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En el cine. Glenn Close y Jeremy Irons protagonizaron a la pareja en la película de Barbet Schroeder.
Una rica heredera, la insulina y un marido sospechoso
Crímenes sin resolver

Una rica heredera, la insulina y un marido sospechoso

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Reportaje. La muerte de Sunny von Bülow fue terreno abonado para que el cine y la literatura entraran a saco en lo sucedido en su mansión de Newport

Sábado, 13 de agosto 2022, 00:06

La agonía de Martha Sharp Crawford duró 28 años. Fue el tiempo que esta millonaria por vía hereditaria, que nació en un coche privado de un tren y se casó con un aristócrata austriaco primero y un tiburón de los negocios después, pasó en coma en una residencia de Nueva York. Mientras tanto, su segundo marido fue condenado en primera instancia y absuelto más tarde en un juicio en el que se le acusaba de intento de asesinato. El llamado 'caso von Bülow' sigue aún sin resolverse y los protagonistas ya están muertos. Pero, en su momento, produjo centenares de páginas de periódico y minutos de televisión.

Martha Sharp Crawford ha pasado a la historia como Sunny von Bülow. Lo de Sunny le venía de la infancia, por su carácter risueño. Pudo haber sido peor: en sus primeros meses de vida todos la llamaban Choo-Choo porque nació en el coche ferroviario privado de su familia, en un punto kilométrico indeterminado de la vía entre Hot Springs y Nueva York.

Su padre había sido presidente de la compañía energética Columbia Gas & Electric. Su madre era hija del fundador de International Shoe, una compañía que protagonizó una célebre sentencia del Supremo de EE UU a cuenta de un asunto jurisdiccional relativo al sometimiento de las corporaciones a las leyes estatales. Martha, llamémosla ya Sunny, era hija única, y cuando su padre murió ella tenía solo cuatro años. A partir de ese momento, también fue la propietaria de cien millones de dólares.

A los 25 años, Sunny se casó con Alfred de Auersperg, un príncipe salzburgués cuya actividad más productiva era jugar al tenis. El matrimonio tuvo dos hijos: Annie-Laurie, conocida como Ala, y Alexander Georg, Alex para todos. En 1965, con 33 años, Sunny ya estaba divorciada. Su fortuna se valoraba entonces en 75 millones de dólares. Alfred se casaría dos veces más y, casualidades del destino, moriría tras un coma de nueve años causado por las gravísimas lesiones sufridas en un accidente de tráfico.

Sunny tardó apenas un año en volver a casarse. Su segundo marido fue Claus von Bülow, que había sido asesor de Jean Paul Getty en su imperio petrolero. En 1967 la pareja tuvo una hija, Cosima.

Primeros problemas

En la Prensa. Portada de 'The New York Times' con la vista en apelación.
Imagen - En la Prensa. Portada de 'The New York Times' con la vista en apelación.

Demos un salto en el tiempo. Corre el año 1979, el matrimonio von Bülow es poco más que una farsa y hablan ya abiertamente de divorcio. De no haber sido rica y famosa, nadie habría dudado en calificar a Sunny de alcohólica. También ingiere pastillas sin control, es adicta a los sedantes, toma a diario una cantidad de azúcar que acabaría con la salud de cualquiera y su equilibrio psíquico es muy precario. El 26 de diciembre, en plena celebración familiar de la Navidad en la lujosa casa que tienen en Newport, Sunny es encontrada inconsciente. Los médicos consiguen sacarla de un coma de varios días pero la avisan de que debe cambiar muchos hábitos. En ese momento nadie lo dice en voz alta, pero meses después los dos hijos mayores de la millonaria acusarán a Claus de haberle causado aquel coma con una inyección de insulina.

Como era de esperar, Sunny sigue haciendo la vida de siempre. Cuatro meses después del primer coma, está tan desorientada que deciden hospitalizarla. El diagnóstico es hipoglucemia reactiva y el aviso, muy serio: no puede beber y ha de reducir el consumo de azúcar al mínimo. Hasta la Navidad, coquetea con el riesgo. A principios de diciembre vuelve al hospital y los médicos descubren que ha tomado 73 aspirinas en un corto período de tiempo. El día 21, de nuevo con toda la familia en la casa de Newport, se muestra confusa y su conversación es incoherente, por lo que la conducen hasta la cama. A la mañana siguiente es hallada tirada en el suelo del cuarto de baño. Los médicos que la atienden descubren de inmediato que sufre un daño cerebral tan importante que hasta su muerte será como un vegetal.

Los dos hijos mayores de Sunny logran convencer al fiscal del distrito de que Claus ha tratado de matar a su madre con insulina. Las pruebas son circunstanciales pero abundantes: lo más llamativo es una bolsa con muchos medicamentos y una jeringuilla usada en la que se detectan restos de ese compuesto. Claus no cae especialmente bien al servicio de la casa, así que varios empleados testifican contra él en el sentido de que no parecía muy preocupado por lo sucedido a su mujer ni se apresuró a llamar a un médico. Un célebre endocrino asegura en la vista que está convencido de que el daño cerebral de Sunny lo había causado la insulina. Los hijos mayores, en fin, están seguros de que hay un móvil económico tras el crimen. Solo Cosima, la pequeña, se pone de parte de su padre.

La apelación

El veredicto es de culpabilidad y la pena impuesta, treinta años de prisión. Pero Claus puede apelar y para ello recurre a Alan Dershowitz, un conocido profesor de Harvard que se apoya en un grupo de estudiantes para organizar una defensa que derribe una por una cada prueba. Lo primero es demostrar que Sunny tomaba medicamentos de forma masiva y sin ningún criterio. Dershowitz echa mano incluso de amigos de la familia para que testifiquen sobre ello: entre quienes desfilan por la sala de vistas está Truman Capote.

Una vez probado el abuso del alcohol y los medicamentos, el abogado pasa a una segunda fase. Una decena de especialistas de fama internacional demuestran que fue eso precisamente, unido a otros problemas no menores de salud, lo que causó el coma a Sunny. Por último, un análisis independiente sugiere que la jeringuilla con restos de insulina es una prueba falsa. Incluso el endocrino que en la primera vista se había mostrado completamente seguro al atribuir el coma a la insulina duda ahora y dice que nunca se podrá saber con certeza la causa.

El segundo veredicto exculpa a Claus. Todavía los dos hijos mayores tratan de continuar el calvario judicial de su padrastro mediante algunas reclamaciones económicas, que no son aceptadas. Tras el juicio, el aún esposo de Sunny organiza una cena. Dershowitz le anuncia que no irá si se trata de celebrar una victoria judicial, pero Claus le garantiza que solo será una reunión de amigos. En el libro que escribirá tiempo después, el abogado cuenta que entre los invitados estaban el escritor Norman Mailer y su esposa. Cuando, antes de sentarse a la mesa, Dershowitz explica cómo habían desmontado las pruebas que parecían incriminar a su cliente, Mailer se dirige a su mujer y le dice: «Yo pensaba que íbamos a cenar con un tipo que trató de matar a su esposa. Pero es inocente. Vayámonos. Esto es aburrido».

El marido fue condenado a 30 años de prisión, pero apeló y en el segundo juicio fue absuelto

Claus se divorció de Sunny y renunció a cualquier compensación económica. A cambio, su hija Cosima, que había sido apartada de la herencia por su abuela materna, recibió su parte correspondiente. Sunny murió el 6 de diciembre de 2008; faltaban solo quince días para que cumpliera 28 años en coma. Su segundo esposo aún vivió hasta 2019.

El caso von Bülow sigue sin resolverse y con toda probabilidad será así para siempre. ¿Causó Claus el coma de su esposa con una inyección de insulina? ¿Fue la consecuencia de su mala salud y sus muchos excesos? ¿Fue un suicidio? ¿Retrasó Claus la llamada a un médico precisamente para hacer ya inútil su intervención? ¿Quién dejó entre los objetos de Sunny la jeringuilla?

Había mucho terreno fértil para la literatura y el cine porque los ingredientes eran de primera clase: un escenario de lujo, una mujer rica y famosa, un marido altivo, unos hijos que nunca aceptaron al hombre que sustituyó a su padre en el lecho de su madre. Y así fue. Con una circunstancia muy especial: cuando se publicó el libro de Dershowitz, se rodó la película de Barbet Schroeder y se emitieron tres episodios de TV de otras tantas series sobre asuntos judiciales, el corazón de Sunny von Bülow aún latía.

En libros, cine y TV

  • 'Reversal of fortune. Inside the von Bulöw case', de Alan M. Dershowitz, el defensor de Claus von Bulöw en la apelación, donde consiguió ser absuelto. Fue publicado en 1985.

  • 'El misterio von Bulöw', filme de Barbet Schroeder, estrenado en 1990.

  • Episodios de TV. En EE UU se hicieron tres episodios sobre el caso en otras tantas series destinadas a tratar asuntos judiciales.

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