El mutis de un viejo 'cockney'
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El latido cultural ·
Michael Caine ha decidido retirarse de la profesión tras cumplir noventa añosCon su acendrado humor británico, el gran Michael Caine ha dicho que ya está un poco cansado de que le ofrezcan solo papeles de viejo o muy viejo. Pero sobre todo, lo que pesa para tomar la decisión de retirarse de los focos es que ... se siente físicamente fatigado, con menos energía para afrontar la disciplina de un rodaje.
Leí con agrado su libro de memorias 'La gran vida (The Elephant to Hollywood)'. Lo del elefante es porque Caine nació en Elephant and Castle (al igual que Charles Chaplin), modesto barrio del sur de Londres que ya en los años mozos de Michael se consideraba un lugar inseguro. Y el símbolo del barrio es un elefante rojo con una torrecita almenada encima. Michael Caine proviene del proletariado más humilde. Su padre, un tipo duro y recto del que su hijo habla con afectuoso respeto, ganaba el jornal como repartidor de pescado y no se quitaba el olor de encima ni a tiros. Y su madre era una abnegada ama de casa, y además tenía un trabajo de criada, que tiraba de la familia con aquellos magros ingresos. Caine muestra el orgullo de clase de sus orígenes. Ese mismo espíritu que cambió el cine británico en los cincuenta y sesenta a través del 'Free Cinema' que retrataba a la clase trabajadora en su vida cotidiana. Como suele suceder entre los que han sido pobres y después han ganado mucho dinero, Caine dedica quizá demasiadas páginas a ese apartado y a la adquisición de sus posesiones, aunque sin caer en la ostentación. Es un buen tipo que cae bien y que, en consonancia con el título del libro, está muy agradecido a la suerte por lo mucho que le ha permitido disfrutar de lo mejor de la vida: ser una estrella.
Así pues, Michael era un 'cockney' y hablaba con ese barriobajero acento, que no era el más adecuado para declamar a Shakespeare. Paradójicamente, se dio a conocer interpretando con la dicción precisa a un estirado oficial de clase alta en 'Zulú' (Cy Enfield, 1964), vigorosa película que recreaba el asedio y defensa de Rorke's Drift en 1879 y que tuvo mucho éxito. Al final de 'La gran vida', Caine hace una lista comentada de sus películas favoritas en las que ha intervenido, empezando por 'Zulú'. Repasemos algunas de ellas.
'Alfie' (Lewis Gilbert, 1966), en la que encarnaba a un golfo seductor, fue el puente que permitió al 'elefante' llegar a Hollywood con una nominación al Oscar como mejor actor protagonista. Una película muy celebrada fue 'La huella' (Joseph Mankiewicz, 1972). Basada en la obra de teatro de Anthony Shaffer, que también escribió el guion, era un espectacular mano a mano con Laurence Olivier en un malévolo juego de trampas y equívocos. Caine cuenta que fue un duro trabajo, además del respeto que le imponía dar la réplica al mejor actor del mundo. En 1975, a las órdenes de John Huston, fue el compañero de Sean Connery en 'El hombre que pudo reinar', una película que me encanta y que está basada en un también espléndido relato de Rudyard Kipling (a quien interpretaba Christopher Plummer). Connery y Caine eran muy amigos y esa química se transmite en la relación entre esos dos sargentos ingenuos, valientes y arribistas que van a Kafiristán en pos de una quimera que se hace realidad.
Dice de 'Un par de seductores' (Frank Oz, 1988) que fue la película más divertida de su filmografía. Desde luego es una comedia hilarante y muy conseguida, bastante superior a la versión de 1964, de la que era 'remake'. Michael Caine es el sofisticado sablista de damas ricas que interpretaba David Niven; y Steve Martin el caradura de baja extracción cuyo referente era un Marlon Brando bastante pasado de rosca. Tengo debilidad por 'El americano impasible' (Philip Noyce, 2002). Como en la anterior, incluso superior a la versión de la célebre novela de Graham Greene que dirigió Mankiewicz. Caine considera que su perfecto y melancólico Thomas Fowler, veterano corresponsal en Vietnam, fue de lo mejor que ha hecho.
'Hannah y sus hermanas' (Woody Allen, 1986), le reportó el Oscar a mejor actor de reparto en esta excelente película coral en la que Caine estaba perdidamente enamorado de su cuñada, la atractiva Barbara Hershey. Y por último, me referiré a una película pequeña muy buena, así se lo parece también a su protagonista. 'Harry Brown' (Daniel Barber, 2009), tenía la peculiaridad de que la dura historia sucedía en Elephant and Castle, y al viejo 'cockney' le sorprendió lo sórdido que se había vuelto su antiguo barrio.
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