Una reserva de talento frente a la Inteligencia Artificial

El Libro Blanco del Cómic, otro paso en su 'normalización', fue presentado en el Ministerio de Cultura el 18 de enero. En sus páginas quedaban reflejados los problemas de precariedad de la profesión, extensibles a todo oficio relacionado con la cultura. Pero, pese a la omnipresente crisis, 2024 está siendo un año rico en buenas noticias para el medio, que confirman su excelente estado de forma desde el punto de vista creativo. Prueba de ello es el protagonismo del cómic español en el 51 Festival International de la Bande Dessinée d' Angoulême, el mejor evento en torno al arte secuencial de Europa y probablemente del mundo, con permiso de Lucca y San Diego, por su diversidad y extensión. Un salón del cómic que es necesario visitar, al menos una vez en la vida si te gusta el tema.

La fiesta de los tebeos conquista cada rincón de la localidad francesa y los artistas firman su obra como posesos, en colas interminables. El pueblo de Angoulême se vuelca y luce en sus calles murales de autores reconocidos, con personajes populares como Astérix y Lucky Lucke. Las tiendas de cualquier tipo y los bares, incluso las iglesias, se entregan al cómic con muestras de material gráfico y decoraciones para deleite de los aficionados. En este marco han sido galardonados seis autores españoles con los famosos premios del festival: el dibujante cántabro Álvaro Martínez Bueno, afincado en San Sebastián, los gallegos Bea Lema y Carlos Portela, el madrileño Keko y los catalanes Javi Rey y Jordi Lafebre.

El guionista Carlos Portela y el dibujante Keko se llevaron la Fauve Polar SNCF, que premia el mejor cómic de género negro. 'Contrition' (Norma Editorial) parte de una idea tan escalofriante como real: la existencia de una localidad perdida en EE.UU. donde van a parar pederastas y violadores tras salir de la cárcel. ¿Es posible la redención? Esta es la pregunta que plantea un trabajo con ritmo cinematográfico que ha encandilado a la crítica especializada, al igual que 'El cuerpo de Cristo' (Astiberri), Premio del Público France Télévisions, un galardón que votan periodistas y telespectadores. La salud mental, tema de actualidad, vertebra una obra original en su forma y sumamente interesante en su fondo, con algunas viñetas bordadas a mano por Bea Lema.

Ella realizó 'El cuerpo de Cristo' durante su residencia como artista becada en la Maison des Auteurs de Angoulême, una ayuda impulsada por Acción Cultural Española (AC/E) y la Cité internationale de la bande dessinée et de l'image. «La experiencia fue una gozada», comenta la guionista y dibujante. «Te facilitan un apartamento, un estudio y una cuantía mensual para que puedas centrarte en el proyecto durante esos meses. Además, por Angoulême pasan artistas de todo el mundo y es muy enriquecedor conocer cómo trabajan». El resultado es un canto de amor de una hija a su madre que va camino de convertirse en un cortometraje de animación con una productora vasca. «He decidido llevar el bordado, que ya utilicé en el cómic, a este medio», explica. «Es mi manera de honrar este conocimiento, históricamente asociado a lo femenino y que está en los objetos cotidianos, manteles, cortinas, toallas. Usarlo en el cortometraje para hablar sobre la locura y el abuso es una manera simbólica de cortar los hilos del silencio del hogar y ponerlo en valor».

Con esta obra «algunas lectoras se emocionan porque se han sentido reflejadas. Otras me cuentan que han compartido la lectura con sus madres, y hay quien confiesa que en su familia alguien convive con una enfermedad mental o ha sido víctima de abusos. Que el libro de pie a que otras personas rompan su silencio y compartan sus historias es lo más interesante», explica una autora a tener en cuenta. Ella ve necesario que exista un Día del Cómic. «Una celebración así implica que un montón de colectivos organicen actividades: bibliotecas, librerías, colegios, centros cívicos... Esto es fundamental para acercarlo a la gente y que surjan nuevos lectores».

Jordi Lafebre se llevó el trofeo de las librerías por 'Soy su silencio' (Norma Editorial), un cómic que fusiona varios géneros a partir del policial. La protagonista es una psiquiatra metida en un enredo por culpa de una herencia, una buena excusa para tratar temas muy de actualidad. Salud mental, enología, humor, crimen y mitología se dan la mano en una trama que «avanza entre lugares y personajes que están entre nosotros, pero a los que no siempre prestamos atención».

Para Lafebre es un honor recibir un premio que entregan los libreros, «un ejército silencioso, el verdadero enlace entre los autores y editores y el público lector». Contempla el mundo del cómic desde una perspectiva agridulce. «Por un lado, tiene una riqueza de oferta y variedad apabullante. Paradójicamente, esta variedad provoca precariedad en muchos agentes de la industria; no solo autores, sino también pequeños sellos y librerías».

Álvaro Martínez Bueno, que ha dibujado varias aventuras de Batman, ya tiene en su poder el máximo galardón por una serie por su notable trabajo en 'The Nice House on the Lake' (ECC Comics), escrita por James Tynion IV. Concebida para DC Comics en su sello Black Label, es un relato oscuro que abraza el terror apocalíptico por momentos, mirándose en Stephen King. Una mansión idílica es el escenario de una historia que ha atrapado a miles de lectores, sin personajes conocidos ni superhéroes. «No había sido tratado realmente como un autor hasta este trabajo», explica el dibujante. «Esta apuesta, un poco marciana y personal, me ha permitido despegar».

Martínez Bueno no pudo estar en Angoulême, pero recibió la noticia con algarabía porque «esta obra, publicada por una editorial mainstream americana, no encaja a priori en un evento así. El galardón es un signo de que tiene potencial». Asegura que le hizo más ilusión que el Eisner que ya se llevó en San Diego. El autor disfruta del actual momento del medio porque se publica «mucho y muy bueno, pero a veces cuesta decidir qué leer. Ojalá sea un signo de la buena salud del cómic, pero hacen falta más lectores. Cualquiera puede encontrar un cómic, o varios, a su medida. Hay precariedad, al menos en España, y está la amenaza de las IAs, pero hay que pensar en un futuro posible porque hay mucho talento y espacio para propuestas alternativas».