
Pianista, compositor, director, hombre de mundo
Aniversario ·
Stravinski, de cuya muerte se cumplen 50 años, fue para muchos el creador musical más importante del siglo XXSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Aniversario ·
Stravinski, de cuya muerte se cumplen 50 años, fue para muchos el creador musical más importante del siglo XXCuando se habla de conciertos que han terminado con altercados del orden público siempre se vuelve la mirada hacia algunos grupos de rock especializados en ... la provocación. Pero el mayor escándalo que recoge la Historia de la Música lo protagonizó un compositor clásico de solo 30 años. Fue de tal calibre que durante la primera parte grupos de espectadores se liaron a puñetazos y arrancaron algunas butacas. La tensión creció tanto que en la segunda parte fue precisa la presencia de la Policía en la sala para mantener un precario orden. Sucedió el 29 de mayo de 1913 en el teatro de Les Champs Élysées, en París. En el escenario, 'La consagración de la primavera', un ballet con coreografía de Diaghiliev. La música era de Igor Stravinski, de cuya muerte se cumplirán cincuenta años el próximo martes.
Pianista, director y para muchos el gran compositor del siglo XX, Stravinski fue un músico inclasificable porque escribió obras con lenguajes muy diferentes y transitó de unos estilos a otros con naturalidad. Sus obras más conocidas son las del llamado período ruso ('El pájaro de fuego', 'Petrouchka', 'La consagración de la primavera', 'El canto del ruiseñor', 'Historia de un soldado'...). A partir de elementos del folclore de su país, compone entre comienzos de siglo y 1920 una música áspera, con fortísimos contrastes, un uso novedoso de las disonancias y ritmos violentos.
Luego llega el Stravinski neoclásico, que vuelve sus ojos a Bach y Mozart, entre otros, y reduce la plantilla orquestal. Son los años de su interés por la literatura y el arte. Los de su amistad con Picasso y Cocteau y su admiración por la poesía de Auden. Durante tres décadas sigue esa estela y de su pluma salen 'Pulcinella', 'Edipo Rey', 'Apolo Musageta', la Sinfonía de los Salmos y la ópera 'The Rake Progress', entre otras muchas obras.
Con 70 años y desaparecido ya Schoenberg, se adentra en el dodecafonismo que tiempo atrás había despreciado. Es la época de 'In Memoriam Dylan Thomas', 'Agon' y 'El diluvio'.
Desde el escandaloso estreno de 'La consagración de la primavera' y hasta su muerte, Stravinski fue una indiscutible figura de la cultura mundial. Su personalidad, sus opiniones sobre asuntos no musicales y su peripecia biográfica ayudaban además en un siglo en el que eso comenzó a ser muy importante. Nacido en el seno de una familia vinculada a la música (su padre cantaba en el Mariinski de San Petersburgo), estudió Derecho pero pronto lo abandonó por la música, donde tuvo a Rimski-Korsakov como gran maestro.
Era aún un estudiante cuando Diaghiliev le encargó su primer ballet. Pronto se instaló en París (más tarde viviría en Suiza y luego marchó a EE UU, donde adquirió la nacionalidad) y allí le sorprendió la Revolución rusa. A diferencia de Prokofiev, nunca tuvo la menor tentación de regresar a su país. Furibundo antimarxista, fue uno de los primeros compositores que se manejó con soltura como un hombre de mundo... y de los negocios.
Pese a su escaso atractivo físico, tuvo una intensa vida amorosa. Casado en primeras nupcias con una prima, mantuvo durante décadas una relación paralela con Vera de Bosset, que también estaba casada. Finalmente, tras el divorcio de Vera y la muerte de la esposa de Stravinski, contrajeron matrimonio. Pero mientras tanto, las aventuras habían sido numerosas. Incluso corre la leyenda, nunca suficientemente demostrada, de que tuvo un romance con Coco Chanel.
Tampoco está certificada la anécdota de su encuentro con Gershwin, pero, como dicen los italianos, «se non è vero, è ben trovato». Al parecer, el compositor estadounidense, un verdadero ídolo en su país, llegó a Francia y fue a visitar al ruso, considerado el compositor más grande de su tiempo. Consciente de sus limitaciones en cuanto a formación clásica, Gershwin -que entonces andaba por los 30 años- pidió a Stravinski que le diera unas clases de composición. «¿Cuánto gana usted al año?», le preguntó este. «Unos 200.000 dólares», le contestó el autor de la 'Rapsodia in blue'. «Pues entonces creo que es usted quien debe dármelas a mí». La ironía y el sentido del negocio de Stravinski quedan bien retratados en la anécdota, incluso aunque sea falsa.
Cuesta más entender algunas de sus opiniones políticas, como cuando se declaró rendido admirador de Mussolini. Tampoco es fácil comprender la animadversión que Adorno sentía por su música. Seguramente se explica más por el lado del filósofo, incapaz de conceder valor a ninguna música que no se inscribiera en la vanguardia más absoluta. Y aunque Stravinski terminó en el dodecafonismo, lo hizo cuando este ya se ramificaba y suavizaba, tras haber militado en el folclore y el neoclasicismo. Pecado mortal para Adorno.
Murió el 6 de abril de 1971 en Nueva York. Era un cristiano ortodoxo que practicó la religión durante toda su vida. Sus restos fueron enterrados en el que puede ser el cementerio más bello del mundo: el de San Michele, en Venecia. Su tumba está próxima a la de Diaghiliev, con quien todo empezó.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
El ciclista vasco atropellado en Alicante murió tras caer varios metros al vacío
Alejandro Hernández y Miguel Villameriel
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.