Hay elecciones europeas y unas monjas clarisas se han alzado en rebeldía. A Clara de Asís no le dijo su amigo Francisco que tenía nombre de persona buena porque Shakira no flotaba en las ondas medievales: cada época tuvo sus encantos. La nuestra tendría muchos ... menos si no hubiera elecciones, ciertamente. La oscarizada 'La zona de interés' muestra el lado doméstico de quienes no querían que las hubiera. Paul Auster no había cumplido tres meses de edad, ni David Bowie cuatro, cuando Rudolf Höss, comandante de Auschwitz y personaje central de la película, fue ejecutado en Auschwitz precisamente. Cosas de la vida y sus simultaneidades: mientras en Nueva York y en Londres había bromas y ternezas con un bebé, en un lugar de Polonia se despachaban otros asuntos. La moraleja de ese relevo parece clara; se cerraba un ciclo de horror y era como si alguien dijera bueno, volvemos a barajar, a ver qué hacen a partir de ahora los chicos con talento en las democracias ganadoras. Johan Cruyff es otro ejemplo; nació nueve días después de la ejecución de Höss. Qué frase suya tan curiosa citó Guardiola en Manchester: la suerte no existe. ¿Necesitó suerte 'La zona de interés' para ganar un Oscar? Probablemente no. La película es más que una fábula contra los nazis, es un reproche a la capacidad humana para ignorar el sufrimiento del vecino.
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Höss parece emparentado, por oficio y por destino, con el narrador del 'Deutsches Requiem' de Borges: los dos creen que la tortura es un sacrificio histórico para quien la ejerce. Y su corte de pelo, por cierto, tiene una modernidad inquietante; se parece al de mucha gente de hoy mismo. (¿Querrá eso decir algo?) Felizmente, perdieron los malos y ganaron los buenos; por eso existen la 'Trilogía de Nueva York', 'Ziggy Stardust' y una filosofía futbolística subversiva (la de que la suerte no existe). Y también por eso hay elecciones como las de estos días. Las elecciones son una forma de seducción: qué arte tan duro. En 'Scoop', Scarlet Johansson le dice a Woody Allen que ella es de Brooklyn, no de Alabama. Dios te bendiga, cielo, yo también soy de Brooklyn, replica él. Eso es lo que vamos a oír estos días, que todos son de Brooklyn. Si fueran de Barakaldo, arreglarían ya lo de las termitas. Feliz fin de mes.
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