Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada, sentido Cantabria, por la avería de un camión
mikel casal
Lecturas

Más preguntas que respuestas

Vulcanología ·

La ciencia aún no ha podido resolver muchos de los misterios que encierran: ni siquiera se puede prever cuándo erupcionarán

mauricio-josé schwarz

Sábado, 2 de octubre 2021, 00:57

A finales del siglo XVII, el sabio jesuita Athanasius Kircher intuyó uno de los elementos clave para comprender el misterioso -y con frecuencia aterrador- fenómeno de los volcanes: que eran una manifestación global, de todo el planeta, y no acontecimientos locales. La prevalencia de los ... volcanes como protagonistas del paisaje se fue haciendo clara conforme los exploradores reunían conocimiento procedente de distintas áreas del planeta.

Publicidad

En todos lados había volcanes, esas desgarraduras de la corteza terrestre por las cuales material del manto, el magma, sale a la superficie pasando a llamarse lava. Los hay extintos (al menos en apariencia), silenciosos, inactivos durante siglos o milenios, a veces cubiertos de vegetación, a veces solo visibles desde el aire o mediante un estudio geológico. Es el caso de volcanes como el Ben Nevis, que es la montaña más alta del Reino Unido; el Huascarán en Perú; el Waw an-Namus en Libia y, uno en Escocia, bajo el Castillo de Edimburgo, que se extinguió hace millones de años y cuyo tapón de roca ígnea forma los cimientos del castillo.

Aquí está el primero de los misterios que guardan los volcanes. Los vulcanólogos los clasifican en 'activos', que han tenido alguna erupción en los últimos cientos de años o que dan señales de experimentar una en el futuro cercano; los 'durmientes', que no han tenido erupciones en los últimos cientos de años, pero sí en los últimos miles y, finalmente, los 'extintos' no han tenido erupciones en varios miles de años y se cree que no volverán a tenerlas.

Se cree… pero no hay certeza. La joven disciplina de la Vulcanología tiene todavía más preguntas que respuestas. No se sabe exactamente cuándo puede hacer erupción un volcán. Ni siquiera cuándo o dónde puede surgir uno. Se sabe que es más frecuente que aparezcan en zonas donde se encuentran dos placas tectónicas, que son también zonas de alta frecuencia sísmica.

Publicidad

Y al echar la vista fuera de nuestro planeta empezamos a encontrar también volcanes extraterrestres. Hoy conocemos casi una treintena en Marte, todos -se cree- extintos. Nuestra Luna tuvo también una intensa actividad volcánica hasta hace unos 50 millones de años, evidenciada por las más de dos decenas de zonas oscuras a las que Galileo llamó 'mares' y que no son sino llanuras basálticas producto de erupciones. Venus tiene identificados al menos 16 volcanes, pero su atmósfera probablemente nos oculta muchos más, al igual que el infernal Mercurio. El cuerpo con mayor actividad volcánica de nuestro sistema solar es Ío, la luna de Júpiter, con numerosos centros eruptivos que lanzan lava y compuestos de azufre y que han sido detectados por sondas como la Voyager I, Galileo, Cassini y New Horizons.

La primera vez que los científicos pudieron estudiar el surgimiento de un volcán fue el 20 de febrero de 1943, cuando un campesino del estado mexicano de Michoacán vio que el suelo de su parcela, que estaba trabajando en ese momento, empezó a temblar, se abrió y empezó a expulsar rocas. Era el nacimiento del volcán Paricutín. Este volcán es parte del llamado 'círculo de fuego', que recorre las costas del Pacífico tanto a lo largo del continente americano como de Asia, que marca los límites de siete placas tectónicas y donde se encuentra aproximadamente el 75% de todos los volcanes del planeta.

Publicidad

Los vulcanólogos se lanzaron a estudiar, medir, analizar, fotografiar y documentar con todas las herramientas de la época el ciclo del Paricutín, que tuvo nueve años de intensa actividad, al cabo de los cuales cesó. Lo que dejó atrás el evento fue un cono de 424 metros de alto, daños en una zona de más de 233 kilómetros cuadrados causados por la lava, la ceniza volcánica y las rocas expulsadas; tres personas fallecidas, dos pueblos cubiertos por la lava, cientos de evacuados permanentes a nuevos poblados.

La lava determina su forma

La temperatura, la viscosidad, composición y gases de la lava determinarán el tipo de volcán que generan, ya que la lava se comporta de manera distinta según los minerales que la formen, los gases que tenga disueltos, su temperatura y viscosidad. Los estratovolcanes (como el Teide o Cumbre Vieja en Canarias) son elevaciones de cuestas escarpadas en forma de cono, y los provoca una lava altamente viscosa que no suele moverse demasiado lejos del punto de salida, sino que se va acumulando en capas. Los volcanes en escudo cubren grandes extensiones con una suave pendiente producto de la expulsión de lava muy líquida y su ejemplo son los hawaianos Mauna Loa y Mauna Kea. Hay otras formas de volcanes como los domos de lava y las calderas, grandes cráteres producto del derrumbe de la superficie sobre la cámara de magma agotado debajo del volcán.

Publicidad

La lava y la ceniza que pueden ocasionar destrucción y tragedias en las erupciones volcánicas también han preservado grandes cantidades de restos de los ancestros de la humanidad y de los primeros de nuestras especies. La conservación de fósiles en depósitos volcánicos es una fuente inagotable de conocimientos para desvelar nuestros orígenes. Así se han conservado incluso incluso las impresionantes huellas de australopitecinos recorriendo un depósito de ceniza volcánica en Laetoli, en el Valle del Rift del África Oriental hace 3,7 millones de años. Este proceso de conservación lo conocemos en la cultura popular por la conservación de cuerpos y edificios de Pompeya y Herculano, ciudades romanas enterradas por la erupción del Vesubio en el año 79.

Los minerales que contienen los depósitos volcánicos pueden además ser datados con gran precisión midiendo la desintegración radiactiva de los isótopos de potasio y argón que contienen y dándonos datos sobre los propios volcanes y su entorno. Y, cuando hace 2,5 millones de años nuestros antecesores empezaron a crear herramientas, el primer material que usaron fue la piedra volcánica.

Publicidad

Los volcanes también nos van permitiendo conocer nuestro pasado y el de los miembros de nuestro sistema solar, incluida la Tierra, dándonos la esperanza de poder, algún día, saber con precisión cuándo y dónde se puede producir una erupción para evitar al máximo sus daños. Una predicción que hoy sabemos imposible y que los expertos solo pueden hacer de modo muy general e impreciso pero que fingen poder hacer muchos embaucadores aprovechándose del temor que, con buena razón, provocan estos incontrolables fenómenos.

Nuestros volcanes

Hay en total unos 40.000 volcanes identificados en nuestro planeta, de los cuales 1.500 se consideran activos al entrar en erupción entre 60 y 80 veces al año, en muchos casos con dos o tres haciéndolo de modo casi simultáneo, con diferencia de días e incluso horas, lo cual es un dato importante para los vulcanólogos. De ese total, más de un centenar se encuentran en España.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad