La pasión de Almudena Grandes

La biografía, ilustrada por Ana Jarén, incluye los datos claves en la trayectoria vital y creativa de Grandes, con referencias a años, títulos, premios, pero no solo hace eso; establece paralelismos con la vida y la obra de autoras de una generación posterior, la de Moreno Durán, y sigue arrojando luz sobre algunos problemillas que se encuentran a la hora de consagrar las horas a la creatividad (progenitores que esperan algo menos precario para sus retoños, la conciliación familiar, los prejuicios y estereotipos sobre la mujer joven que escribe, por ejemplo). Y no es un texto académico, lleno de citas y páginas que buscar en otros libros, sino algo más íntimo, escrito por alguien que tuvo la oportunidad de compartir tiempo con la fallecida escritora madrileña y su familia.

El resultado es un recorrido por la vida de alguien que vivió «con pasión», como escribió y que «militaba en la alegría», contado casi como asomándose a las habitaciones de su casa.

No solo por las lecturas, Moreno Durán sabe que a Almudena le encantaba cocinar y hasta da alguna de sus recetas; sabe de la importancia de ciertas calles no muy alejadas entre sí del callejero madrileño para la protagonista del libro, que las convirtió en escenario de sus novelas, y del rincón de Rota en el que pasaban las vacaciones; sabe cómo fue su primer matrimonio y cómo surgió el amor con su segundo marido, el poeta Luis García Montero -que por cierto publica en Tusquets 'Almudena' con los poemas que le dedicó entre 1994 y 2021- conoce la frase y casi el momento que la llevó a comenzar sus 'Episodios de una guerra interminable' con 'Inés y la alegría' en 2010.

En el volumen hay sitio para el abuelo, para el gato, para el mercado, para los hijos y los amigos y para el Atlético de Madrid. Para los procesos de escritura tanto como para analizar el tipo de entrevista que se le hacía a una escritora en los noventa. Una que, de paso, se había dado a conocer con la novela erótica 'Las edades de Lulú'. No hace falta decir mucho más. Bueno, tal vez sí: que durante años Almudena Grandes se sintió, a nivel literario, sola. Una vez le escribió a la autora de su biografía un mensaje en el que ponía: «Me he sentido sola durante tantos años en mi generación, he tenido tantas veces la sensación de estar equivocándome, empeñándome en caminos que no parecían interesarle a nadie...».

A Moreno Durán no se le olvida tampoco lo que Almudena le dijo tras ganar un premio con su primera novela, 'La hija del comunista'. Era la primera vez que hablaban. De consagrada a debutante. «Lo importante no es el premio, Aroa, es el libro». Y lo repite: «Lo importante son los libros». Es como un mantra para no perder de vista lo que hacen. Imaginar, sí, ficcionar, claro, pero también recuperar, explicar, señalar, dejar constancia. Recordar y recordarles historias de la Historia a los lectores.