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Ala edad en la que el común de los mortales sueña con vivir en paz y disfrutar de tranquilidad en la vida que le quede, a Plácido Domingo (Madrid, 1941) no le basta con los casi 150 papeles que ha interpretado en los escenarios líricos ... de todo el mundo y en la discografía. Sigue estudiando nuevos roles y ampliando su ya oceánico repertorio. Ahora, dos meses después de haberlo interpretado en el Teatro Real de Madrid, publica un DVD (sello Sony) con un ‘Macbeth’ en el que aborda el papel que da nombre a la ópera de Verdi (a partir de la obra de Shakespeare) cuarenta años después de haber asumido por primera vez el de Macduff, reservado para un tenor. Más allá de la anécdota, lo que resulta revelador es el camino recorrido por un artista que lo ha cantado todo. Porque piensen en una ópera que sea al menos medianamente célebre y es prácticamente seguro que Domingo la haya interpretado.
Hace un par de meses, en una comparecencia pública, aseguraba haber hecho algo todos los días de su vida. Un repaso a su biografía avala la afirmación. No habrá muchas personas que la tengan tan repleta. En todos los sentidos, porque Domingo -hijo de dos cantantes de zarzuela- se casó a los 16 años, se divorció pronto y se volvió a casar a los 21. A los 18 debutó primero en un papel de barítono en ‘Marina’ y luego como tenor en ‘La Traviata’. Tres años más tarde, ya era una estrella internacional.
Desde entonces ha tenido tiempo para hacerlo todo: cantar, dirigir orquestas y gestionar teatros. Desarrollar una intensa actividad en la promoción de nuevos cantantes. Participar en campañas de solidaridad con los más desfavorecidos, sobre todo en México a raíz de que en el terremoto de 1985 murieran varios familiares directos. Acudir a las citas más importantes de sus dos grandes aficiones, los toros y el fútbol -suele dejar en blanco en su agenda las fechas en las que la selección española juega en mundiales y eurocopas para poder asistir a los partidos- y acudir al Santiago Bernabeu cuando el Real Madrid celebra un título importante.
Pero ser el cantante con más roles en su repertorio o haber arrebatado a Pavarotti después de veinte años el récord del aplauso más largo no han sido logros que haya conseguido con facilidad. En una entrevista concedida a este periódico hace más de una década insistía en que ha tenido que salvar escollos continuamente, empezando por verse obligado a ampliar la tesitura de su voz que en el inicio de su carrera era muy corta. También ha debido superar un cáncer de colon y no pocos problemas vocales. Su guía en esos momentos ha sido siempre luchar, salir adelante para seguir cantando porque no hay nada que le guste más.
A una técnica vocal prodigiosa, en la que se basa la amplitud de su repertorio y su longevidad artística, suma una imponente presencia escénica. Se observa en el ‘Macbeth’ que acaba de salir al mercado. Hay cantantes con voces maravillosas que tienen un registro gestual mínimo o que se mueven con torpeza por el escenario. No es su caso. En su juventud pensó seriamente en dedicarse al cine. Tanto que incluso se puso a sí mismo un plazo: si a los 30 años no se había convertido en una estrella de la ópera, lo dejaría para derivar su carrera hacia la gran pantalla. Sabemos lo que sucedió, pero su pasión por la interpretación, con o sin canto de por medio, sigue intacta.
Como sigue su pasión por cantar. En la citada entrevista, Domingo anunciaba su retirada «probablemente» para antes de 2010. Han pasado siete años desde esa frontera que él mismo se marcó y su próximo objetivo ya es llegar a las 4.000 funciones. Le quedan menos de cien, porque en julio celebró la 3.900, y a estas alturas ya nadie duda de que, salvo accidente, lo conseguirá. Luego, siempre le quedará la dirección. Porque el cantante madrileño toma la batuta alrededor de medio centenar de veces cada temporada, y lo hace lo mismo para dirigir una pieza lírica que una obra con solista o una partitura sinfónica. La suya es una vocación por la música tan torrencial que solo puede equipararse a la de otro gigante de su generación con quien ha trabajado en más de una ocasión: Daniel Barenboim. Lo más reciente de Domingo es ‘Macbeth’ pero todos sabemos que no será, ni mucho menos, lo último.
Nació en Madrid el 21 de enero de 1941, hijo de un aragonés de quien toma el nombre y la vasca Pepita Embil, ambos cantantes de zarzuela.
Debutó a los 18 años y ha interpretado casi 150 papeles. También dirige orquestas y ha sido responsable de coliseos líricos. Está en posesión de distinciones de gran relevancia y doctorados Honoris Causa. Ha ganado siete premios Grammy. Acaba de lanzar ‘Macbeth’ en DVD, en producción de la Ópera de Los Ángeles, con E. Semenchuk, I. D’Arcangelo y J. Guerrero, bajo la dirección de James Conlon (Sony).
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