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«Mi primer sombrero fue para Boy George»
Stephen Jones ·
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Stephen Jones ·
El museo Galliera de París se rinde ante la genialidad del diseñador británicoAbraham de Amézaga
Sábado, 2 de noviembre 2024, 00:01
Esta es la historia de un hombre que se ha pasado la mayor parte de su vida ocupándose de cabezas ajenas. Psicólogo amateur -hay que ... saber escuchar para interpretar estilos, gustos y motivaciones de las clientas- y sobre todo artesano, Stephen Jones (1957) es el padre de algunas de las propuestas más sorprendentes en tocados y sombreros; el diseñador vivo más importante en su ramo y uno de los más sobresalientes de finales del XX y principios del XXI, que continúa desarrollando su trabajo con la misma pasión que el primer día.
«De niño quería ser astronauta, como tantos a esa edad», dice al comienzo del recorrido de la exposición que le dedica estos meses el museo Galliera de París. Como en el caso de Christian Dior, su madre le inculcó el gusto por las flores y jardines. Tenía por costumbre llevarles a los museos, a él y a sus hermanos. «Cuando descubrí la exposición que el Victoria & Albert dedicaba al vestir entre 1900 y 1939, quedé fascinado por ese universo», recuerda. Sobre todo por las creaciones de Charles James, una de las cuales se expone en la primera parte del recorrido.
Nacido en el noroeste del Reino Unido, muy cerca de Liverpool, en Londres estudió en la St. Martin's School of Art y descubrió movimientos como el punk y el de los nuevos románticos. También tenía allí un club fetiche, el Blitz. «Los primeros sombreros que comencé a realizar estaban inspirados por la música, más que por la moda», explica. «Queríamos crear nuestro propio mundo», en aquella Inglaterra de los primeros años del tacherismo. Es la época de los inicios de grupos como Duran Duran y de músicos como Boy George, con quien Stephen compartía casa y a quien le hace su primer sombrero. «A cambio, trabajó para mí un par de semanas gratis».
Marie-Laure Gutton, conservadora de las colecciones de accesorios del Galliera y comisaria de la exposición, subraya que si bien Jones es «de cultura profundamente inglesa, es también muy parisino, porque esta ciudad le ha inspirado mucho en su carrera». Hace justo cuatro décadas comenzó su colaboración con Jean-Paul Gaultier, el «enfant terrible» de la moda; a la que se añadirían otras con Azzedine Alaïa, Thierry Mugler, Claude Montana, Comme des Garçons, Galliano para Dior, y un largo etcétera. Tanto en alta costura como en prêt-porter.
Nadie diría que Stephen Jones ha frecuentado princesas -como la recordada Lady Di- multimillonarias, cantantes, actrices, e ilustres desconocidas forofas de creaciones que rompen moldes, sin resultar estridentes, y en las que el humor es uno de sus ingredientes básicos. La última a la que vieron decenas de millones de espectadores fue Lady Gaga, a quien confeccionó un tocado para la apertura de los Juegos Olímpicos de París, en julio pasado.
Durante el recorrido por cuatro décadas de trabajo, va contando su vida en un claro francés: su infancia, su familia, sus amistades, sus clientas, su trabajo… Lo profesional y lo privado forman una unidad indivisible. Si «una mujer sin perfume es una mujer sin futuro», en palabras de Gabrielle Chanel, «una mujer sin sombrero no está completamente vestida», parafraseando a Dior. Con esto último coincide al cien por cien Stephen Jones, que se muestra diplomático al preguntarle si ha sido especialmente complicado trabajar con algún diseñador. «Cada nuevo proyecto es un desafío».
En el museo se exponen 400 objetos, de los que 170 son sombreros. Y no solo de Jones, sino de otras firmas presentes en los fondos del Galliera. Entre esas maravillas, uno de los tres sombreros-zapato que creó Elsa Schiaparelli en colaboración con Salvador Dalí. La exposición es un recorrido por décadas tan ricas en novedades como los 80 y los 90. Grandes críticos de moda, como Suzy Menkes, Tim Blanks y Hamish Bowles, entre otros, firman textos en el catálogo.
La directora del museo, la bilbaína Miren Arzalluz, cuenta que la idea surgió hace cinco años, poco después de asumir este cargo. «Conocí a Stephen Jones en una cena y le propuse hacer una exposición en el museo. Se mostró entusiasmado». Es la primera muestra en París sobre el trabajo de este artista sombrerero, «la nueva Madame Paulette», como lo denominó hace lustros con tino el periodista Patrick Cabasset.
Aquel niño que soñaba con ser astronauta se convirtió en un adulto al que casi siempre vemos tocado de una de sus características boinas, y que ha acabado acariciando las estrellas de carne y hueso. Hasta el 16 de marzo, el museo Galliera es la casa de un sombrerero artista a la cabeza de las modas.
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