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La Mirada

Madrid

Madrid es una ciudad que evoca y convoca las más variadas miradas, como testifican viajeros y escritores del tiempo. Contemporáneos, como Bécquer, Galdós, Baroja, Azorín, que eran de la periferia, vivieron y dedicaron a Madrid algunas de sus mejores páginas. Casi todos los escritores del 98 se enamoraron de esta ciudad, salvo Unamuno, a quien su luz excesiva le espantaba, esa luz por la que ahora ha recibido el título de Patrimonio de la UNESCO. La literatura sobre la capital da testimonio de la diversidad de las miradas. Desde que en 1954 Juan Antonio Cabezas nos dio su espléndida biografía de la ciudad, Madrid ha tenido cronistas, historiadores y publicistas que la han cantado y retratado en crónicas, libros y poemas. Ahí están las crónicas y libros de Francisco Umbral, de Andrés Trapiello, de Isabelo Herreros (la ciudad republicana), Moncho Alpuente, Guerra Garrido, Blanco Corredeira, Íñigo Castellano, Pedro Ortega; de Jesús Ruiz Mantilla (y Raúl Cancio), Rafael Castellano o Pepo Paz Saz. O el Madrid de Valentín Martín (de Madrid al limbo), amplia pista donde caben nombres y paisajes del ancho mundo.

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La biblioteca, la hemeroteca y la fototeca sobre Madrid conforma una memoria visual y verbal de la ciudad, que pasó de pueblo a villa y capital del Estado, siendo ahora una de las ciudades con mejor patrimonio y atracción. Páginas que narran y dibujan el Madrid secreto y el Madrid discreto. Que llaman la atención, la curiosidad y el afecto de viajeros, foráneos y naturales.

Se asoma ahora a la videncia y vivencia el nuevo libro de Albertina Oria de Rueda, 'Camino Madrid' (Huerga y Fierro), que ensambla la crónica, el retrato, la inspección y atención de rincones castizos, edificios singulares, calles que el viandante local recorre de prisa, sin reparo, y que el visitante, apodado turista, puede encontrar y encontrarse: la ciudad de otra manera. No es una guía al uso, para indicar al viandante -se trata de gastar la alpargata- dónde tiene que ir sin perderse. Este es un libro para recreo y disfrute, libro para tocar la historia y el paisaje urbano, para dejarse llevar. Es un libro para perderse, como decía Aldecoa de su guía del País Vasco. Oficios, costumbres, historias que ofrece Albertina, que fue niña en el barrio de Lista y vivió en Prosperidad, como el poeta Celaya, en un lenguaje directo, evocador y con acentos de humor.

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