Secundarios imprescindibles

Robin y el sexo secreto de Batman

El ayudante del hombre murciélago nació para atraer a los adolescentes al cómic, pero la caza de brujas lo convirtió en una amenaza gay

Sábado, 31 de agosto 2024, 00:08

¿Qué hace un joven vestido con medias verdes, un chaleco rojo, guantes y antifaz, compartiendo dormitorio con un adulto violento, traumatizado y siniestro? Una pareja que, además, por las noches acude a los callejones oscuros de la ciudad para apalear delincuentes y aplicar su ... peculiar sentido de la justicia. Ese chaval es el huérfano de una familia de acróbatas asesinada por la mafia y lo que le une a su mentor es un ansia de venganza a la que las leyes le importan un bledo. Su nombre es Robin, el pupilo de Batman, y es uno de los personajes más extraños del cómic.

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Desde los años 50, Robin -el apodo de Dick Grayson- se ha convertido en la figura que encarna la ambigüedad sexual y que los diversos guionistas no han sabido nunca dónde ubicar. Este secundario comenzó siendo un compañero juvenil de Batman en 1940, diseñado para acercar a los adolescentes a los tebeos y darle un contrapunto humorístico a un personaje silencioso y trágico. Fue esa misma mercadotecnia la que obligó a narrar las aventuras del ridículo perro de Superman, por ejemplo. Pero entonces se desató el 'terror lavanda'. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los conservadores norteamericanos comenzaron a ver comunistas por todas partes y se inició la caza de brujas. Los impulsores de esa persecución extendieron sus sospechas a los homosexuales -a los que identificaban con el color lavanda o lila- y empezaron a ver conspiraciones gays por todas partes. En 1954, el psiquiatra Fredric Wertham escribió 'La seducción de los inocentes' y allí puso negro sobre blanco que las historias de Batman son «psicológicamente homosexuales» y que su relación con Robin «tiene una atmósfera homoerótica». Esas frases -y otras referidas al comunismo- darían pie al primer código de censura de los cómics.

El meme de Batman abofeteando a Robin es un clásico. F. Miller

Para contemplar la figura de Robin hay que comenzar con su mentor, Batman, cuya identidad real es el millonario Bruce Wayne. Estamos ante un individuo con doble personalidad, atrapado en un ciclo de rencor que le lleva a buscar venganza por el asesinato de sus padres fuera del sistema judicial. Con su máscara, es un individuo violento y vengativo. Sin ella, un magnate frívolo. Vive en una antigua mansión pero pasa gran parte de su tiempo encerrado en una cueva con su mayordomo. Su relación con la ciudad en la que vive, Gotham, es dominante, ya que su familia forma parte de los padres fundadores. El futuro de la urbe son sus sueños o sus pesadillas.

Además, la relación de este hombre con las damas es turbulenta. En los cómics, sus principales amores son las mujeres fatales, quizás porque le fascinan las personas que representan lo que más odia: el crimen. Su relación con la ladrona 'Catwoman' es perturbadora y repleta de ambigüedad moral -además de revelar fascinación por una joven que lleva un látigo y viste de cuero-. Una mujer, por otra parte, que en los cómics más modernos es abiertamente bisexual. Es revelador que el héroe de la capa se enamore cuando lleva la máscara, como si su personalidad auténtica, la que es capaz de sentir y emocionarse, fuera la que quiere ocultar detrás del antifaz. Como si la mentira fuese la auténtica verdad del personaje. ¿Cómo encaja en esa historia el huérfano con el que Bruce Wayne comparte dormitorio?

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Salir del armario

Existe un meme ya clásico del hombre murciélago abofeteando a Robin que revela también el tipo de relación entre el alumno y el mentor. No es casual que el guionista y dibujante Frank Miller -que consiguió revivir el personaje de Batman en 1984 con 'El regreso del caballero oscuro'- convirtiera a Dick Grayson en una adolescente llamada Carrie Kelly. Para entonces, el personaje de Robin había pasado por decenas de aventuras en el laberinto de su personalidad. En algunas versiones murió para reencarnarse en otro adolescente. O creció para alejarse de Batman. También se convirtió en su propio superhéroe: 'Nightwing'. En un cómic de 2021 salió del armario y reconoció su bisexualidad.

Una de las claves del éxito de Batman es que todos sus enemigos tienen el carisma de la locura -son malvados vestidos de payaso, delincuentes con el rostro desfigurado o disfrazados de pingüino, envenenadoras, etc.- y con cicatrices morales tan sangrantes como las que arrastra el personaje encargado de darles caza. Como señaló el guionista Alan Moore, el hombre murciélago, en el fondo, está tan loco como sus enemigos. Y en ese escenario Robin es la víctima de todos ellos, un joven que debe proteger su mundo oculto mientras a su alrededor todo el mundo ha perdido la cabeza.

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