulante que se zambulleran en sus páginas. De ese modo, dejarían de hablar del franquismo de oídas y lo conocerían de primera mano, a través de un testimonio impagable y más elocuente aún que la crónica histórica o periodística, porque la buena literatura sabe atrapar no ya las imágenes, los hechos y las circunstancias, sino el alma de un tiempo y de un país. El alma de aquella España grisácea que ya no era la de la inmediata posguerra, pero tampoco la desarrollista que nacería inmediatamente después con el Plan de Estabilización, es la que supo atrapar Luis Martín-Santos en esa magnífica novela de referencia sobre el 'Tiempo de silencio' que le tocó vivir y que conoció.
Publicidad
Por otro lado, a esas nuevas generaciones, a las que hoy se les brinda con demasiada frecuencia un tipo de novela tan ideologizada y reivindicativa como aligerada en su nivel de exigencia literaria, relajada en el estilo y descongestionada en sus contenidos, no les vendría mal tampoco conocer con qué laboriosidad se escribió en aquellos años un tipo de novela contestataria no reñida con la calidad. Y es que 'Tiempo de silencio' fue un antídoto contra el mutismo. Fue y es, ante todo, un libro elocuente e insurgente, revolucionario no solo en el sentido vanguardista ni en el aspecto estrictamente formal. Es una novela que, en aquellos inicios de la década de los 60, rompe el silencio impuesto por la dictadura, y también por el realismo objetivista que se limitaba a mostrar la realidad de un modo impersonal, que conllevaba la previa renuncia a dar la opinión.
En esta novela, el narrador opina de todo y sobre todo. Es la voz de un social-demiurgo. Lo hace cuando ese narrador es Pedro, el joven médico que investiga precariamente, sin los medios necesarios, las células cancerosas, o cuando la narración pasa de esa primera persona a una tercera omnisciente que no deja tampoco de opinar. Es un texto que se explaya, informa y reflexiona cuando nos lleva desde ese laboratorio a la pensión donde se hospeda nuestro hombre; a los ambientes burgueses e intelectuales; a la chabola del Muecas y a la sórdida escena de la hija de este desangrada por la práctica brutal y casera de un aborto; a los bajos fondos madrileños y a una detención policial en la que Luis Martín-Santos vierte algunas dosis de su propia experiencia autobiográfica en los calabozos de la Dirección General de Seguridad; al contacto con un mundo de prostíbulos y lumpen en el que el novio pendenciero de la chica fallecida por la interrupción clandestina del embarazo acaba sembrando, enloquecido, más tragedia a su alrededor.
La definitiva importancia de 'Tiempo de silencio' en la historia de nuestra literatura reside en que presenta un fresco social de un oscuro y opresivo momento de la vida española; en que introduce elementos experimentales como el monólogo interior joyceano, que profundiza en una versión subjetiva del material narrativo, o como el perspectivismo faulkneriano, que nos brinda, al contrario, múltiples y distintas versiones de ese mismo material, así como en que en esa novela se concilian vanguardia y tradición. Ha sido Alfonso Rey, responsable de una conocida y rigurosa edición de esa obra, quien ha visto en ella rasgos neobarojianos en el Madrid socialmente conflictivo que retrata. En este sentido podría añadirse que el propio perfil de su héroe antiheroico, un médico que acaba destinado en provincias, recuerda al personaje de 'El árbol de la ciencia'.
Otro aspecto innovador de 'Tiempo de silencio' es la digresión, un aspecto que Luis Martín-Santos compartió con Juan Benet. Pero si en este último ese discurso digresivo se dirige hacia la interioridad del escritor, en Luis Martín-Santos se proyecta hacia fuera. Sus digresiones miran a la sociedad, a sus paisanos, a aquel país, a todas las capas sociales que lo componían. Las juzga con su sonrisa pesimista, sus ironías dolorosas, sus sarcasmos lacerantes.
Publicidad
La herencia de Luis Martín-Santos ha sido sobre todo moral. Sus escasos ecos literarios pueden quizá rastrearse en el Espinosa de 'La fea burguesía' o en el Chirbes de 'La larga marcha'. Pero lo más importante de su 'Tiempo de silencio' es que encarna la voz crítica y moderna de una nueva generación, su conciencia y su consciencia de la España de aquel tiempo, de la sordidez y del deseo de apertura, de libertad, de cambio. Es la antítesis de la voz engolada, hueca y triunfalista del NODO cuando ese investigador ve que se han acabado los ratones importados de Estados Unidos en su laboratorio y suelta esas palabras inolvidables: «¿Quién podrá nunca aspirar otra vez al galardón nórdico, a la sonrisa del rey alto…?» Han pasado más de 60 años desde que un joven escritor y médico se hizo esa pregunta, que a mí me parece que resume su legado todavía vigente y que hoy tristemente, a pesar de la democracia y del progreso que hemos alcanzado, nos podemos seguir haciendo.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.