El latido cultural

El loco de malas calles

Robert de Niro, el gran actor y director, ha cumplido 80 años en activo y en más que aceptable forma

Sábado, 2 de septiembre 2023, 00:01

Pues sí, desde el 17 de agosto Robert De Niro ha entrado en la lista de famosos octogenarios en activo y más que aceptable forma. Pocos días antes, el 26 de julio, cruzaba también el proceloso río de los ochenta otro espectacular vejestorio con más ... energía que los caballos de la cuadriga de Ben-Hur: Mick Jagger.

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Por supuesto, nuestra referencia inmediata con De Niro es la de sus memorables interpretaciones en tantas películas que han forjado su prestigio. Pero De Niro ha demostrado dos veces que no solo sabe ponerse delante de la cámara. La primera fue en 1993 con la sobria y conseguida 'Una historia del Bronx', que emparentaba con los títulos sobre la mafia italoamericana en los que lo ha dirigido Scorsese. La protagonizaba el propio De Niro junto a Chazz Palminteri, un actor que me gusta mucho (inolvidable en 'Balas sobre Broadway', de Woody Allen) y que firmaba el sólido guion cuyo tema principal era la decencia que un padre quiere inculcar a su hijo, fascinado por el oropel del 'gangster' y del dinero fácil, mediante el ejemplo. Y la segunda, bastantes años después, en 2006, fue 'El buen pastor', una excelente película de peso (el de las disyuntivas morales, el mejor para conseguir profundidad) sobre la razón de Estado canalizada por sus cloacas. Se contaba mediante treinta años de la CIA, desde su creación hasta la crisis de Bahía de Cochinos en Cuba, a través de la historia de uno de los fundadores de la opaca agencia, interpretado con solvencia por un lacónico Matt Damon. En este caso, De Niro, centrado en la brillante dirección, se reservó el pequeño pero lúcido papel del general enfermo que es un secreto reclutador de espías y en el que se adivina su entidad de príncipe de las tinieblas.

En lo que va de siglo, Robert De Niro se ha metido con frecuencia en personajes de comedias que desde luego no siempre han sido buenas; incluso en algunas, hace bastante el indio. Él mismo confesó en una entrevista que mantiene complicados y onerosos entresijos económicos por los que se ve en la necesidad de ganar de modo constante mucho dinero. Explicaba que es por esa razón por la que no puede limitarse solo a proyectos con pinta de futura obra maestra. Pero los numerosos títulos emblemáticos de su filmografía como actor lo redimen de cualquier pifia posterior. Repasemos algunos y sus personajes en ellos.

Encarnó con magnético carisma a Vito Corleone joven, y ganó por ello el Oscar a mejor actor de reparto, en 'El Padrino. Parte II' (Francis Ford Coppola, 1974). Las secuencias retrospectivas de la llegada a Estados Unidos del niño desamparado y de las primeras andanzas mafiosas de Vito en Little Italy constituyen por sí solas una pequeña obra maestra dentro de la gran obra maestra que es la película completa (sin menoscabo de la primera). En 1976 llevó a cabo un apabullante doblete. En Italia fue Alfredo Berlinghieri, el hijo y sucesor del patrón, testigo implicado en el curso del siglo XX hasta el derribo del fascismo, en la magna 'Novecento', de Bernardo Bertolucci. Y a las órdenes de Martin Scorsese dio vida indeleble a Travis Bickle, el taxista nocturno paradigma de la soledad y la perturbación violenta en la inquietante 'Taxi Driver'.

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El taciturno y leal Michael de 'El cazador' (1978), la mejor película de Michael Cimino, le brindó otro de sus hitos actorales. En 1980, Scorsese le sirvió en bandeja otro duplo extraordinario: el asesino de la mafia Jimmy Conway en 'Uno de los nuestros' y el histórico boxeador Jake La Motta en 'Toro salvaje', que le supuso el Oscar a mejor actor protagonista. Para recrear la parte de la historia en que La Motta, ya retirado, hace monólogos en cabarets, De Niro engordó 27 kilos y aparecía tan abotargado que estaba casi irreconocible. Y una vez más, en un mismo año, 1995, dos protagonistas en enormes películas (también en metraje, lo cual asombra). El metódico atracador a mano armada de 'Heat' (Michael Mann) y 'Ace' Rothstein en 'Casino', de nuevo con Scorsese en una de sus mejores películas.

Retrocedo a los inicios, a 1973 pero sin dejar a Scorsese, para el personaje que da título a este artículo. En 'Malas calles' atrapaba la cámara y se comía cada plano aquel joven que interpretaba con un brío torrencial al peligroso, desequilibrado y amoral 'Johnny Boy', un gamberro salvaje que desde su aparición se ve que va a terminar mal tanto como se adivinaba que a Robert De Niro le iba a ir bien.

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