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Luisa Idoate
Viernes, 28 de abril 2023, 17:27
Los escritores Patrick Kavanagh y Flann O'Brien impulsan en 1954 una ruta que dublineses y visitantes recorren anualmente en honor del 'Ulises' de James Joyce. Repiten el itinerario de su protagonista Leopold Bloom por las calles de Dublín el 16 de junio de 1904, ... día en que comienza y termina la novela; y fecha en que Joyce sale por vez primera -y posiblemente íntima- con su mujer, Nora Barnacle. Lo llaman Bloomsday, un juego de palabras entre el término inglés Doomsday (Día del Juicio Final) y el apellido Bloom. Visten al estilo eduardiano. Americanas, faldas tobilleras, chales, sombrillas, canotieres, gafas redondas; el camisón largo y con manga de la señora Bloom, que ese día está indispuesta y se queda en cama; la pajarita celeste y la flor roja del ojal de su amante, Hugh 'Blazes' Boylan. No escatiman detalles para homenajear al Dublín que Joyce usa como personaje y el 'Ulises' inmortaliza.
Se fotografían en la puerta del número 7 de Eccles Street, lo que queda de la casa de Bloom. Como él, desayunan riñones de cerdo fritos, que sirven casi todos los cafés de la ciudad previsores de la celebración y de la caja. En la farmacia Sweny's de Lincoln Place, compran la pastilla de jabón de limón que le lleva a su mujer, Molly. Saborean su almuerzo habitual en Davy Byrne's Pub: sandwich de queso gorgonzola y una copa de vino de Borgoña o cerveza Guiness. En Hardwicke Place, escuchan el repiqueteo nocturno del carrillón de la iglesia de Saint George, que Bloom tararea en el libro: «Dingdón, dingdón». Y por la James Joyce Street llegan al antiguo Monto, el barrio chino de Dublín, donde perdió la virginidad Joyce, que describe en el libro «la entrada al Nighttown (la ciudad nocturna) por Mabbot Street». Salen del casco urbano y alcanzan la torre Martello, en la playa de Sandymount, donde comienza la novela y Bloom admira los fuegos artificiales junto a Gertie McDowell. Repiten el Bloomsday año tras año y hacen real la frase de Joyce: «No hay pasado ni futuro, todo fluye en un eterno presente».
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