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LECTURAS

Contra todos los tópicos

Sánchez-Andrade renueva la novela de carretera contando el viaje de dos ancianas en un viejo Volkswagen

Viernes, 11 de agosto 2017

En una época como esta, tan poblada de lugares comunes y creadores de ficciones que, como los analistas de la realidad, no salen del ‘sota, caballo y rey’, se agradece una novela que parece perpetrada para sabotear todos los tópicos, como es el caso de ‘Alguien bajo los párpados’, la última entrega de Cristina Sánchez-Andrade. El primer tópico que cae en su lectura es que el ‘road movie’ sea un género para jóvenes. Las dos heroínas que en ella emprenden una alocada travesía en un viejo Volkswagen escarabajo por Santiago de Compostela y sus alrededores no tienen la edad de Thelma y Louise. Son dos ancianas, doña Olvido y su sirvienta Bruna, que llevan casi seis décadas viviendo juntas y que se meten, cargadas con un misterioso y aparatoso bulto, en esa aventura a la que llaman ‘la expedición’ porque temen que ya no les quede mucho tiempo de vida.

Alguien bajó los párpados

  • Autora Cristina Sánchez-Andrade

  • Novela Ed. Anagrama. 336 páginas. Barcelona, 2017

  • Precio 19,90 euros. (ebook 9,99)

Otro tópico que se liquida esta novela es que el humor no sea conciliable con la literatura ‘seria’ y el tratamiento de los grandes temas trágicos: la soledad, la pérdida de los otros, la enfermedad, el asesinato… Sánchez-Andrade ha escrito una obra llena de episodios rocambolescos pero en los que la voz de tercera persona sabe adentrarse en las realidades más descarnadas de la existencia con una nitidez y una franqueza que sobrecogen y conmueven. Conmueve la relación que tienen ambas mujeres. Doña Olvido no abandona nunca su estatus superior y nunca tiene una palabra o un gesto afectuosos para esa criada que es la persona más importante de su vida y que la conoce mejor que nadie, pero la novela se abre con una escena en la que Bruna se mete con naturalidad en la cama de la señora y conversan ambas como dos niñas que conjuraran el miedo en la noche. Sobrecogen los recuerdos y los secretos que se remontan a la Guerra Civil y que van siendo desgranados, con un dominio técnico que mantiene la atención del lector hasta la última página del libro.

La narrativa que se ha escrito en España sobre la contienda del 36 ha incurrido con frecuencia en un defecto que se sumaba al del maniqueísmo y que abundaba en este: el de mirar al pasado con una mentalidad de hoy y a la luz de unos valores de la corrección política que entonces no estaban vigentes en ninguno de los dos bandos. Se suele ignorar, por ejemplo, algo tan obvio como que también existían diferencias sociales dentro de la izquierda republicana e incluso un clasismo que podía llegar a ser muchas veces simétrico al de la derecha más conservadora. En este sentido hay que decir que ‘Alguien bajo los párpados’ constituye una afortunada excepción. El hecho de que el marido de doña Olvido fuera un abogado que se identificaba con el Frente Popular no es un factor que rompa la barrera de clase que separa a las dos mujeres. Más aún, es precisamente esa relación la que hace de esta una novela profundamente realista pese a su comicidad o a sus derivas hacia el realismo mágico. Es esa relación que suena a verdad la que la hace más realista que muchas novelas en las que no hay ningún acontecimiento extraordinario, ninguna gaviota que se pegue al techo de un coche.

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