Ópera sin transgresión

La temporada se iniciará con 'Don Pasquale' (1843) de Donizetti, representada hace siete años sin orquesta como consecuencia de la huelga convocada por los músicos de la Sinfónica de Euskadi. Incluso quienes más recelan del compositor de Bérgamo ven en esta ópera una frescura juvenil que la empareja con las mejores obras cómicas de la escuela italiana. Y como toda gran comedia, tiene su reverso triste y melancólico. En noviembre la temporada se iluminará con el estreno en ABAO de 'Il trittico' (1918) de Puccini, una trilogía de óperas breves y muy diferentes entre sí que puede verse como una progresión de la oscuridad a la luz: brutalmente verista 'Il tabarro', envuelta en una atmósfera religiosa 'Suor Angelica', poética y vivaz 'Gianii Schicchi'. A menudo se representan de manera independiente, pero Puccini, aun siendo consciente de haber creado una trilogía «tan larga como un cable transatlántico», insistió siempre en que debía ofrecerse en su totalidad. Su estreno en Bilbao coincidirá con el centenario de su muerte y tiene todos los visos de convertirse en uno de los hitos de la temporada.

Con 'Tristán e Isolda' (1865) volverá Wagner después de algunos años ausente y, de su mano, una prodigiosa unión de intensidad, sensualidad y espiritualidad. Basada en un poema épico del siglo XIII, la ópera permanece como un canto al amor ideal (con todas las sombras que lo rodean) y a la vez como una puerta abierta a la modernidad musical, convencido el propio compositor de que «'Tristán' es y seguirá siendo una maravilla. Nunca podré comprender cómo llegué a escribir algo así».

'La favorite' (1840) pondrá de nuevo los pies en la tierra con una trama de inspiración romántica, ambientada en la época de la Reconquista, que Donizetti situó en el marco de la 'Grand opera' francesa, mientras que el cierre de temporada vendrá dado por 'Otello' (1887) de Verdi, la penúltima y más intensa de sus óperas, la de mayor temperatura dramática y la más minuciosa en el retrato de sus personajes.

Decía Bernard Williams que «hay personas cuya preocupación por la ópera se dirige primordialmente al talento y los logros de los cantantes», y solo asumiendo esa premisa puede entenderse la doble presencia de Donizetti (que componía por y para los cantantes) en una temporada de cinco títulos. En 'Don Pasquale' destacan las voces de María José Moreno y Simón Orfila y en 'La favorite' las de Silvia Tro Santafé e Ismael Jordi, aunque a simple vista no hay reparto más estimulante que el de 'Il trittico', con Carlos Álvarez, Ángeles Blancas, Marco Berti y Sofía Esparza unidos al debut de Chiara Isotton y a la presencia de una cantante histórica, curtida en mil batallas, como Karita Mattila. Oksana Dyka y Gwyn Hughes Jones protagonizarán 'Tristán e Isolda' junto a una Daniela Barcellona muy alejada de su repertorio habitual, reservándose 'Otello' las buenas bazas de Jorge de León como el moro de Venecia y Ermonela Jaho como Desdémona. Y una vez más, hay que valorar la apuesta por artistas de casa como Marta Ubieta, Naroa Intxausti, Eider Torrijos, Marifé Nogales, Mikeldi Atxalandabaso, José Manuel Díaz o Fernando Latorre en papeles secundarios pero imprescindibles, aquellos sin los que nada sería posible.

Tampoco lo sería sin los directores de orquesta, entre los que sobresale Erik Nielsen en su vuelta al foso del Euskalduna después de varias temporadas. Su Wagner ha sido siempre denso, hermoso y natural. Pedro Halffter, Riccardo Frizza y Francesco Ivan Ciampa son rostros familiares y de total confianza que dejarán al italiano Sesto Quatrini como único debutante en la temporada.

Todo ello se combinará en la parte escénica con la mirada minimalista de Allex Aguilera sobre 'Tristán e Isolda', la propuesta de Valentina Carrasco para 'La favorite' que abrió el Festival Donizetti de Bérgamo en 2022, la reposición del 'Otello' firmado por Ignacio García que vimos en 2015 (con suntuoso vestuario de Lorenzo Caprile) y dos nuevas producciones propias de ABAO, a cargo de Emiliano Suárez la de 'Don Pasquale' y de Paco Azorín la de un 'Trittico' que se anuncia inspirado en el neorrealismo italiano. Quizás en ellas pueda darse el punto de transgresión que la ópera, como todas las artes, necesita para avanzar y seguir mirando hacia adelante.