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Edición
Tal y como diría el añorado filósofo Zygmunt Bauman, son tiempos un tanto líquidos e inestables para la literatura, al igual que para el conjunto de la sociedad. Tiempos difíciles de leer, valga la redundancia. El sector editorial vive una eclosión en los últimos años con más títulos publicados que nunca, la fiebre de la autoedición, un 'boom' de librerías independientes y, ahora, el reto que puede suponer para el sector la Inteligencia Artificial.
Pese a esta aparente bonanza, es necesario separar la paja del grano con espíritu crítico, y para ello Territorios ha reunido a siete autores heterodoxos y diversos en géneros, que escriben en castellano y en euskera, pero con el rasgo en común de su apego a la realidad de la literatura en Euskadi. Y, aunque es imposible trazar un diagnóstico exacto del sector en una época tan cambiante, sí es posible extraer algunas conclusiones que permiten vislumbrar cómo puede evolucionar la escritura, su edición y su mercado.
La primera de ellas, la que pone sobre la mesa Txani Rodríguez –publicó el pasado 2024 su última novela, 'La seca'–, que afirma que la Inteligencia Artificial en ningún caso emulará los rasgos de la escritura humana. «Podrá elaborar tramas o generar argumentos, pero no va a alcanzar la duda del ser humano, este temblor íntimo que es lo que nos hace escribir». Frente a esa IA que a veces se anuncia como la enésima muerte de la literatura, se posiciona también la escritora y profesora de literatura Miren Billelabeitia, que recuerda que en el pasado ya había libros que se escribían «en serie, a troquel, como en una máquina de chorizos», pero que ahora y siempre «los buenos autores seguirán escribiendo libros sin necesitar ninguna de estas herramientas».
Recoge el guante el poeta y 'alma mater' de la editorial bilbaína El Gallo de Oro Beñat Arginzoniz, que coincide en que las tecnologías no lograrán expresar lo que transmite el ser humano con la escritura: «Aunque sea para una edición de 20 copias, siempre habrá buenos escritores, porque eso es algo constitutivo del ser humano y no se pierde nunca. Siempre queda algún foco de resistencia en alguien». Más pesimista es el veterano Jon Arretxe, maestro de la novela negra en euskera, quizás influenciado por la visión de su hijo. «Me dice casi todos los días que la Inteligencia Artificial me va a matar, que me va a llevar a la ruina porque va a escribir mucho mejor que yo. Creo que lo dice convencido y que la gente joven lo piensa de verdad», reflexiona. Pese a todo, intenta convencerse a sí mismo de que, aunque la IA pueda hacer novelas «formalmente perfectas», siempre le faltará «ese toque de genialidad». Karmele Jaio, una de las autoras vascas más universales, sostiene que en la literatura «la mirada personal, la mirada humana» es lo más importante: «Cada uno tenemos una manera de ver el mundo y eso es lo más valioso que te da un libro».
Literatura
Jon Arretxe Escritor
Pionero de los libros de viajes y de la novela negra en euskera, Arretxe acumula una legión de lectores con la saga de Touré.
Txani Rodríguez Escritora y periodista
Obtuvo el Premio Euskadi con 'Los últimos románticos', llevada al cine recientemente. Su última novela es 'La seca'.
Beñat Arginzoniz Poeta y editor
Con años de experiencia como librero, combina la dedicación a la poesía con la edición independiente al frente del sello El Gallo de Oro.
Más allá de futuras elucubraciones y volviendo al presente, la realidad es que la escritura humana resiste muy bien e incluso parece que está en alza. Lo atestigua Garazi Albizua, proveniente de una nueva generación de escritoras y que publicó el pasado noviembre 'Termita'. «Observo que la literatura en euskera está trayendo temas distintos y muy potentes. La gran cuestión es quién lee y cómo. Y ahí está el 'feedback' que viene de los clubes de lectura o de si vendes o no en las librerías de barrio. Ver que en estas librerías han recomendado tu novela o te recomiendan como lectora otras muy interesantes es una maravilla. Estos agentes literarios son clave en todo el sistema», analiza la autora de Santurtzi.
Añade Javier Sagastiberri, referente de la novela policiaca y que acaba de alzarse con el premio de novela Black Mountain con 'Beltza', que en este 'boom' influye mucho el abaratamiento de los costos de las editoriales. «Cada vez hay más editoriales y pequeños sellos que te dan la posibilidad de publicar, hay muchas más opciones que hace 20 años. Sigue siendo difícil, porque yo también a veces mando a algunas que ni me contestan, pero en general ha mejorado. Y luego existe la autopublicación también: antes era imposible o tenías que ser rico para ello y ahora cualquiera puede autopublicar. Solo hace falta tener un poquito de ego y lanzarte», sostiene.
No lo comparte Beñat Arginzoniz, que explica que son las grandes empresas las que siguen copando casi todo el mercado. «Las editoriales fuertes tienen ventajas con los libreros, compra de escaparates, una promoción increíble. Es verdad que han salido librerías independientes que dan la oportunidad a editoriales con menos fuerza, pero esa lectura es residual. Estamos hablando de 200 o 400 ejemplares. Entonces, ¿qué se lee en general? Se lee más, pero cosas que no tienen mucho valor literario. De por sí, que se lea más no tiene por qué ser bueno. Antes se leía menos, pero los lectores estaban verdaderamente interesados», lamenta el poeta y editor.
Jon Arretxe tampoco ve muy claro que este auge vaya a ser beneficioso: «Es mucho más fácil publicar, se publica más que nunca, pero lo que falta son lectores interesados. Y además hay mucha más competencia que hace 30 años». Es decir, existe mucha producción en el mercado, pero pocos filtros de calidad. Miren Billelabeitia llega con los deberes hechos y los datos bajo el brazo. «Faltan lectores, es verdad, nunca son suficientes. Pero el año pasado la media de lectura en Euskadi estuvo casi en el 70% de lectores habituales y no estamos tan alejados de los países donde más se lee. Por ejemplo, en Noruega la cifra es del 71%, y aquí es del 69,4%», detalla, y rememora que hace unas décadas, en los años 70, «nadie leía en euskera, porque no estábamos alfabetizados».
La convivencia de dos lenguas es un elemento esencial de la literatura vasca, que la dota además de una diversidad envidiable, no solo idiomática, sino también en cuanto a temas, realidades y géneros. «El perfil del escritor vasco es diverso y amplio pero a los que escribimos en euskera sí que nos condiciona por completo el hecho de escribir en una lengua que sabes que puede desaparecer. Yo creo que esa es la distinción», desliza Karmele Jaio, que celebra que existe «un creciente interés desde editoriales del Estado» hacia los autores euskaldunes: «Antes, cada territorio tenía su autor y poco más. Aquí estaba Bernardo Atxaga y no se traducía a mucha más gente. Ahora, las editoriales han visto que hay una gran diversidad».
Lo corrobora Txani Rodríguez, que pone como ejemplo el éxito de autoras como Eider Rodríguez, Katixa Agirre o la propia Jaio. «Se ha traducido al castellano con mucho éxito a estas autoras, ha habido una respuesta formidable que hace unos años era más raro que se produjera», explica. Volviendo a casa y al lector vasco, Sagastiberri destaca que el público en euskera «es más homogéneo» al residir mayoritariamente en Euskadi. «En cambio, a un autor de Madrid igual le condiciona más el pensar que su libro puede acabar en Montevideo», añade.
Al hilo de los ejemplos que cita Txani Rodríguez, no es baladí el papel de las mujeres en la literatura, no solo como escritoras, sino también en cifras de lectura. Expresa Garazi Albizua que «siempre ha habido más lectoras que lectores» y, en esa línea, se cuestiona por el porcentaje de hombres que leen a las autoras: «Me gustaría saber cuántos hombres cogen un libro en una tienda, miran la sinopsis y dicen 'me interesa', y les da igual si lo ha escrito un hombre o una mujer». Sagastiberri, Arretxe y Rodríguez suscriben esa visión: «Los hombres leen menos a las mujeres».
Respecto a la producción literaria, lo que parece claro es que la publicación por parte de mujeres ha crecido notablemente en las últimas dos décadas. Así lo sostiene Miren Billelabeitia, que detalla que hoy en día un tercio de las escritoras en euskera son mujeres, «cuando en el año 2000 el 90% de quienes publicaban eran hombres». Una subida importante, por tanto, pero insuficiente y todavía lejos de la igualdad real.
Literatura
Javier Sagastiberri Escritor
Uno de los principales nombres del 'boom' de la novela negra vasca que se ha bautizado como 'euskal noir'.
Miren Billelabeitia Escritora y docente
Escritora y profesora de Euskera y Literatura, ganó en 2023 el Premio Euskadi de Ensayo con 'Norberak maite duena', que acaba de traducirse al castellano.
Karmele Jaio Escritora
Una de las principales autoras en euskera y embajadora internacional de la literatura vasca.
Garazi Albizua Escritora y guionista de cómic
Representante de una nueva generación, alterna el cómic, la obra gráfica y la novela. 'Termita' es su título más reciente.
Por su parte, Karmele Jaio constata estos avances en temas de género y en cultura lectora, pero todavía aprecia ejemplos que le sorprenden para mal. «Yo creo que algo se ha avanzado pero todavía lo femenino no termina de ser visto como algo universal. Recuerdo cuando publiqué 'Amaren eskuak' y me encontré a un conocido y me dijo: 'Karmele, ya le he comprado tu libro a mi mujer'. Le pregunté a ver si entonces él no lo iba a leer y me contestó que no, que eso eran temas de mujeres, al ser el argumento sobre una madre y su hija. Si en cambio yo hubiese escrito un libro sobre la relación entre un padre y un hijo, las mujeres lectoras no lo hubieran rechazado pensando que era un tema de hombres. Entonces, me da la sensación de que los temas universales son solo los temas de los hombres y que creen que los nuestros no son su espacio», lamenta la autora alavesa.
En cuanto a géneros, Albizua saca a relucir la novela negra, terreno considerado masculino hasta hace poco y en el que todavía algunos hombres son reticentes a leer historias policiacas escritas por mujeres, ignorando a las grandes maestras del género. Sagastiberri, representante del llamado 'euskal noir', sí cree que hay un movimiento fuerte de autoras de novela negra y de terror, sobre todo en Latinoamérica: «Allí hay ahora un auténtico 'boom femenino', con autoras tan prestigiosas como Mónica Ojeda o Mariana Enriquez, que son más relevantes en el panorama que sus contemporáneos hombres».
En resumidas cuentas, la literatura avanza con sus retos, sus caminos que recorrer, desigualdades que superar... Como prácticamente en todos los ámbitos de la sociedad. Pero, por encima de todo, sobresale una convicción: la pulsión por escribir es algo intrínseco al ser humano que ninguna tecnología ni inteligencia robótica podrá anular jamás. Y como de momento no hay más certezas, mejor que el futuro nos encuentre leyendo, hablando sobre libros o buscando recomendaciones, sumidos en esa corriente de complicidad entre lectores y escritores que está en la base de nuestra cultura.
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Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
Iker Cortés | Madrid
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