Otro repaso para recordar
Relato autobiográfico ·
Craig Thompson dibuja de nuevo su infancia, una rememoración con la que esclarece su modo de ejercer un oficio, un arteSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Relato autobiográfico ·
Craig Thompson dibuja de nuevo su infancia, una rememoración con la que esclarece su modo de ejercer un oficio, un arteJuan Manuel Díaz de Guereñu
Sábado, 19 de octubre 2024, 00:01
Craig Thompson (Michigan, 1975) obtuvo un éxito temprano con 'Blankets' (2003), una extensa memoria personal en la que desplegó un conmovedor relato acerca del choque entre la sensibilidad adolescente y la fe implacable de unos padres fanatizados. Sus seiscientas páginas encontraron muchos lectores y dejaron ... huella en el cómic actual. Con 'Raíces de ginseng' (Astiberri), Thompson vuelve al relato autobiográfico de 'Blankets'. No es una continuación de lo que allí contó, sino una revisión, un repaso que se propone recomponer y corregir lo ya contado, completarlo con nuevas rememoraciones.
'Blankets' es una referencia constante en el curso narrativo de 'Raíces de ginseng'. Lo es porque define la realidad del protagonista cuando, al inicio del relato, regresa al pueblo en el que creció, Marathon (Wisconsin). Craig vuelve como un dibujante reconocido, que gracias a dicha obra ha encontrado un lugar en el mundo, lejos de sus orígenes, y que ha de lidiar con las consecuencias del modo como los describió.
Lo es también porque Thompson ha decidido contar aspectos de su experiencia que dejó al margen en su relato de juventud y debe, en consecuencia, explicar algunas de sus decisiones de entonces como autor, a fin de evitar contradicciones. Así, la familia que en 'Blankets' sólo contaba un hermano, Phil, recupera a su hermana Sarah. Y la infancia del protagonista transcurrió allí en la pobreza, pero sin narrar que madre y hermanos ocuparon los veranos como jornaleros en los cultivos de ginseng.
El tiempo transcurrido permite al autor calibrar mejor el peso de esa experiencia. Thompson cree que el duro laborar en las plantaciones ha modelado su personalidad y su ética del trabajo. Se identifica con los trabajadores que llevan a cabo su labor cueste lo que cueste, a menudo asiáticos e hispanos, y no esconde el desdén con que considera a los demás, los dados al escaqueo. Además, empleó su salario de niño en comprar cómics que alimentaron una vocación que, al mismo tiempo, abrió una vía de escape del pueblo y sus constricciones.
Describir el cultivo del ginseng en Marathon durante la época de su máximo esplendor exige que el relato derive de autorretrato a reportaje. El relato del yo acerca de experiencias personales va acogiendo testimonios e informaciones que despliegan la historia de dicho cultivo y de su mercado, su sociología, las creencias y usos que lo sostienen. 'Raíces de ginseng' articula las voces de protagonistas y testigos en una indagación que se extiende mediante viajes, observaciones y lecturas. El protagonista Craig acaba por retratarse como enlace entre sus informadores, testigo de rememoraciones ajenas. Más que contarse en primera persona, relata su relación con las culturas del ginseng.
La función del narrador es, sin embargo, compleja. Thompson compone sus páginas trenzando dibujos densos en los que él y sus informantes cuentan y viven lo contado. De forma reiterada, los globos de diálogo atribuyen a los chavales de entonces lo que recuerdan en su madurez, hoy. Esta porosidad de los tiempos refuerza la identidad de los personajes y el peso de las tradiciones en ella.
La obra es un mosaico de voces y dibujos datados en épocas diversas. Thompson lo dibuja con un amor evidente por el detalle, en páginas abigarradas cuyo contenido parece desbordar las viñetas. Abundan las páginas dibujadas a sangre, sin márgenes que las contengan, así como las viñetas que se sacuden el marco convencional, se superponen, quiebran la rígida cuadrícula acostumbrada. Thompson acumula con parsimonia recursos útiles para ordenar los pormenores de su relato y hacerlo legible.
El dibujo del autor muestra la vivacidad de siempre. Combina sin esfuerzo aparente el realismo al representar los escenarios y la ágil expresividad de los rasgos caricaturescos al pintar la actividad y las emociones de sus protagonistas. Incluso incorpora a su elenco una raíz de ginseng animada, que personifica guasona el complejo universo que despliega para el lector.
Además de su pincel expresivo, que logra un entintado fluido de cada escena, el dibujante emplea un segundo color, un rojo que probablemente evoca la peculiar coloración con que el granito rojo tiñe los suelos y los cultivos de Wisconsin. Este segundo color cumple las funciones habituales, dando variedad y nitidez al dibujo, pero Thompson lo usa también de formas inesperadas. Le sirve para agregar textos y figuras al relato, integrando en él otro nivel narrativo que comenta y ornamenta, que confirma la densidad inagotable del relato autobiográfico en la obra.
Craig Thompson acude de nuevo a su memoria personal para constatar que está arraigada en la versión local de una tradición campesina milenaria, que aceleró fugazmente la economía del Wisconsin de su niñez. Sin reproches ni revanchas, esta revisión de su relato autobiográfico lo reconcilia en cierto modo con lo vivido en su familia y en el trabajo de jornalero. Su vida es la que es. O más bien lo que queda de ella en el laberinto denso de su recuerdo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.