El Irán de Mohammadi, el Irán de Satrapi
Miedo y represión ·
La Premio Nobel de la Paz y la autora de 'Persépolis' retratan en sus libros el mismo país pese al tiempo transcurridoMiedo y represión ·
La Premio Nobel de la Paz y la autora de 'Persépolis' retratan en sus libros el mismo país pese al tiempo transcurridoNarges Mohammadi nació en 1972. Marjani Satrapi, en 1969. A esta segunda la conocieron los lectores hace casi 25 años, cuando empezó a publicar la novela gráfica 'Persépolis', que al final, a lo largo de cuatro años, se convirtió en una serie de cuatro capítulos ... que en 2007 se transformó en película. La primera fue noticia en todo el mundo cuando el año pasado se comenzó a hablar del Premio Nobel de la Paz que no iba a poder recoger por estar encarcelada; acudieron a la entrega del galardón en representación su hijo y su hija, unos adolescentes que se exiliaron muy pequeños en Francia con su padre, un cineasta que ya había pasado por la cárcel anteriormente. El jurado del Nobel destacaba de Mohammadi «su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y para promover los derechos humanos y la libertad para todos». En ella se premiaba a las miles de personas que se resisten a desaparecer en la desigualdad, la discriminación, la tiranía.
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Algunas de sus compañeras de lucha y de prisión son las protagonistas de su libro 'Tortura blanca. Entrevistas con mujeres iraníes encarceladas' (Alianza editorial). Este relato de la vida entre cuatro paredes explica en qué consiste un tipo de tortura que no tiene por qué ir acompañada de golpes, gritos o amenazas, aunque a menudo sea así. La tortura blanca podría resumirse en la privación de casi cualquier estímulo del día a día: en la minicelda no hay ventana o está casi tapiada y no entra aire fresco ni se ve nada más que las paredes y la puerta. Cada vez que se va al baño hay que vendarse los ojos, no se habla con nadie que no sea el interrogador durante días, semanas, (muchos) meses; todos los días se come y se bebe lo mismo en plato y vaso de plástico, y la dieta puede consistir solo en hidratos de carbono; no hay posibilidad de hacer ejercicio, ni de leer, ni de recurrir a ningún pasatiempo; no hay jabón, no hay apenas con qué taparse, no hay tratamiento médico si se enferma debido a las condiciones en las que se mantiene a la gente indefinidamente y sin que se haya producido un juicio.
Durante ese tiempo, a veces les dicen que las van a soltar, otras que van a encarcelar a toda la familia, o que sus hijos -son madres y los torturadores se valen de eso- están tirados en la calle, o intentan utilizarlas para grabar vídeos propagandísticos sobre lo bueno que es el Régimen, y un día las acusan de esto y otro de aquello y al siguiente de otra historia. No se salvan las que tienen doble nacionalidad, que sirven de moneda de cambio como sabe bien la iraní-británica Nazanin Zaghari-Ratcliffe. Seis años en prisión acusada de espía ha estado. Cuando la detuvieron, durante una visita a su familia, llevaba en brazos a su bebé de 22 meses. Cuando pudo volver a casa con ella, la niña tenía ya ocho años.
Compañeras de lucha y prisión de Mohammadi son protagonistas de 'Tortura blanca'
A Marjani la enviaron al exilio hace cuarenta años cuando solo tenía catorce
Todo eso que cuenta la Premio Nobel de la Paz lo viven miles de personas cada día en las cárceles de Irán. No es de ahora, es algo que lleva ocurriendo mucho tiempo. A Mohammadi ya la habían detenido varias veces antes de la última, como a muchas de las mujeres que aparecen en el libro. 'Tortura blanca' salió a la venta en castellano a finales de 2023, más o menos por las mismas fechas en las que aparecía en euskera todo 'Persepolis' (Elkar). Es curioso: Satrapi habla del país que abandonó hace mucho tiempo, este año se cumplen cuarenta de ese viaje a lo desconocido, pero es idéntico al que relata su compatriota. Miedo, represión, torturas, ejecuciones, violaciones, prohibiciones de todo tipo, familias separadas por el exilio, gente que sale, si no puede por lo legal, a pie por cualquier camino. En su novela gráfica, unos conocidos abandonan Irán camuflados en un rebaño de ovejas, a cuatro patas y con lo puesto.
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La niña Marjani nació en un lugar en el que había problemas, sí (su abuelo materno ya fue ejecutado por otro régimen), pero en el que ella iba a una escuela laica y bilingüe (el Liceo Francés) y sin pañuelo que cubriera su pelo. De pequeña quería ser profeta, luego quiso ser guerrillera, luego... el espacio de libertad se empezó a achicar y al final la mandaron al exilio con solo 14 años. A través de sus pasos en Irán, se ve cómo el cerco se cierra, cómo la luz se apaga, se acaba la música, tanta gente ha de callar o es silenciada para siempre. A partir de 1979 como ahora. Nada de lo que narran ambas escritoras es pasado.
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