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A medio camino entre el realismo social y el neorrealismo a la italiana, de su obra han salido grandes títulos, con uno por encima de todos: 'Los santos inocentes'Secciones
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A medio camino entre el realismo social y el neorrealismo a la italiana, de su obra han salido grandes títulos, con uno por encima de todos: 'Los santos inocentes'laura lazcano
Viernes, 16 de octubre 2020, 22:04
Contaba Delibes en 'Pegar la hebra' que cuando Orson Welles fue a Valladolid en 1955 a rodar algunas escenas de 'Mister Arkadin', no se lo pensó dos veces y decidió participar de extra. A pesar de describir al director estadounidense como «un monstruo que rugía ... y escupía trozos de habano» mientras les hacía repetir la misma secuencia 20 veces, Delibes reconoce que probablemente el hecho de que Welles se decantase por eliminar posteriormente su presencia y la del resto de extras españoles del resultado final contribuyó a acrecentar el éxito del filme. Sin embargo, el vínculo del escritor vallisoletano con el séptimo arte va más allá de la mera anécdota: así lo atestiguan la creación de un cineclub y las más de 400 críticas de cine que escribió para el periódico 'El Norte de Castilla'.
Ubicada entre el realismo social literario y el tono del neorrealismo italiano cinematográfico, la obra de Miguel Delibes ha sido adaptada en nueve ocasiones. 'El camino' (Ana Mariscal, 1963) fue la primera. Rodada por una de las pioneras del cine español (precedida únicamente por Helena Cortesina y Rosario Pi), fue precisamente con esta película con la que Mariscal obtuvo por fin el beneplácito de la crítica en lo que respecta a su labor de directora. La historia de Daniel, un niño cuyos padres le apremian a abandonar el pueblo con la esperanza de que se labre un futuro mejor en la ciudad, compone el argumento. Ambientada en Candeleda (Ávila), la importancia del paisaje delibesiano se traslada a la pantalla mediante primeros planos de la naturaleza y estampas del pueblo. Por algo uno de los anhelos de Delibes era ni más ni menos que se le reconociese que «acertó a pintar Castilla». El territorio como fuerza primigenia que emana de sus relatos y que influye intensamente en sus personajes. Impregnada de una tristeza seca, 'El camino' habla de la naturaleza y las relaciones humanas mostrando de soslayo el éxodo rural, uno de los temas habituales en su obra.
Otra directora ligada a Delibes es Josefina Molina, a quien se le encargó en 1978 otra adaptación de 'El camino', esta vez en formato televisivo. Pero sería 'Función de noche' (1981), vinculada a 'Cinco horas con Mario', aunque no es una adaptación directa de la novela ni la posterior obra teatral. Tras dirigir esta, que Lola Herrera interpretó cada noche durante diez años, Josefina Molina propuso a la actriz interpretar con su exmarido una película que mezcla realidad y ficción a partir de la pieza de Delibes.
La angustia que transmite Lola Herrera es paradigma del foco que aplicaba Delibes a sus personajes, normalmente devorados por las circunstancias, ya fuesen amas de casa, niños, locos, analfabetos, marginados o pobres. En esta última categoría de servidumbre se encuentran los protagonistas de 'Los santos inocentes', que Mario Camus llevó con éxito al cine en 1984 ante un Delibes sorprendido por lo que él consideraba la inadaptabilidad de su novela. Con el propio novelista implicado en el proceso de escritura del guion, se puede afirmar que 'Los santos inocentes' es una de las mejores películas que ha dado el cine español. Ambientada en la España franquista de los años 60, la trama refleja las humillaciones infligidas a una familia de campesinos en un cortijo de señoritos y caciques. Camus filma un retrato descarnado del desprecio, la condescendencia y la rabia que sufren personajes atemporales y magníficamente trasladados como Paco, Régula, Azarías o la Niña Chica. Una vez más, la desigualdad social y el abuso de poder hacen acto de presencia como ideas recurrentes en la obra del escritor.
De esta manera, no es casualidad que exista un abanico de adaptaciones de tanta calidad de las novelas de Delibes (ahí están 'Las ratas', 'Retrato de familia', 'La sombra del ciprés es alargada', 'La guerra de papá'...). Es la oralidad de su obra la que las hace idóneas a la hora de recrearlas en el medio fílmico. Francisco Umbral denominó este rasgo como 'ventriloquismo literario' para referirse a la forma en que el escritor disimulaba a sus narradores. Un claro ejemplo de ello son los diálogos en 'El disputado voto del señor Cayo' (Antonio Giménez Rico, 1986), película en la que la reivindicación de la justicia social y la dicotomía entre campo y ciudad vuelven a ir de la mano para esbozar los primeros años de transición democrática en España. Con la presencia imponente de Francisco Rabal, el filme se estructura en dos partes bien diferenciadas mediante el uso del color para representar un pasado asociado a la esperanza y el blanco y negro para aludir a un presente en el que el desengaño político ha hecho mella.
De alguna manera, 'Cinco horas con Mario' es el equivalente español a 'La ratonera', la obra de Agatha Christie que lleva en cartel desde 1952. La adaptación teatral de la novela de Delibes se estrenó en 1979 y desde entonces se ha repuesto de manera continua hasta este mismo año. La pieza ha necesitado de algunas adaptaciones porque, salvo una temporada con Natalia Millán, ha sido interpretada siempre por Lola Herrera y el personaje ha envejecido con ella.
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