El poeta seducido por Praga

Interesado inicialmente por las literaturas hispánicas que tanto influyeron en su poesía, se especializó en el universo literario eslavo amparado por su maestro Ettore Lo Gatto y se graduó en 1945 con una tesis sobre la poesía rusa contemporánea. Continuó su actividad literaria y su compromiso con los estudios eslavos en Praga ('Historia de la poesía checa contemporánea', 1950) y experimentó en otros campos culturales como el cine, los títeres y las marionetas ('El teatro de títeres en el romanticismo checo', 1949). Su inspiración literaria se expresó en su colaboración, con poemas y traducciones, en diversas publicaciones periódicas ('Convivium', 'La Fiera literaria', 'La strada') y durante los años 1947 y 1948 su firma apareció en el órgano del Partido Comunista Italiano, 'L'Unità'.

Personalidad intelectual polifacética (poeta, publicista, ensayista, eslavista e interesado por el cine, el teatro, la música, las marionetas y la radio), Ripellino participó en las primeras publicaciones rusas de posguerra ('Rusia' de Lo Gatto y el primer órgano de la Asociación Italia-URSS, 'La Cultura soviética'), publicó en polaco en los cuadernos 'Iridion' e inició una brillante carrera académica dando clases de filología eslava y lengua checa en la Universidad de Bolonia (1948-1952) y posteriormente en la de Universidad La Sapienza de Roma. Dejó un legado importante en la «tercera generación» de los estudios eslavos italianos.

El eclecticismo y su desmesurado interés por diferentes disciplinas define una trayectoria intelectual aparentemente errática en la que la poesía era la disciplina por excelencia, aunque su faceta poética estuvo siempre, y no justamente, deslucida por la dimensión del eslavista. En 1960 publica su primera colección de poemas, 'No un día sino ahora', y tres años antes realiza su primer viaje a la URSS y su inmersión en la poesía rusa, en Vladimir Mayakovsky y en el poeta futurista Velimir Khlebnikov. Más tarde, incluyó en su repertorio a dos poetas a los que estuvo vinculado toda su existencia: Boris Pasternak y el simbolista ruso Aleksandr Blok 'Poemas de Aleksandr Blok', 1960).

Ripellino alcanza la cima de su fama en 1965 al conceder el premio Viareggio a su ensayo-novela 'El maquillaje y el alma. Los maestros de la dirección en el teatro ruso del siglo XX' (1965), destacando las figuras de Konstantin Stanislavskij y Vsevolod Meyerhold. Siguió con sus ensayos sobre literatura rusa ('La literatura como itinerario en lo maravilloso', 1968, y 'Ensayo en forma de balada', 1978) y su obra poética ('La fortaleza de Auvernia', 1967; 'Noticias del Diluvio', 1969; 'Sinfonietta', 1972; 'El espléndido violín verde', 1976; 'Barroco otoñal', 1977) y probó suerte con la prosa publicando 'Historias del bosque de Bohemia' en 1975 y dos años antes su obra más conocida 'Praga mágica'.

'Praga mágica', ahora en una nueca edición de Siruela, es un libro barroco, enrevesado, inconexo y enredado en ocasiones y momentos, intrincado y difícil, profuso en datos y descripciones, a la par que bello y radiante; un libro donde Ripellino plasma su amor por una cultura y una ciudad que venera hasta la idolatría. Enciclopédico en su concepción, profuso en datos y descripciones, recoge todo lo necesario e interesante que se debe conocer sobre la Praga que él vivió.

Está estructurado en dos partes que coinciden con dos períodos históricos de la ciudad: el reinado de Rodolfo II, hijo y sucesor del emperador Maximiliano II y de María de Austria y Portugal, hija del emperador Carlos V, y el de su hermano Matías, la Guerra de los 30 años (1618-1648) y la batalla de la Montaña Blanca (1620).

Rodolfo, sobrino de Felipe II, fue un personaje excéntrico y estrafalario educado en El Escorial durante ocho años, católico y fervoroso impulsor de la Contrarreforma en Bohemia, interesado por la alquimia, la astronomía, la magia, el coleccionismo y los autómatas. Llenó su corte en Praga de alquimistas como Simón Bakalar Hajeck y su hijo Taddeus, Georg Baresch, Jacobus Tepenecz... astrólogos como Tycho Brahe y Johannes Kepler, adivinadores y magos, omnipresentes en la primera parte del libro, hasta que cedió a su hermano Matías Austria, Hungría y Moravia (1608), y falleció cuatro años más tarde. Famoso por la gran colección de libros y manuscritos raros de alquimia, magia y misticismo, su reinado fue el preludio de la ya citada guerra de religión de los Treinta Años. La ciudad de Praga que refleja esta primera parte del libro es la de los personajes ya citados y la del extravagante pintor Giuseppe Arcimboldo, la de la calle de los alquimistas, la de las historias del grotesco y extravagante barrio judío, la del destacado filósofo, talmudista y místico judío Judah Loew ben Bezalel, etc.

La segunda parte del libro se desarrolla «enmarcada» en el reinado de su hermano Matías y el citado conflicto de religión europeo en el que intervinieron las principales potencias de la época hasta la Paz de Westfalia y la Paz de los Pirineos. Nos encontramos en la época posterior a la derrota de La Montaña Blanca (1620), la de la decadencia y ocaso de un reino doblegado por la autoridad y el influjo del sombrío y tétrico catolicismo de la Contrarreforma, la del arte del barroco, la de los jesuitas y la de la prosperidad de los verdugos. A pesar de la «oscuridad» seguimos encontrando anécdotas, historietas, chascarrillos y mitos como en el período anterior. De ellos beberá la fantasía e imaginación de espléndidos escritores posteriores como Gustav Meyrink ('El Golem'), Leo Perutz ('Mientras dan las nueve'), Rainer María Rilke ('Sonetos a Orfe'), Johannes Urzidil ('Goethe en Bohemia'), Pablo Neruda ('Canto general') o el propio Franz Kafka ('El Castillo'). En todos ellos encontramos el amasijo y la mezcla de las tres culturas que enriquecieron una ciudad abierta, pujante y viva, la alemana, la eslava y la judía.

'Praga mágica' es una obra refulgente, chispeante e inteligente que nos traslada la cultura y el ser de una ciudad colorida, inigualable, enigmática e indescifrable por la que deambulan legiones extravagantes de alquimistas, astrólogos, augures, nigromantes, magos, querubines barrocos virtuosos, títeres y fantoches, chirimboleros y trebejeros. Una caricatura de ciudad predispuesta a profecías y oráculos, con vendavales puntuales de desvarío y locura y siempre explicada por múltiples aproximaciones y encuentros casuales e imprevistos. Un caos ordenado y colorista de una ciudad viva a través de sus arcadas, callejones, cobertizos, techados y endiabladas galerías que se desparraman por doquier y configuran el esqueleto de una urbe seductora rodeada por unos muros que embelesan y retienen, a la par que sacan de quicio, a sus visitantes.

Ripellino escribió un libro complicado, pero sumamente atractivo en el que, al igual que en toda su poesía, la copiosidad y exuberancia terminológica, los múltiples significados léxicos, el protagonismo de la música y los músicos, de la pintura y de los pintores, del teatro y los actores, de los payasos y saltimbanquis, refulge e ilumina de colorido y luz una extraordinaria y desconocida obra intelectual, científica y literaria.