Tragedia, consuelo y energía

No solo hay numerosos puntos en común en el planteamiento de ambas orquestas. También coinciden en anteponer los programas a las figuras. Por eso el interés de la temporada está mucho más en el descubrimiento de algunos compositores, el estreno de un puñado de obras y la configuración singular de algunos programas que en los nombres de solistas y directores invitados. Hay algunas figuras interesantes pero este no será un ciclo que los aficionados recuerden por la sucesión de estrellas. Lo que no debe servir para prejuzgar el resultado, claro está.

En seis de los diez programas de la Euskadiko Orkestra sonarán algunas de las mejores sinfonías de todos los tiempos: por orden cronológico en cuanto a su creación, la Quinta de Beethoven, la Cuarta de Chaikovski, Octava de Bruckner, Quinta de Mahler y 8 y 15 de Shostakovich. Si a eso se suma 'Doctor Atomic Symphony' de John Adams, 'Don Juan' de Strauss y 'Carmina Burana' de Orff, el aficionado se hace una idea de la densidad que ofrece la temporada.

Además hay tres estrenos, una cifra elevada si se piensa que la temporada comprende solo diez conciertos que se repiten casi idénticos en las cuatro sedes de la formación. Se trata del cierre del Proyecto Elkano ('Lorratz' de Zuriñe Gerenabarrena) y de dos encargos compartidos, una fórmula usual en el mundo de la lírica pero mucho menos en el de la música sinfónica. Gary Carpenter traerá 'Mamu Kantak (Ghost Songs)', que ha creado también para la Royal Scottish National Orchestra, la City of Birmingham y la Royal Liverpool. Y Ramón Lazkano aporta al programa 'Mare Marginis' que es en realidad un concierto para piano, encargado también por Radio France y la Orquesta de la Radio de Colonia.

Junto a ellos hay una colección de nombres infrecuentes: Veprich, Walker, Dzenitis e incluso Korngold, poco interpretado por aquí y de quien además abordarán su Concierto para violonchelo, mucho menos conocido aún que los de violín o piano. En el apartado de solistas, destacan el violinista Frank Peter Zimmermann, un habitual ya en este ciclo, así como los pianistas Alexandre Tharaud, Alexei Volodin y Yulianna Adveeva y la chelista Anne Gastinel.

En la BOS, hay un concierto que desde ahora mismo promete llenar la sala los dos días de función: se trata de la interpretación en vivo durante la proyección de la banda sonora de la primera entrega de 'El señor de los anillos', firmada por Howard Shore. Tras las experiencias anteriores con 'West Side Story' y 'Cantando bajo la lluvia', y dado el elevado número de fans de la obra de Tolkien llevada al cine por Peter Jackson, el pronóstico no es arriesgado.

Lógicamente, en los 17 conciertos del ciclo hay muchas cosas más. Lo primero, esa base de gran sinfonismo que conjugada con la de la Euskadiko Orkestra forma pequeños ciclos: la Novena de Bruckner, la Nº 3 de Copland, 'Muerte y transfiguración' de Strauss, la Nº 5 de Schubert, la primera de Sibelius y la Nº 5 de Vaughan Williams. Entre ambas formaciones ofrecerán también los dos conciertos de Chopin (la Euskadiko el Nº 1), el alma rusa estará muy presente con los conciertos para violín de Jachaturian y Shostakovich y un compositor muy poco habitual, un ucraniano distinguido por el Gobierno soviético y enterrado en el bellísimo convento de Novodevichi, en el corazón de Moscú, tendrá un protagonismo grande: Glière.

Falla tendrá también una presencia muy importante, a través de una obra creada para un grupo de marionetas, y de esa forma será interpretada: 'El retablo de maese Pedro', con la compañía Per Poc. Un concierto tan singular como el que contará de solistas con los integrantes del grupo Brass for Africa. Una propuesta justo antes de Navidad reunirá a la BOS con la Banda Municipal, un grupo que durante veinte años formó una unidad con la orquesta. Otra rareza: el Cuarteto Casals asumirá el papel solista en 'Absolut Jest' de Adams, otro compositor apenas escuchado por aquí que este año estará por partida doble, en los atriles de ambas orquestas. Y un estreno de relieve: el del Concierto para piano de Erkoreka, con Alfonso Gómez al teclado.

Entre los solistas invitados están, además de los citados, los pianistas Garrick Ohlsson y Nobuyuki Tsujii (un artista ciego que se atreve nada menos que con el Nº 2 de Rachmaninov, palabras mayores), la concertino directora Lorenza Borrani, la arpista Marie-Pierre Langlamet y la joven soprano Jone Martínez, que también figura en el elenco de la Euskadiko Orkestra.

Esta debe ser una temporada normal en la que las orquestas puedan dedicarse a tratar de recuperar el público perdido durante la pandemia. No será una tarea fácil. Los programas propuestos por ambas son atractivos. Pero romper la inercia de dos años y medio es complicado.