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joseba martín
Viernes, 24 de abril 2020, 21:55
Resulta paradójico constatar que, aunque el Primero de Mayo tiene su origen en una serie de huelgas ocurridas en Chicago con cinco trabajadores anarquistas condenados a muerte, Estados Unidos celebra esta jornada, el Labor Day, el primer lunes de septiembre. Como compensación son muchas las ... canciones 'made in USA' que denuncian las penurias del trabajo. Sus estándares se pueden disfrutar en el documentado recopilatorio 'Classic Labor Songs' (Smithsonian Folkways, 2006), con casi una treintena de piezas tan emblemáticas como 'Joe Hill' de Paul Robeson, 'Bread and roses', rescatada por Judy Collins, 'We shall not be moved' ('No nos moverán', entre nosotros), '1913 massacre' de Woody Guthrie, 'Which side are you on?' de Florence Reece, recreada por Natalie Merchant, o 'Solidarity forever', el himno sindical más popular del país, compuesto por Ralph Chaplin, activista obrero condenado más tarde a 20 años de cárcel. Woody Guthrie, con su guitarra que 'mata fascistas', y Pete Seeger, con su banjo que 'rodea el odio y lo obliga a rendirse', cantaron a menudo sobre y para los 'blue collars' (cuellos azules, quienes trabajan con buzo), mientras que Ewan MacColl, hijo de líder sindicalista metalúrgico, hacía lo propio en Gran Bretaña, donde Billy Bragg recogió el testigo.
Más allá de las listas al uso es posible encontrar canciones laborales, como mínimo, curiosas. Paul McCartney grabó 'On my way to work' sobre los felices recuerdos de su primer trabajo como ayudante del conductor en una empresa de transporte; Stu Cook, bajista de Creedence Clearwater, cantaba en 'Door to door' sobre su experiencia adolescente como vendedor a domicilio de ollas y sartenes, mientras que Van Morrison recordaba con agrado su trabajo juvenil en 'Cleaning Windows'. Otros artistas, sin embargo, son más críticos: los Beatles se quejaban por el exceso en 'Eight days a week' y en 'A hard day's night', a partir de ocurrencias de Ringo; Dolly Parton pedía reconocimiento para las secretarias de oficina en '9 to 5'; Bob Dylan rechazaba volver a trabajar en la granja de Maggie ('Maggie's farm' es la reelaboración de una canción de 1929) y Donna Summer cuenta la historia real de una mujer con dos trabajos en 'She works hard for the money' tras sorprenderla echando una cabezadita a causa del cansancio en su puesto del baño de un restaurante. El trabajo como pesada carga aparece en canciones de Rise Against ('Re-Education'), Placebo ('Slave to the wage'), Dropkick Murphys ('Worker's song'), Huey Lewis & The News ('Work for a living'), el recientemente fallecido John Prine ('Paradise'), Merle Haggard ('Working man blues') o Bruce Springsteen ('Working on the highway', con un peón caminero que sueña con algo mejor).
Otras canciones reflejan el escapismo de quienes acaban de cobrar la paga semanal y solo piensan en pasárselo bien. Es el leitmotiv de 'Let it rock' de Chuck Berry, 'Rit it up' de Little Richard, '48 hours' de The Clash, 'I want to see the bright lights tonight' de Richard & Linda Thompson, 'Flamethrower' de la J. Geils Band, y 'Wages day' de Deacon Blue; Lee Dorsey, cantante y mecánico, daba vida a 'Working in the coalmine', de Allen Toussaint, donde el protagonista está tan cansado de trabajar en la mina que no puede ni salir el sábado.
En 1958 The Silhouettes fueron Nº 1 con 'Get a job', donde el cantante recogía el consejo de su madre: «Consigue un trabajo». La respuesta llegó al poco: los Miracles de Smokey Robinson grabaron 'Got a job' (Tengo un trabajo) en referencia a su labor musical. Eso mismo dijeron más tarde los Drive-By Truckers en 'This fucking job' o Lynyrd Skynyrd en 'Workin'. Hay muchas canciones sobre artistas encantados de su trabajo, pero pocos citan a sus empleados; la excepción es 'The load-out' (Carga y descarga), dedicada a los 'roadies', los que mueven y montan equipos e instrumentos; Anje Duhalde añadió letra propia a esta melodía en 'Hemengo ta denetako'. En 1977 los Clash reivindicaban a parados y trabajadores de baja categoría, siempre estigmatizados, en 'Career oppotunities', llevada al euskera por Jabier Muguruza ('Aukerak') en un disco infantil (!). Y también en 1977 Elvis Costello abría su primer LP con 'Welcome to the working week', versionada por los Zodiacs de Getxo como 'Odio trabajar aquí'. Ahora ya nadie canta «Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan» o «¡Qué alegres son las obreras, bailemos con ellas!». Siglo XXI: malos tiempos para la lírica laboral.
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