
Puntadas de oro
Exposición. ·
El preciado metal enriquece los tejidos desde tiempos remotos gracias a técnicas diversasSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Exposición. ·
El preciado metal enriquece los tejidos desde tiempos remotos gracias a técnicas diversasAbraham de Amézaga
Sábado, 22 de marzo 2025, 00:00
Sinónimo de riqueza y por tanto de valor, el oro brilla más que nunca y atrae como un imán estos meses en París. Y más ... en concreto en un museo, el Quai Branly, a cuyo nombre está unido el de un presidente francés, Jacques Chirac (1932-2019). Hasta julio acoge 'Al hilo del oro', una exposición que se centra en la presencia del seductor metal, denso, maleable y resistente al mismo tiempo, en los tejidos, gracias a técnicas que con el tiempo se han ido perfeccionando.
Su uso en las prendas es antiquísimo. Fue en el siglo V antes de Cristo cuando comenzó a mostrarse en los atuendos de personalidades con riqueza y poder. Viajó por países como China, Japón, India, los de Oriente Medio y el Magreb, donde nació y se desarrolló el interés por incluirlo en el universo textil. Como curiosidad, Andalucía tiene una tímida presencia en la exposición, con contadas propuestas de la época de la ocupación musulmana.
El recorrido abarca cinco secciones geográficas y muestra las técnicas llegadas de Oriente con las cruzadas y su elaboración, diferente en cada país. Descubrimos la seda marina, la seda de araña de Madagascar y la seda dorada de Camboya; trío de color oro, usado para crear un oro de imitación. Es muy probable que muchos se pregunten por qué no hay trajes típicos de América, un continente rico en ese metal en tiempos de Colón. La respuesta, aunque sorprenda, es que no lo incluían en sus indumentarias tradicionales. Eso sí, tirando de los hilos de oro, o tras estos, el visitante descubre que en los Estados Unidos de América surgió en la década de los cuarenta del siglo pasado una alternativa: el hilo de poliéster, también conocido con el nombre de lúrex, que democratizaría el precio de este componente, al ser recubierto de color dorado o metalizado para realizar diferentes prendas.
Caftanes, vestidos, túnicas, chalecos, saris, trajes de novia, chales… y hasta kimonos, tan característicos del país del Sol Naciente, se desvelan en el Quai Branly, donde no faltan sedas chinas ni tampoco el arte del drapeado, presente en India y el sudeste asiático. En paralelo al recorrido por culturas y prendas, se pueden apreciar catorce modelos, a cada cual más impresionante, de la artista china Guo Pei (1967), con cuya colaboración se ha puesto en pie esta exhibición. Precisamente ha sido la elegida para estar aquí por la estrecha relación de su trabajo con el hilo de oro. Entre esos vestidos, figura el que realizó en 2015 para Rihanna, y que esta lució en la Gala de los Met.
Si bien la Vieja Europa está ausente en el viaje, salvo el dato anecdótico de la presencia de Andalucía, no así París, que acoge esta muestra que perfectamente podría ser itinerante. El cierre nos remite al arte de la alta costura, un laboratorio de ideas tan francés y en concreto parisino. Fue Worth, a quien el Petit Palais dedicará una exposición en breve, el padre de ese saber hacer a mediados del XIX, y un buen puñado de sucesores van a proponer creaciones realizadas con hilo de oro. En este apartado brillan los bordados del maestro Lesage, protagonista de otra reciente exposición. Se desvelan unas cuarenta de muestras de tejidos del célebre bordador, que se usaron para confeccionar prendas de casas tan emblemáticas como Balenciaga, Schiaparelli o Yves Saint Laurent, entre otras, con motivos que nos trasladan a Oriente. Además, gracias a préstamos de las «maisons» Chanel y Dior -no hay que olvidar que para Cocteau este apellido era la contracción de las palabras dieu (dios) y or (oro)- se exponen dos creaciones de alta costura realizadas por Karl Lagerfeld y John Galliano, respectivamente.
Para alargar el disfrute, nada como el catálogo que acompaña la muestra, editado por Skira en colaboración con el museo. En un sentido y detallado texto, la diseñadora Guo Pei desvela que su sueño de exponer un día en el museo Quai Branly se ha cumplido. La verdad es que para los organizadores habría sido difícil elegir otro nombre contemporáneo que trabaje con tanta precisión y maestría el hilo de oro. En ese mismo volumen, Hana Al Banna-Chidiac, comisaria de la muestra, diserta sobre el maridaje entre el oro y las fibras textiles, «un testimonio del genio humano». Una exposición brillante por lo que se muestra y por la soberbia puesta en escena. Y todo ello, para el gran deleite de los visitantes hasta el 6 de julio.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El mejor restaurante de comida sin gluten de España está en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.