Moda masculina, poder, arte y diversidad
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El Victoria & Albert Museum recorre la evolución de la vestimenta para hombreabraham de amézaga
Viernes, 18 de marzo 2022, 22:07
Para Gabrielle Chanel, que creó un estilo, la moda fue un oficio. Lo decía ella, que se inspiró en el guardarropa de su gran amor, Arthur 'Boy' Capel, a la hora de idear colecciones cómodas para sus semejantes, de liberarlas. Christian Dior, por su parte, ... dijo ante cuatro mil estudiantes en el anfiteatro de la Sorbona que si él estaba allí, en una universidad, pronunciando una conferencia, aquello significaba que la moda había pasado «de lo artesanal a lo artístico». Loris Azzaro, décadas después, era de los que opinaban que se trata de un arte menor, «porque estamos obligados a venderla». Opiniones al respecto, y de las más notables, hay tan numerosas como dispares. De lo que nadie duda hoy es que las propuestas de moda están cada vez más presentes en los grandes museos del mundo, con exposiciones temáticas.
«Hasta hace bien poco, la moda se percibía como algo frívolo, pero cada vez se está viendo más como una manifestación artística de cada periodo», cuenta a Territorios Lucina Llorente, experta en Tejidos del Museo del Traje, en Madrid, así como co-comisaria de la exposición que hasta finales de este mes tiene lugar en Granada sobre Mariano Fortuny. «El traje se ha convertido en una herramienta muy útil y, puesto al lado de otras artes, ha ganado mucho valor. No solo es algo frívolo que se viste en el presente, sino que su pasado contribuye a contextualizar muchas cosas», añade.
Mientras París clausurará en varias semanas la gran muestra consagrada a la trayectoria del malogrado Thierry Mugler (1948-2022) en el Museo de las Artes Decorativas, y acaba de abrir otra en homenaje al también desaparecido Alber Elbaz (1961-2021), en el Galliera, al otro lado de la Mancha, la capital británica, y en concreto el prestigioso Victoria & Albert Museum (V&A) inaugura hoy una exposición centrada en la moda de hombre, bajo el título de 'Fashioning masculinities. The art of menswear' (Confección de masculinidades. El arte de la moda de caballero). Un recorrido desde el Renacimiento y sus cortes europeas hasta el momento actual.
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Nos hallamos ante algo novedoso y rematadamente interesante, porque nunca antes se puso en pie una muestra similar, por lo menos en el mencionado museo, una de las referencias a nivel planetario en la materia. En el pasado, se organizaron en él otras grandes manifestaciones, como por ejemplo en torno a Cristóbal de Balenciaga; Dior, que llegó a ser la más visitada en la historia del V&A, al acoger a alrededor de seiscientas mil personas; o Alexander McQueen, entre las monotemáticas.
La apertura de 'Fashioning masculinities', donde nos sumergimos en cómo se ha confeccionado y modificado la moda de caballero a lo largo de los siglos, se aguardaba con ansia. La espera ha merecido la pena, y llega dos meses después de la presentación de las colecciones masculinas para el próximo otoño-invierno y a escasas semanas del final de la última de las pasarelas, en este caso de mujer, en París.
Tres son los ángulos principales desde los que se analiza en ella el vestir: el poder, el arte y la diversidad, invitando al visitante a recorrer alrededor de un centenar de propuestas de moda, que conviven por unos meses con obras de arte a lo largo de galerías temáticas: 'Undressed' (Desvestido), que se centra en el cuerpo y las prendas interiores; 'Overdressed' (Sobrevestido), un viaje al armario masculino de elite, y 'Redressed' (Revestido), sobre la sastrería rural inglesa, los orígenes del traje, la influencia del atuendo militar y la evolución de las actitudes de estilo. En las diferentes galerías se pone en paralelo el trabajo de diseñadores y artistas, junto a sus clientes y modelos, dejando en evidencia el modo en el que ambos han ido haciendo realidad formas de masculinidad.
Una combinación que tiene su lógica y que reúne creaciones de diseñadores destacados junto a esculturas clásicas, pinturas del Renacimiento, fotografías, películas…, llegados de préstamos y de los fondos del propio museo. La exposición se inaugura en un momento de lo más interesante en el terreno de la moda hombre, porque, como señalarían en un comunicado Claire Wilcox y Rosalind McKever, sus comisarias, «está disfrutando de un auge de creatividad sin precedentes», mientras a lo largo de «mucho tiempo ha sido un poderoso mecanismo para fomentar la conformidad o un vehículo de expresión individual».
Dandis como Robert de Montesquiou, que inspiraría a Marcel Proust para el personaje del barón de Charlus, en 'En busca del tiempo perdido'; Balzac, que escribió, entre otras perlas, el 'Traité de la vie élégante' (Tratado de la vida elegante), Beau Brummel u Oscar Wilde, quien en cierta ocasión, cuando se disponía a cruzar una frontera, le preguntaron si tenía algo que declarar, y respondió «aparte de mi talento, nada», son ejemplos de que su manera de vestir era una prolongación de la personalísima actitud que mantuvieron a lo largo de su existencia.
«Cuando se estudia la moda como algo serio se incluye lo masculino. Además, este ha sido protagonista de la historia de la vestimenta, sobre todo en España», señala Llorente. Y recuerda que Felipe II adoptaría el negro, también conocido como negro ala de cuervo, símbolo de la monarquía. En la muestra londinense consagrada al arte de la indumentaria para hombre, que estará abierta hasta el 6 de noviembre, el rosa y el escarlata son colores que también se muestran, por su histórica presencia en las prendas masculinas.
El hombre de hoy se preocupa por su aspecto y en algunos casos hasta más que multitud de mujeres. Lo masculino ya no es solo sinónimo de macho alfa, sino también en más de un caso de androginia. Las pasarelas nos acercan una moda para hombre que se aproxima a la de mujer, en formas, colores, materiales… Un ejemplo claro, que se percibe en el V&A, es la presencia de telas transparentes para crear conjuntos, por parte de diseñadores actuales. Nombres otrora clásicos, que se convierten en ultramodernos y transgresores. Es como si quisieran reclamar igualdad de géneros en cuanto a posibilidades de vestir, libertad absoluta, fuera represión o cualquier amago de esta.
Yves Saint Laurent dijo aquello de que «nunca está más femenina una mujer que cuando se viste de hombre», refiriéndose a los atuendos inspirados en el guardarropa masculino, como su mítico esmoquin. ¿Y a la inversa? ¿Un hombre estaría de lo más masculino vestido de mujer? Lo cierto es que Marlene Dietrich, cuya imagen no falta en la exposición, estaba arrebatadora en el film 'Marruecos' (1930) con aquel esmoquin, al que acompañaba de sombrero de copa. Y David Bowie -también presente-, cuando se maquillaba al máximo en los no tan lejanos años 70.
A finales del pasado siglo, Paco Rabanne, en una de sus visitas a su añorado País Vasco, y tras un desfile, vaticinó que en el siglo XXI el hombre llevaría joyas y se maquillaría. Aunque no todos los hombres portan joyas, y mucho menos se maquillan, hoy es común ver a jóvenes y no tan jóvenes con pendientes, brazaletes, anillos y collares. También los hay que recurren al maquillaje, para disimular defectos de la piel y hasta se pintan las uñas, porque no tienen prejuicio alguno. Ya parece no haber límites o fronteras entre lo masculino y lo femenino. Y eso, para muchos, es de lo más saludable.
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