La magia que esconde la música
Euskadiko Orkestra. ·
Grandes sinfonías de Bruckner, Mahler, Schubert y Szymanowski destacan en una programación con guiños a los antiguos rituales de brujeríaEuskadiko Orkestra. ·
Grandes sinfonías de Bruckner, Mahler, Schubert y Szymanowski destacan en una programación con guiños a los antiguos rituales de brujeríaDiseñada en torno a las ideas del contraste y el conjuro, la nueva temporada de la Euskadiko Orkestra empezará a andar en Bilbao el 27 de septiembre con el horizonte de diez densos programas. Si el argumento del contraste viene dado por la convivencia de ... obras de repertorio habitual junto a otras interpretadas por primera vez, el conjuro se relaciona con la tradición ritual del País Vasco, el fenómeno de la brujería y el misterio que acompaña a la noche a través de diversas partes del ballet burlesco 'Akelarre' de Pascual Aldave (basado en relatos de Pío Baroja) y del poema sinfónico 'Sorginen soinua' de Beatriz Arzamendi, que recrea el mundo fantástico de los akelarres y las danzas nocturnas en homenaje «a las mujeres que padecieron persecución por brujería en el valle del Baztán y comarcas limítrofes».
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Aun así, lo que más destaca es la presencia de grandes piezas sinfónicas románticas y posrománticas, junto a vigorosas incursiones en la música contemporánea, que marcan lo que parece ser una tendencia a ir dejando atrás el clasicismo representado por Haydn, Mozart y Beethoven y la música anterior a ellos. Es una apuesta fuerte y arriesgada que, sin embargo, puede dar al conjunto una identidad propia. En ese viaje es determinante el mando de su titular, el siempre ambicioso Robert Treviño, que sigue mostrando una especial querencia por Mahler. Suya fue la primera gran sinfonía que interpretó como titular dentro de los conciertos de abono de la orquesta y desde entonces su presencia ha sido continua, solo interrumpida por la embestida de la pandemia.
En la nueva temporada interpretará la Novena en el concierto de apertura y la Séptima en el de cierre. La Novena, la última de las que completó, es una obra que respira serenidad y nostalgia; en su primer movimiento veía Berg «la expresión de un amor extraordinario hacia esta tierra, el deseo de vivir en paz en ella, de disfrutar con plenitud de los dones de la naturaleza antes de que la muerte le sorprenda». La Séptima es la más experimental y vanguardista, la más decidida a cuestionar las normas establecidas, especialmente atractiva por la atmósfera de serenata romántica que adquieren sus nocturnos. Además, Treviño se reserva otras piezas de enorme envergadura como el Concierto para piano nº 1 de Brahms -con Denis Kozhukhin como solista-, el poema sinfónico 'Pelleas und Melisande' de Schoenberg o la Quinta de Bruckner, otro de sus compositores de cabecera, también unido a él desde sus inicios con la orquesta.
La idea de contraste se materializará plenamente en el programa de Juanjo Mena al oponer una sinfonía de ascendencia clásica y tan difundida como la Novena de Schubert a una creación actual, 'D'om le vrai sens' de Saariaho, para clarinete y orquesta, inspirada en los tapices medievales 'La dama y el unicornio' expuestos en el Musée Cluny de París. De manera paralela, Christoph-Mathias Mueller reunirá en un mismo programa la Segunda de Brahms y el estreno del Concierto para percusión de Detlev Glanert con Christoph Sietzen como protagonista. Glanert es un compositor muy activo en Alemania, donde sus óperas despiertan siempre una gran expectación. Del polaco Szymanowski, uno de esos autores infrecuentes que resultan irrenunciables una vez que se conocen, la orquesta ofrecerá la Sinfonía nº 2 con su compatriota Lukasz Borowicz al frente. Pero también de los compositores más conocidos se pueden ofrecer obras raramente interpretadas, como el Concierto para violín de Schumann, tan original como hermoso, que será abordado por Baiba Skride y Kristina Poska entre la suite de 'Pelléas et Mélisande' de Fauré (una mirada muy distinta de la de Schoenberg) y la exuberante Quinta de Sibelius.
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La nómina de directores invitados se completará con Stanislav Kochanovsky y Dinis Sousa, el primero con Scriabin y Prokofiev en los atriles de la orquesta, el segundo con un singular programa que iniciará la' Canción nocturna en el bosque' de Schubert -con las voces graves del Suhar Korua- y cerrará la suite de 'El caballero de la rosa' de Strauss. En cuanto a los solistas, son tres los que destacan a primera vista: el histórico Pinchas Zukerman volverá con el Concierto para violín nº 1 de Bruch, el polaco Rafal Blechacz (brillante ganador del Concurso Chopin de Varsovia en 2005) abordará el virtuosístico Concierto para piano nº 2 de Saint-Saëns y el chelista Daniel Müller Schott se unirá a la orquesta en la Sinfonía concertante de Prokofiev. Pero nunca se puede cerrar la puerta a las sorpresas. Entre conjuros y sortilegios, entre contrastes y claroscuros que irán de lo tradicional a lo desconocido, la música volverá a hacer su magia.
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