![Herido de amor](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201909/21/media/cortadas/48376563-kSKE--1248x770@El%20Correo.jpg)
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El director Richard Linklater rodó en 1995 una película romántica con Ethan Hawke y Julie Delpy que, misterios del cine, tendría dos continuaciones protagonizadas por la misma pareja. 'Antes del amanecer', 'Antes del atardecer' y 'Antes del anochecer', que constituyen un ciclo que deja constancia del paso del tiempo y de los reencuentros de hasta 18 años –entre la primera y la segunda y entre la segunda y la tercera películas trascurrieron nueve años–, supone todo un ejercicio cinematográfico... En el otro extremo de ese jugar con la cámara para dejar constancia de cómo la vida se va (bueno, de cómo vamos evolucionando) podría mencionarse alguna experiencia como 'Boyhood', en la que el mismo Linklater mostraba el crecimiento de un chaval desde 2002 hasta 2013.
Pero lo que ha hecho Claude Lelouch recientemente tiene otro mérito. Ha reunido, más de medio siglo después del rodaje de 'Un hombre y una mujer' (de 1966, casi nada), a la misma pareja protagonista para seguirle la pista a los enamorados Anne Gauthier y Jean-Louis Duroc, que tal y como recoge la nueva cinta, titulada 'Los años más bellos de una vida', no supieron hacer durar lo suyo. Premios, eso sí, recogieron unos cuantos: la Palma de Oro en Cannes, el Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa y al Guion Original y dos Globos de Oro (a mejor película y mejor actriz).
Lo extraño no es que hasta Lelouch quisiera ver en qué andaban los personajes –eso le pasa a cualquiera que les coja cariño y quiera saber más de la historia una vez que se acaba la película o el libro–, sino que los actores hayan podido aceptar el trabajo. Anouk Aimée tiene ya 87, y podría trabajar muchos más, al menos en apariencia. Pero Jean-Louis Trintignant hace tiempo que no está para muchas fiestas. A los 88, está enfermo de cáncer. Y hace mucho que, según sus propias palabras, está muerto; exactamente desde que hace 15 años un hombre (el cantante Bertrand Cantat) matara a golpes a su hija Marie, también actriz, en un caso de violencia de género que conmocionó a Francia. Cantat, la pareja de Marie, salió de la cárcel cinco años más tarde de ser condenado por homicidio voluntario, y el padre de la actriz estuvo durante mucho más tiempo retirado del cine, recuperándose de la herida. Entre 2003 y 2012 no rodó nada.
Después lo recuperó para la gran pantalla Michael Haneke en 'Amor', y volvería a llamarlo para 'Happy End' hace un par de años. Fue entonces cuando Trintignant hizo público que aquello se acababa tras más de 60 años dedicados a la profesión. Eso y que tenía un cáncer de próstata para el que no quería recibir tratamiento.
La primera vez que su rostro asomó a la gran pantalla fue a mediados de la década de los cincuenta, cuando tenía 25 años. Había llegado a París cinco antes para estudiar interpretación y había pasado ya por el teatro, pero este hijo de buena familia del sur de Francia –sobrino de dos famosos pilotos de carreras y Fórmula 1– tuvo la suerte de cruzarse en el camino de Roger Vadim y Brigitte Bardot en 'Y Dios creó a la mujer'. A partir de entonces, y salvo por los años que el servicio militar lo mantuvo alejado de la vida civil, fue encadenando películas con los grandes nombres del cine de sucesivas épocas: Lelouch, Bernardo Bertolucci, Costa-Gavras, Dino Risi, Ettore Scola, Chabrol, Techiné, François Truffaut, Krzysztof Kieślowski, Haneke. En su currículum, del que ahora sí parece que 'Los años más bellos de una vida' es el punto final, hay títulos como 'El conformista', 'El atentado', 'Z' y ese 'Rojo' (de 1994) por el que casi se llevó el Premio César que, finalmente, le dieron por 'Amor'.
Como ocurre con otros intérpretes franceses con buena crítica, hubo algún intento de ganarse al público de habla inglesa... pero no debía de tener muchas ganas de dar ese salto el actor, porque en su primera película en esa lengua ya dijo que no esperaran de él que dijera nada en inglés, y le tuvieron que dar un papel de mudo. La verdad es que Jean-Louis Trintignant no ha tenido nunca reparo en dejar de lado el cine, y ha estado alejado de él durante largos periodos. A Lelouch, cuando le propuso hacer la secuela, enseguida le respondió que no; tiene problemas de movilidad –el personaje de 'Los años más bellos de una vida' está en silla de ruedas'– y de visión. Pero pensó en el amor, que es «el motor del mundo», y accedió a hacer la que probablemente será la última de una lista de más de cien películas.
Nació en 1930 junto al mar Mediterráneo y a los 20 años se fue a París a estudiar para ser actor. Desde mediados de los cincuenta ha rodado más de cien películas con directores como Costa-Gavras, Truffaut, Bertoluci, Haneke, Kieślowski. Acaba de estrenar 'Los años más bellos de una vida', de Claude Lelouch.
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