El universo onírico de Roger Dean
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'Tales From Topographic Oceans' es una colosal sinfonía moderna de 1973, para la que el dibujante británico creó un mundo de imágenes emocionales inigualables en el rockSecciones
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'Tales From Topographic Oceans' es una colosal sinfonía moderna de 1973, para la que el dibujante británico creó un mundo de imágenes emocionales inigualables en el rockTal día como el pasado jueves, pero hace cincuenta años, el rock progresivo alumbró una obra cumbre tan difícil de superar como de sonar hoy en Spotify: 'Tales from Topographic Oceans', el doble album de Yes compuesto sólo por cuatro temas de entre 18 y ... 21 minutos de duración cada uno basado en las Escrituras Sánscritas y las reflexiones del gurú hindú Paramahansa Yogananda. Así dicho en la era de Bad Bunny, todo esto puede sonar al argumento de una película indie protagonizada por Nicolas Cage. Pero no hay tantas experiencias más cercanas a la pura música, salvo la ópera, los clásicos o el jazz, que este delirio creado por cinco músicos y un ilustrador en estado de gracia.
Multidisciplinar. Nacido en Kent en 1944, posee una larga carrera como, ilustrador, publicista, diseñador y arquitecto.
Grupos. Portadas para Atomic Rooster, Osibisa, Magna Carta, Uriah Heep, Yes, Asia, Billy Cox, Budgle, Greenslade, John Lodge, Steve Howe y otros artistas, además de la Motown.
Museos. Ha expuesto sus diseños arquitectónicos y de mobiliario en el Museo Nacional de Arte y Diseño de Londres y la Royal Academy.
'Tales from Topographic Oceans' ha sido catalogado como un alarde de virtuosismo sonoro y el comienzo de una revolución en el diseño de portadas. Esto último se debe al talento de Roger Dean, un joven británico que pasó de diseñar interiores a convertirse en un visionario de la ilustración orgánica y el actual arte digital. Hay un consenso amplio de que el director James Cameron se 'inspiró' en su universo fantástico para crear la Pandora de 'Avatar'. El dibujante le demandó en 2013, pero un juez rechazó el caso al considerar que no había suficientes pruebas de un plagio.
Roger Dean nació en 1944 en Kent en el seno de una familia cuyo padre era ingeniero militar. Creció en las bases del ejército británico en el Mediterráneo y Asia, lo que le permitió formarse en culturas como la china y la griega y empaparse de los arcanos de las civilizaciones clásicas. Los motivos mitológicos, la épica de los guerreros antiguos, los paisajes ingrávidos, la fantasía del sci-fi, los bosques mágicos y los escenarios oníricos son elementos claves de su producción caleidoscópica y querida si se piensa que cien millones de personas poseen uno de sus carteles o portadas.
Posiblemente, nunca un artista ha estado tan ligado a la comprensión de un género musical. El pintor del rock progresivo encarna una imagen de marca para miles de melómanos. En su trabajo con Magna Carta, por ejemplo, enseguida aparecen los árboles y otros motivos naturales, reveladores de un disco plagado de canciones prog fusionadas con folk rock. Con Uriah Heep, banda más orientada al hard rock, sus ilustraciones se llenan de rocas, brujos y guerreros. En cambio, con el primer disco de Asia en 1982, una colección de canciones confeccionadas por músicos de Yes, King Crimson, The Buggles y Emerson, Lake & Palmer, el británico optó por una mayor ligereza y simplificación sin renunciar a sus códigos, acorde a la mayor comercialidad del repertorio: una serpiente marina emergiendo del océano en pos de una esfera.
Roger Dean se cruzó en el camino de la música en 1969. El joven interiorista decoraba el reservado del club londinense Ronnie's Scott Jazz cuando conoció al mánager de The Gun. A éste le gustaron sus ideas y le pidió que realizara una carátula para un LP de los hermanos Gurvitz. El dibujo, un conjunto de seres infernales envueltos en una nube roja sobre un cielo nocturno, llegó a manos del multimillonario Richard Branson. Le entusiasmó y decidió contratarle para crear el logotipo de su nuevo sello discográfico: Virgin Records. La fama de Roger comenzó a extenderse. Los encargos le cayeron como fichas de dominó y acabó en la oficina de Yes para ilustrar su debut de 1969. Nunca más lo soltarían.
En 1972 las enseñanzas del guru Yogananda cayeron en manos de Jon Anderson, el cantante de la banda, y le fascinaron de tal modo que el grupo se puso a pergeñar un gigantesco disco dividido en cuatro capítulos. Tampoco era el libro de un cualquiera, Quizá a los más veteranos les suene el nombre de Paramahansa Yogananda como el del introductor del yoga en Occidente en la primera mitad del siglo XX.
'Tales From Topographic Oceans' se cocinó durante una gira en la que Roger Dean acompañó al quinteto. Al principio apenas hubo intercambio de ideas. Las crónicas lo atribuyen a un pastel de hachís introducido clandestínamente en el avión. Así que el milagro creativo tuvo que esperar varios vuelos más trufados de conversaciones con Jon Anderson. Merecio la pena.
La orgánica portada soluciona el reto inédito de ilustrar conceptualmente un álbum doble de rock sinfónico en los 70. Las primeras carátulas entendidas como un elemento que otorga valor añadido al álbum datan de la década de 1930. Pero hay que entender que cuarenta años después seguía sin existir software ni bancos de imágenes y las referencias pasadas tampoco valían en la poderosa hermandad musical de la psicodelia. Quizás el mayor personalismo hasta el momento lo representaba Jim Flora, portadista para RCA y Columbia Records cuyos identificables dibujos conectaban a la perfección con el repertorio de los discos que le encargaban. Otro ejemplo posterior sería el de Derek Rigss con Iron Maiden.
Dado lo inusual de que una compañía grabase un doble disco progresivo, Yes quiso que el envoltorio fuera una obra maestra del arte plástico que pusiera contenido y continente al mismo nivel. Así que Dean se enfrentó a un desplegable que debía mostrar las cuatro ideas filosóficas reflejadas en las otras tantas canciones del álbum, pero que además conformasen un retablo armónico.
La sensación del conjunto es la de una gran fantasía onírica, pese a que todos sus elementos proceden del mundo real: desde la cascada -obtenida de una existente en Yorkshire- hasta las alineaciones pétreas de Stonehnege y Glastonbury o el templo de Chichen Itzá. Como colofón, la obra incluye sendas concesiones a la lisergia, con una bandada de peces nadando en el aire, y la astrología, al plasmar las constelaciones correspondientes a los signos zodiacales de cada músico.
«No hay nada en ese portada que me haya inventado. Todo lo que hay ahí es la representación de algo real». explicó más adelante el autor en una entrevista. Invirtió doscientas horas de trabajo. Utilizó lápiz, tinta, acuarelas y, finalmente, acrílico. Una notoria proeza a principios de los 70.
A Dean se le considera el sexto miembro de Yes. Ha ilustrado su discografía. Se ha convertidoen el plus añadido a su música. El artífice de que cualquiera que entrase en una tienda de discos -cuando existían, qué feliz prehistoria-pudiera distinguir en las aborratadas estanterías el último LP de la excelsa banda británica de un solo vistazo. Muchos aficionados compraron 'elepes' de música progresiva por tener sus dibujos.
'Tales From Topographic Oceans' fue importante por muchos motivos. Jon Anderson, Steve Howe (guitarra), Chirs Squiere (bajo), Rick Wakeman (teclados) y Alan White (batería) explotaron su maestría y adicción (legal) a la improvisación. Algunos pasajes han sido comparados con Prokófiev, Stravinsky o Mahler. La grabación fue infernal. Se prolongó seis meses, el productor cortaba metros y metros de cinta de los ensayos y Wakeman acabó tan hartó que un año después dejó el grupo. Anderson y Howe, mientras tanto, hablaban de dietas vegetarianas.
Es muy posible que el cincuentenario haya pasado inadvertido para la industria musical, las plataformas digitales y una lista Bilboard que este mes pasado declaró como sus principales estrellas a Morgan Wallen y Taylor Swift. Pero ya se ha dicho que esta historia va de veteranos. Pese a su densidad, el álbum vendió 500.000 discos en la preventa, y eso que la competencia resultaba feroz. Ese mismo diciembre Pink Floyd editó 'The Dark Side of the Moon' y Mike Olfield reinaba entre los álbumes-preferidos-de estas-Navidades con 'The Tubullar Bells'.
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