El niño prodigio canadiense

Otra distribuidora, Avalon, apostaba también por el estreno de nuevas producciones desde finales de marzo. Lo suyo es el cine independiente, así que la película escogida fue la última del canadiense Xavier Dolan, que es todo un niño prodigio del cine -o al menos ha sabido sacarse las castañas del fuego muy bien desde muy temprana edad-. Dolan (nacido en Montreal, en Quebec, en 1989) tenía en su currículum, antes de cumplir los 30 añitos, unos cuantos títulos como actor, cosa que tampoco es tan rara; lo curioso es que también contaba ya con hasta ocho producciones como director, por no hablar de escritor y productor. El último de ellos, este que acaba de estrenarse en pleno confinamiento mundial.

La película, que pudo verse en Filmin la última semana de marzo y al parecer fue uno de los estrenos más vistos de la plataforma, se titula 'Matthias y Maxime' y es una oda a la amistad y el amor entre hombres. El autor no la define como una película gay, sino sobre el amor, el deseo y la amistad, que a veces pueden ser bastante confusos. Cuando a los dos protagonistas se les pide que se den un beso, mientras ruedan un corto, descubren que entre ellos cambia algo, que ese gesto hace que se tambalee un poco lo que hasta entonces creían y sentían.

«Ni Matthias ni Maxime cuestionan su sexualidad, están seguros de ser heterosexuales. Ellos no consideran que su sentimiento mutuo sea un amor gay, pero el caso es que sienten algo perturbador y desestabilizador», ha descrito Dolan. «Yo conozco esta sensación perfectamente». Como el afecto que los amigos se profesan, que está en el germen de la película. «Nació del deseo de trabajar con mis amigos, para trasmitirles mi gratitud y mi afecto».

Sus amigos fueron para él una tabla de salvación. Empezar muy joven en el medio y tener éxito de adolescente lo llevaron a estar muy solo y aislado, cuenta. A sentirse un extraño en un mundo de grandes nombres, de adultos. Y es que su vida ha estado un poco fuera de lo llamado normal desde crío. Su padre es el cantante, actor y comediante de origen egipcio Manuel Tadros y, de su mano, Dolan llegó primero a la publicidad: a los cinco o seis años estaba ya protagonizando un montón de anuncios. Pronto, debutando en alguna serie. A los ocho empezaba a trabajar en películas para el mismo medio y a los diez le llamaban para actuar en cortometrajes.

Cuando tenía poco más de quince participó en el corto 'Miroirs d'été', que recorrió el circuito de festivales internacionales. Y cuando los demás son solo estudiantes adolescentes, le dio por escribir una historia que a los 19 se convertiría en su primera película como director. Le puso por nombre 'Yo maté a mi madre' y el de Dolan empezó a sonar. La razón: que el jovencito debutante y su obra se llevaron tres premios en Cannes.

La receta, que ha repetido a menudo a lo largo de esta década y media que lleva escribiendo y dirigiendo, es una mezcla de vivencias propias e imaginación. Vamos, la famosa autoficción, pero en la gran pantalla. Y también ha optado por poner el foco en personajes que no suelen ser los habituales en el cine joven. En 2010 lanzó 'Les amours imaginaires', o qué pasa cuando dos amigos se enamoran del mismo chico. En Cannes le dedicaron una buena ovación y en Sydney se llevó premio. En 2012 'Laurence Anyways', con una mujer transgénero como protagonista, recibiría el premio a la mejor película canadiense en el Festival Internacional de Cine de Toronto. Desde entonces, ha ido a película cada año y medio, más o menos. Y le ha dado tiempo a grabar algún videoclip, como el de la canción de Adele 'Hello'.