1. Vestíbulo en la entrada al castillo. 2. Salón de la planta principal.
Artes plásticas

El legado de un esteta

reportaje ·

Salen a subasta más de un millar de preciados lotes con lo mejor de la gran colección de arte que hizo a lo largo de su vida el reconocido diseñador de moda Hubert de Givenchy

abraham de amézaga

Sábado, 4 de junio 2022, 00:02

Fue un gran amigo y ferviente admirador de Cristóbal Balenciaga, a quien conoció el mismo año (1953) que a la actriz Audrey Hepburn. Del primero dijo que al encontrarse frente a él tuvo «la sensación de no saber nada de nuestra profesión», y que en ... su vida fue una especie de Merlín: le ayudó a la hora de abrir su casa de costura frente a la suya, en plena avenue George V, en París, así como cuando quiso poner en pie su línea de perfumes. De la segunda, se convertiría en una especie de hermano mayor, teniéndola al mismo tiempo por musa y confidente, no existiendo hasta entonces «una fusión tan grande entre una estrella y su costurero», como recordó Janie Samet, la otrora papisa de las páginas de moda de 'Le Figaro'.

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Es muy probable que la mayoría haya oído hablar de su apellido, que perdura en el comercial, cambiante y saturado universo de la moda. Pasa como con el maestro de Getaria, aunque sin la esencia, el saber hacer y la extrema calidad de sus respectivas épocas. Detrás, y hasta 1995, estuvo Hubert James Taffin de Givenchy (Beauvais, 1927-París, 2018), el aristócrata de la costura -por sus orígenes nobles-, un grande en todos los sentidos, incluida su estatura, pues medía casi dos metros.

Givenchy era un esteta que se inspiraría en el universo artístico de los grandes de la Historia de la Pintura y en ese 'art de vivre' a la francesa. Aparte de la moda, su gran debilidad fueron los muebles y los objetos de arte. Uno de sus bisabuelos realizaría decorados para la Ópera de París y tuvo un abuelo que fue administrador de la manufactura de tapices de Beauvais, así como coleccionista. Es evidente que esto despertó en el joven Hubert un interés por rodearse de objetos exquisitos.

1. Detalle del comedor, con un cuadro de Picasso. 2 Dormitorio 'Árbol de la vida'. françois halard/christie's

El año en el que se cumplen siete décadas de la presentación de su primera colección de costura, Christie's subastará sus muebles y objetos varios. Si bien no es la primera ocasión que la histórica casa pone en venta pertenencias de Monsieur De Givenchy -la primera fue en Mónaco en 1993, en concreto mobiliario del XVIII, su estilo favorito-, sí es la primera y más grande desde el fallecimiento del costurero, hace poco más de cuatro años.

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«Nos sentimos muy honrados de que la familia de Hubert de Givenchy haya confiado a Christie's la subasta de su colección, que, además de apasionantes ejemplos de su estética en el diseño de interiores, incluye uno de los conjuntos de arte clásico más importantes del mundo», ha señalado Cécile Verdier, presidenta en Francia de la célebre casa de subastas. Como indican además desde la entidad organizadora, lo que ahora se pone a la venta «permitirá descubrir objetos que no han sido sacados al mercado desde hace decenios, así como obras más recientes adquiridas hacia el final de su recorrido de coleccionista».

Figura en bronce de Baco, hacia 1700. Atribuido a François Girardon.

Más de mil doscientos lotes (1.229 en concreto), valorados en 50 millones de euros, que decoraban las estancias de su mansión parisina, conocida como l'Hôtel d'Orrouer, en la orilla izquierda del Sena, y su château du Jonchet, en el valle del Loira. En ellos destacan el mobiliario francés y europeo, junto a un gran número de obras de la pintura de maestros de diferentes periodos históricos, incluidos los contemporáneos, aparte de esculturas. Y si hacemos un somero inventario, nos encontraríamos con alrededor de doscientos cuadros, de artistas como Max Ernst, Piero Dorazio o los españoles Joan Miró y Pablo Picasso, entre otros; un centenar de esculturas, de Alberto y Diego Giacometti, Jacques Lipchitz, François Girardon o François-Xavier Lalanne; así como alrededor de medio millar de sillones, sofás y sillas creadas por artesanos de los siglos XVIII, XIX y XX.

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Buscar muebles y objetos

Porque el ser refinado y culto que fue Hubert de Givenchy, a la hora de crear sus propuestas de costura, prêt-à-porter y accesorios, con los mejores materiales, se volcaría también en una búsqueda de muebles y objetos de arte clásicos y modernos, obra de artistas y artesanos, que iría disponiendo con tino y creatividad en sus distintas viviendas. Algunos de estos, antes de llegar a la capital francesa y ser dispersados desde ella, han sido mostrados recientemente en Palm Beach, Nueva York y Hong Kong.

Si su colega Gabrielle Chanel dijo aquello de que «la moda pasa, pero el estilo permanece», algo con lo que Givenchy estaría de acuerdo, la máxima de este, y en el terreno de la decoración, era: «Las modas cambian, pero el estilo del XVIII perdurará si es de calidad excepcional». Eso sí, nada de recargarlo ni de incluirlo en un contexto claramente de época, por lo que él ubicaría cada nueva adquisición de manera estudiada. Entre la paleta de colores que le seducían, el blanco, el negro, el verde y el oro.

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Yves Saint Laurent tuvo a su lado a Pierre Bergé, y ambos fueron grandes apasionados de arte. De hecho, en 2009, tras el fallecimiento del primero, se organizaría una gran subasta de su colección, que alcanzaría más de 370 millones de euros. En cuanto a Givenchy, la persona que le acompañó en su vida, así como en su trabajo, fue Philippe Venet. Aparte de afectos, compartieron su amor por la moda, por el oficio. Con él, elegiría más de un objeto que ahora saldrá a subasta. Una mirada, o probablemente dos, ricas y complementarias, de la historia del arte y de la arquitectura interior. Y siguiendo buscando paralelismos en cuanto a pasiones con otros diseñadores, cabe mencionar que nuestro protagonista, al igual que Christian Dior, amó también los jardines.

1. Detalle de la mesa en el salón del piso principal. 2. Aldaba diseñada por Giacometti en 1970. 3. Detalle de la sala de estar.

La venta no podía realizarse en otra casa de subastas que no fuera Christie's: recordemos que Givenchy fue durante años miembro de su consejo internacional. Otra de las ocasiones en la que dispersaría por medio de ella igualmente piezas de su colección, en concreto obras del escultor Diego Giacometti, sería hace un lustro.

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Existen dos maneras de acceder a la que será la gran venta de muebles y objetos decorativos de este sibarita -hay quien hace paralelismo con la de Carlos de Beistegui, en 1999, pero entonces de la mano de Sotheby's-: la física, que tendrá lugar en París del 14 al 17 de junio, así como la que se realizará en línea, del 8 al 23 del mismo mes.

En paralelo, una galería de la orilla izquierda del Sena, donde residiera nuestro protagonista, la Galerie Kugel, expone del 9 al 15 de junio una serie de creaciones decorativas; su especial homenaje a su amigo y cliente. «Hace treinta años, el señor Givenchy nos hizo el honor de contactarnos primero, a la hora de desprenderse de una parte de su colección», explica con orgullo a Territorios Nicolas Kugel, miembro de la quinta generación de esta reconocida familia de marchantes de arte, quien recuerda que la etapa de coleccionista de este grande de la moda de la segunda mitad del XX «fue más larga que su carrera de costurero».

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Entre las perlas que expondrán, el armario 'carro de Apolo', que fuera la primera compra del diseñador y coleccionista, a finales de los años cincuenta, y que perteneció antes al pintor José María Sert, «la mayor pieza de la época Luis XIV en manos privadas», según el especialista. Para la ocasión, van a cubrir los muros de la galería con terciopelo verde, el mismo de los del gran salón de la residencia principal del maestro, y dispondrán los muebles y objetos como a él a buen seguro le hubiera agradado.

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