Mikel Casal
Ciencia y tecnología

Minas en el espacio

Astrofísica ·

Muchas materias primas que algún día escasearán en la Tierra se hallan también en asteroides, pero el gran problema es cómo llegar y hacerse con ellas

MAURICIO-JOSÉ SCHWARZ

Viernes, 4 de septiembre 2020, 23:39

En las escuelas se enseña que hay recursos renovables, que podemos reciclar o hacer aparecer, como el agua, la madera o la comida, y recursos no renovables, como los minerales de los que se pueden extraer elementos necesarios para la industria o la tecnología.

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Pero, ... si se agota un mineral en nuestro planeta, algo que no es seguro que ocurra, ¿no se puede obtener en otro lugar del universo? Los desafíos para hacerlo son enormes, pero ¿sería posible? Tanto escritores de ciencia ficción como científicos y tecnólogos serios han levantado la vista hacia un enorme depósito de minerales que tenemos cerca -en términos astronómicos- el cinturón de asteroides.

Hay que recordar que, según una frase atribuida a algún personaje danés, «es muy difícil hacer predicciones, sobre todo acerca del futuro». Más allá de su aspecto humorístico, es destacable el fracaso espectacular de muchas predicciones, incluso las realizadas sobre datos y hechos más que sobre el material evanescente de la mística, el esoterismo y el capricho. Sobre el tema de la economía, un aspecto recurrente son las advertencias del agotamiento de los recursos y el aumento de la población, especialmente desde que Robert Malthus alzó por primera vez la voz de alarma en 1798. Pero fueron un fracaso tanto sus predicciones como las de sus seguidores década tras década hasta llegar a los agoreros del desastre que en la década de 1970 preveían la muerte por hambre de cientos de millones debido a la sobrepoblación y el hambre, algo que por fortuna no ocurrió.

Así, la previsión de la escasez de minerales varía mucho según los autores. Algunos piensan que elementos escasos como el antimonio, el molibdeno o el zinc se agotarán en un futuro previsible, e incluso plantean formas de reducir su explotación para guardarlos de modo que los tengan generaciones futuras, dado que estos elementos son necesarios para muchos aspectos.

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Otros creen que, como ocurrió en el pasado, nuevas tecnologías y materiales sustituirán a los escasos cuando la necesidad presione la investigación y el desarrollo, lo cual no implica que seamos descuidados. Y, finalmente, los optimistas irredentos piensan que no habrá ningún problema, que las soluciones llegarán alimentadas por buena disposición y tiempo suficiente.

Elegir destino

Pero para pensar en ir a los asteroides que pueblan la órbita que yace entre Júpiter y Marte, debemos asumir, al menos provisionalmente, la suposición de que habrá agotamiento y ese agotamiento será lo bastante grave como para promover y hacer rentable una operación minera en el espacio. Porque lo que es seguro es que 'allá fuera' hay una dotación prácticamente inagotable de todo, suficiente incluso para hacer del oro un metal común sin valor.

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El primer desafío que debe superar cualquier proyecto de minería es la determinación de qué asteroide es más adecuado para ser explotado. Hay dos tipos de asteroides, los acondritos, que tienen gran cantidad de metales preciosos del grupo del platino (rutenio, rodio, paladio, osmio, iridio y, claro, platino); y los condritos, que son ricos en agua y que, según varios proyectos, son los primeros candidatos ideales pues podrían ofrecer las materias primas del combustible espacial, hidrógeno y oxígeno obtenidos del agua, para la operación minera además de poderlo vender para otras tareas.

Además de su contenido en distintos elementos, es necesario tener en cuenta la facilidad con la que se pueda llegar a los minerales que los tienen y, sobre todo, el período orbital del asteroide en cuestión. Porque ir al cinturón de asteroides no es todavía una empresa viable.

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Hemos dicho que el cinturón de asteroides yace entre Marte y Júpiter, y aún no hemos llevado un ser humano a Marte. Un viaje en las mejores condiciones al cinturón de asteroides, con las capacidades tecnológicas de hoy en día, tomaría al menos 18 meses si vamos a los que resultarían más cercanos en la combinación de la órbita terrestre y la suya, pero podría multiplicarse enormemente si vamos a asteroides situados más lejos en esa combinación.

Y cada kilómetro viajado en el espacio cuesta, y cuesta mucho. Una misión no tripulada al cinturón de asteroides lanzada por la NASA en 2007 con un coste de unos 500 millones de dólares terminó en 2018 y la sonda respectiva, Dawn (Amanecer), quedó a la deriva en el cinturón; es decir, no se suma lo que habría costado el regreso (que implicaría llevar hasta allá el combustible necesario para volver).

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Aunque las operaciones de minería fueran fundamentalmente robóticas, sería necesario tener a seres humanos estacionados allí, controlándolo todo. Pero ni existen los robots que puedan hacer eso hoy en día ni existe la tecnología minera en bajísima gravedad (una persona de 100 kilos pesaría poco más de 2 en Vesta, uno de los mayores asteroides). Gran parte del trabajo de la minería implica vencer o controlar la atracción gravitacional de la Tierra: bajar a los mineros y la maquinaria, subir los minerales. Es necesario crear toda una nueva aproximación para aprovechar los minerales en el espacio exterior, pues.

Y después está el desafío de traerlo todo a Tierra. Los objetos más pesados que la tecnología humana ha conseguido traer desde el espacio y hacer aterrizar en condiciones seguras son los antiguos transbordadores espaciales, con pesos de más de 120 Tm. Pero eso es una minucia comparada con la idea de poner en nuestro planeta toneladas y toneladas de minerales.

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Las posibilidades que se plantean, entonces, implican desarrollos mucho más amplios: bases en Marte que puedan alojar a los seres humanos responsables de la extracción, complejos industriales en Marte, en la Luna o en órbita que puedan tratar esos minerales para traer a nuestro planeta solo los elementos puros… Así entramos totalmente en el reino de los sueños.

En ese terreno es donde la ciencia ficción toma las riendas. Desde la fantasía de 1989 'La conquista de Marte de Edison', donde los humanos luchan contra marcianos por los derechos de minería de oro en los asteroides hasta los disturbios independentistas de la reciente serie 'The expanse'.

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Al menos para eso ha servido la idea…

Las 'startups' fallidas

En 2012 se lanzó la empresa Planetary Resources con el sueño de emprender la minería del cinturón de asteroides, reuniendo 50 millones de dólares de inversores tan conocidos como el director de cine James Cameron. Pronto apareció otra, Deep Space Industries, y el multimillonario Jeff Bezos se entusiasmó con la idea. Pero en pocos años ambas empresas desaparecieron, con la retirada de inversionistas y la falta de un proyecto viable cuando había mejores oportunidades de negocio en el espacio. Queda para el futuro.

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