En Joker. Raisa Álava, Josune Urrutia, Mikel Begoña, Fernando Tarancón, Elizabeth Casillas y Álex Orbe, a sus anchas en la librería. Iñaki Andrés y Bernardo Corral
CÓMIC

Mucho talento, poca industria

Efervescencia y precariedad. El cómic vive un gran momento creativo con oferta para todo tipo de público, pero es difícil rentabilizar cada título que llega al mercado

Viernes, 14 de marzo 2025

Territorios siempre ha dedicado espacio al cómic y es un escaparate ideal para explorar un medio en constante movimiento, que en los últimos tiempos genera ... cada vez más expectación con el formato de la novela gráfica como punta de lanza. Sin embargo, mientras las viñetas van ganando terreno en los medios y en los espacios de venta, más allá de las librerías especializadas, la sensación no es tan optimista en el sector profesional: queda mucho por avanzar para esquivar una crisis perpetua, aunque los tebeos ya no sean «cosa de niños» en el sentir popular. La precariedad de muchos artistas que viven, o pretenden vivir, de dibujar es una realidad que la efervescencia creativa actual no logra liquidar. Vivimos un momento fantástico en cuanto a diversidad de títulos en el mercado, experimentación e inventiva, con materiales de interés abriéndose camino cada día en la lista de lo más vendido. Sin embargo, ¿vivir de la historieta es una quimera?

Publicidad

Álex Orbe trabaja como dibujante, pero no se dedica exclusivamente al cómic. «Mi padre nos hizo ser dibujantes a todos en casa porque nos traía todos los tebeos que se publicaban de Bruguera, Astérix, Lucky Luke…», recuerda. «Como no había móviles ni televisión como ahora, nos pasábamos el día copiando viñetas». Gracias a su hermano mayor, entró a trabajar en el ámbito de los dibujos animados. «En un momento dado necesitaron gente, hice unas pruebas y acabé entrando. Me formé en la animación, aunque siempre he querido hacer tebeos. De ahí fui saltando a la ilustración, la publicidad… Todo relacionado con el acto de dibujar». Elizabeth Casillas empezó a leer cómic ya en la universidad, títulos como «'Persépolis', de Marjane Satrapi, cuando salía en tomos. Fue mi primer contacto real con el medio. Desde entonces, no he parado de leer hasta hoy. Nunca pensé que me iba a dedicar a ello». Acabó en el mundo del cómic «huyendo de otros sitios. Me dejé llevar hasta que me di cuenta de que era el lugar donde quería estar desde el principio. Estudié Periodismo y pronto me vi trabajando en un medio digital. Me atrajo la divulgación de cómic y acabé como editora. Una visita a Angoulême me cambió la vida. Me interesé por la investigación como guionista». El caso de Mikel Begoña es peculiar. «Trabajo de bibliotecario y eso me permite acceder a muchos títulos y me da libertad para hacer lo que me gusta, ya que no dependo del cómic económicamente», subraya. «Soy totalmente autodidacta. Me gusta enfocar el cómic desde un punto de vista histórico y me di cuenta de que en el cómic en euskera no había apenas este enfoque. Me interesaba como guionista».

«De chaval leía muchos tebeos, sobre todo Bruguera», continúa Begoña. «A finales de los 90 descubrí otro tipo de cómic. Viajando un fin de semana a Baiona, vi una tienda inmensa. Comprobé que había cómics de todos los temas y de todo tipo». Raisa Alava, la más joven del grupo de contertulios, recuerda haber leído desde siempre. «Soy de un pueblo pequeño, Zuaza, en Amurrio, y la ventana al mundo era al quiosco», rememora. «Mis padres se compraban el periódico y a mí me compraban un tebeo, que generalmente era 'Mortadelo y Filemón'. El origen fue Ibáñez». Estudió Bellas Artes y se especializó en grabado. «Dentro del dibujo lo que más me interesa es la línea. Me gustaba el cómic, pero no sabía cómo trabajarlo. Me apunté a un curso de postgrado en la escuela Elisava de Barcelona, donde aprendí mucho. Colaboraba gente del medio, era muy real. El cómic te abre puertas para otras maneras de dibujar». Uno de los profesionales que habló durante el curso fue Fernando Tarancón, orgulloso de «pertenecer a una generación cuyos padres quizás no tenían una formación académica, no eran universitarios, pero entendían la cultura como algo importante. Estaban encantados de facilitarnos unos estudios pero también había un crédito casi infinito para comprar libros y, afortunadamente, también tebeos».

«Autobiográfico y social»

Al acabar la carrera, Tarancón decidió montar una librería especializada con un colega. «La abrimos con 23 años sin tener idea de nada y poco a poco fuimos creciendo. Ya lleva treinta años. En paralelo, van surgiendo proyectos vinculados, como una editorial que derivó en Astiberri», explica. La editorial bilbaína ha publicado a autoras vascas como Josune Urrutia, quien de pequeña «leía los cómics que había en casa, sobre todo de mi padre, pero también de mi prima. Así que, aparte del Capitán Trueno o Tintín, también leía 'Esther y su mundo'. No era una lectora de cómic consciente. Después estudié Bellas Artes y retomé el tema en mi necesidad de encontrar historias diferentes. Las encontré en el cómic. Me voló la cabeza 'Píldoras azules' (de Frederik Peeters) y el cómic autobiográfico y social». Además, vivía cerca de La Alhóndiga, que cuenta con una comicteca excepcional, y de Joker, que recibió el premio Librería Cultural en 2023; fue el primer establecimiento especializado en cómic que obtuvo este reconocimiento otorgado por las asociaciones de libreros. «Ahí empecé a leer en serio y dibujar».

Publicidad

Cómic

Raisa Álava Ilustradora

«La presencia de la mujer es cada vez mayor y da pie a abordar temas que no se habían tratado»

Curtida en el fanzine, trabaja en múltiples formatos e hizo el cartel del Tour de Francia en 2023. 'Sumidero' es su primer cómic largo.

Josune Urrutia Dibujante

«Estudié Bellas Artes, buscaba historias diferentes y las encontré en el cómic. Me voló la cabeza 'Píldoras azules'»

En 'Hoy no es el día' retrató su experiencia con el cáncer. Encabeza proyectos de investigación y es estandarte de una tendencia en alza, la medicina gráfica.

Mikel Begoña Investigador y guionista

«Entre los chavales se lee mucho manga, también en euskera. 'Superpatata' es un fenómeno»

Compagina su labor de bibliotecario con el estudio del cómic en euskera y es guionista de títulos como 'Donde la luz se desvanece'.

Mikel Begoña ve el cómic como «algo vocacional», en un panorama profesional donde es difícil rentabilizar cada título que llega al mercado. Tarancón, gracias a su experiencia, es contundente en su opinión sobre el estado de las cosas. «Industria del cómic hay en EE UU y Japón», remarca. «Y también está el cómic francobelga. No hay más. En ningún país más». Sí ha habido «un salto notable de visibilidad del medio. Hace treinta años leer cómic era algo más excéntrico, ahora lo citan muchos artistas conocidos como influencia. Ya no está solo Álex de la Iglesia. Personas del mundo de la cultura hablan de cómic».

Con la IA no son apocalípticos. Esperan que triunfe el criterio artístico y la ética

«La tirada media de las novelas y los cómics es prácticamente la misma», indica Casillas. «No me parece que sus problemas sean muy diferentes. Los ratios de venta son muy parecidos». «Cualquier poeta quisiera vender lo que vende el nivel medio del cómic», reivindica Tarancón. «En los 80 muchos autores trabajaban para el extranjero», añade. «Cuando se acabó esa época, en los 90, de repente era un erial y ahora estamos bastante mejor en muchos aspectos. Además, trabajo industrial significa hacer lo que te mandan. En Francia pagan peor pero venden mucho más. No obstante, algo hemos hecho mal porque industria musical nacional sí hay. Creo que es un problema de todos, no solo de los editores o de la propia gente del sector».

Publicidad

«Al mundo del cómic le faltan aliados para que no sea algo endogámico», afirma Mikel Begoña. «El cómic no sale nada en las televisiones, por ejemplo. En Francia prestigian a los autores de cómic. He visto allí abrir telediarios hablando sobre un cómic. Aquí es impensable». «También pasa con la literatura», destaca Casillas. «La cultura está maltratada en general», añade Orbe. «Está castigada», recalca Álava. «Es insuficiente, pero estamos mejor que antes», apunta Casillas. «En los espacios dedicados a la cultura, el cómic aparece en proporción a lo que se edita. Se puede mejorar en general, por supuesto».

En sus instalaciones, que incluyen el Espacio Joker, se celebran tardes de juegos (como 'Daybreak'), clubes de lectura ('Nocturnos'...), presentaciones ('Venecos', 'Todas las mañanas'...), charlas ('La sábana santa'...) y hasta shows de magia. Bernardo Corrar e Iñaki Andrés

«Valverde, el entrenador del Athletic, tiene un hermano que es ilustrador, Mikel Valverde, ¿a quién se conoce más?», pregunta Mikel Begoña. «Un dibujante se tira un año dibujando y hay que buscar la forma de que esa labor sea recompensada económicamente». «El cómic está en un momento de expansión interesante», defiende Urrutia. «¿Qué porcentaje de actores o artistas plásticos viven de lo suyo?», plantea Tarancón. Ven la concepción del Estatuto del Artista, en eterno trámite, y las nuevas ayudas a los artistas anunciadas por el Ministerio de Cultura como una posible salida.

Publicidad

«Ojalá estuviéramos subvencionados una décima parte de lo que lo está la industria del automóvil», indica Tarancón, quien no recuerda un nivel tan alto como el que hay actualmente, creativamente hablando, en el cómic nacional. «Para el lector, vivimos en el mejor momento de la historia del cómic en este país», subraya. «Hay más talento y formación». «Se edita mejor», se suma Begoña. «Ha habido un subidón importante. Tenemos cómics a patadas para todo tipo de público». «Hay cómics en euskera que venden 20.000 ejemplares», recuerda Casillas, haciendo referencia a la colección de 'Biga' (Astiberri). «Entre los chavales se lee mucho manga, también en euskera», comenta Begoña. «Entre los críos 'Superpatata', por ejemplo, es un fenómeno claro».

Cómic

Fernando Tarancón Librero y editor

«Cualquier poeta quisiera vender lo que vende el nivel medio del cómic, pero algo hemos hecho mal»

Es uno de los socios de la librería Joker de Bilbao y confundador de la editorial Astiberri.

Elizabeth Casillas Editora y autora

«Llegué a este mundo huyendo de otros sitios. Una visita a Angoulême me cambió la vida»

Editora de Astiberri, firma los guiones de 'Todas nosotras' y 'La palabra que empieza por A' .

Álex Orbe Dibujante

«Mi padre nos hizo ser dibujantes porque traía a casa todos los tebeos que se publicaban»

Ilustrador todoterreno, también en animación. 'El invasor', con guion de José A. Pérez Ledo, es su última obra.

«El manga nos entró muy bien de pequeñas», relata Raisa. «Somos una generación con nuevos referentes y la presencia de la mujer es cada vez mayor, dando pie a nuevas obras con temas originales, que hasta ahora no se habían tratado». «Aparte, en la historia del medio estaba Robert Crumb, pero también Aline Kominsky», se suma Urrutia sobre la mayor visibilidad de las voces femeninas en el noveno arte. «Están cambiando muchas cosas, pero queda por avanzar». Muestran unanimidad a la hora de preferir leer los cómics en papel frente al formato digital. Inevitablemente, irrumpe un tema espinoso, la inteligencia artificial, pero esta vez prefieren no ser apocalípticos y que triunfe el criterio artístico y la ética.

Publicidad

Todos recomiendan algunas obras indispensables. 'Aprendiendo a caer' (Reservoir Books) y 'El nirvana está aquí' (Astiberri), de Mikael Ross, encabezan la lista de Álex Orbe. Elizabeth Casillas leería en bucle 'En pocas palabras' (Astiberri), de Jason, y 'Cenizas', de Álvaro Ortiz, es el título que más veces ha regalado. 'La isla' (Astiberri), de Mayte Alvarado, le parece pura poesía. 'La voz del oráculo' (Penguin), de Liv Strömquist, está entre las novedades preferidas de Tarancón, junto a 'Todas las mañanas' (Astiberri), de Javier de Isusi. Urrutia apuesta por 'El Gran vacío' (Penguin), de Léa Murawiec, y la antología 'Fanatic Female Frustration', obra recientemente ganadora del premio de cómic alternativo en Angoulême, e impulsada por Elsa Klee y Lucile Ourvouai. Álava destaca 'El taco psicotrópico' (AIA), de Apolo Cacho, y 'Grand Electric Thought Power Mother' (Floating World), de Lale Westvind. Begoña se centra en el cómic en euskera con 'Gora Euskal herrientsak' (Erroa), de Asisko, y 'Lurbinttoko ohoinak' (Txalaparta), de Adur Larrea.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad