La experiencia de ser algo más que espectador

En una era donde la tecnología redefine constantemente los límites de la experiencia humana, las proyecciones inmersivas emergen como una poderosa frontera en la interacción entre los seres humanos reales y el medio virtual. Lejos de ser meras extensiones de las pantallas tradicionales, estas tecnologías envuelven completamente al espectador, creando un universo lleno de detalles visuales y sonoros. Más que un avance técnico, esta experiencia, que se extiende por varias ciudades españolas, es una nueva forma de contar historias.

A través de un despliegue que abarca paredes, suelos y techos, hasta el punto de ver insectos trepando por tus piernas, esta tecnología virtual expande la realidad a un campo visual de 360 grados en el que se integran los visitantes. Combinadas siempre con sonido envolvente y elementos multimedia, estas exhibiciones 3D no solo se ven o se oyen: se sienten. Lo explica muy bien Patricia Acosta, responsable de 'Génesis'. «Lo que queremos en Projektil y en Fever es generar emociones en un público diverso, incluyendo tanto a personas mayores que aprecian el arte tradicional y no están familiarizados con estos avances, como a jóvenes que podrían encontrar las exhibiciones estáticas de un museo menos atractivas».

'Génesis' es una exhibición espectacular que representa los tres primeros días de creación del universo proyectando luces y formas que se adaptan a las paredes de cada iglesia con una música épica que te llega a erizar el vello por la excelente coordinación de imágenes y sonidos. Creada en Zúrich por el colectivo de artistas Projektil, ya ha triunfado en Madrid y Barcelona y estará este verano, probablemente, en la Iglesia de la Encarnación de Bilbao. «La intención es que los visitantes, independientemente de sus creencias religiosas o culturales, se acerquen con una mente abierta a explorar sus sensaciones y reflexiones personales sobre la existencia y la creación». 30 minutos de meditación y desconexión.

Para enriquecer la experiencia del usuario se utilizan distintas técnicas. Según explica la empresa especializada Audiovisuales Fader, la realidad virtual (VR) permite explorar una antigua ciudad romana o incluso realizar operaciones quirúrgicas complejas en un entorno seguro, todo ello mediante visores y controladores. La realidad aumentada (AR) realza nuestra percepción del entorno al superponer información y objetos digitales sobre el mundo real. Basta un smartphone u otro dispositivo portátil, como una tablet, para proyectar un dinosaurio en tu habitación.

La realidad mixta (MR) fusiona elementos de ambas técnicas para crear experiencias donde los objetos virtuales interactúan en tiempo real con el entorno físico. Ofrece un nivel de integración y respuesta anteriormente inimaginable y resulta una opción fantástica, por ejemplo. para enseñar historia de una forma vívida.

Y en el metaverso los usuarios llegan más lejos a través de sus avatares, incluso pueden tocar objetos que, en realidad, no existen. Esto ocurre en 'The Great Library of Tomorrow Immersive Experience', que está triunfando en salas de todo el mundo. Te va adentrando en la belleza de una gran biblioteca donde los libros se abren al tacto de tu avatar, presentándote animales luminosos de forma corpórea. Es más, sientes vértigo recorriendo paisajes que da la sensación de que se acabarán a tu paso. mundos oníricos de dimensiones inabarcables para un ojo humano sin óculos de realidad virtual.

Estas tecnologías no solo están transformando el entretenimiento en museos, parques temáticos, cines, conciertos y hasta iglesias, allá donde la línea entre el espectador y el espectáculo se desdibuja; también permiten visualizar estructuras anatómicas en medicina o simular fenómenos astronómicos o químicos en clases de ciencia, por poner algunos ejemplos que pueden cambiar la vida de muchas personas. Tienen importantes aplicaciones en educación, marketing, publicidad, arquitectura y diseño de interiores, permitiendo a los clientes recorrer sus futuros hogares antes incluso de que empiece su construcción. Las proyecciones inmersivas tienen la virtud de captar una atención que cada vez es más cara de mantener gracias a su conjunción con el arte. La multiplicación de estímulos facilita la retención de información y genera una profunda conexión sensorial con el espectáculo al que estamos asistiendo.

Lo comprobamos en los conciertos Candelight, que han llegado a muchas ciudades del mundo y de España, entre ellas las tres capitales vascas. La música clásica y la luz de las velas crean un ambiente mágico y sereno que transforma lugares emblemáticos pero no tan conocidos en íntimos escenarios musicales. Suavemente, la atmósfera te empuja a conectar con la música en un nivel más profundo y personal que en casa con unos cascos.

El denominador común de estas tecnologías es que hacen que cada experiencia cultural o histórica le parezca única a cada usuario, ajustándose a sus gustos y elecciones. Muchos centros culturales están transformando las exposiciones tradicionales en aventuras inmersivas que abren nuevas avenidas para explorar, aprender y sentir. La 'Van Gogh Experience' de Next Museum en Bilbao propone una inmersión en la vida y obra la obra del artista, un viaje emocional y visual que abarca desde los momentos más dramáticos hasta los más luminosos de su carrera .

Todo un hito es la muestra 'Tutankamón, la experiencia inmersiva' del Centro de Artes Digitales IDEAL de Barcelona. Esta exposición transporta a los visitantes 3.400 años atrás en el tiempo para explorar los tesoros y rituales del antiguo Egipto. A través de la voz de Tutankamón, interpretada por el cantante Triquell, los visitantes se ven inmersos en una narrativa que fusiona historia, tecnología y arte, una experiencia educativa a la par que emocionante. El mismo centro combinará salas inmersivas, realidad virtual y metaverso en una de sus producciones más ambiciosas, la exhibición que revivirá a Julio Verne a partir de septiembre.

El espacio inmersivo de MAD 'Los Últimos Días de Pompeya' es un portal directo al corazón de una ciudad fascinante con un destino trágico. Uno se imagina caminando por las calles de Pompeya, rodeado por la vibrante vida cotidiana que una vez floreció bajo la sombra amenazante del Vesubio. La tecnología de realidad virtual coloca al usuario en el centro de la acción para experimentar la adrenalina de una carrera de cuadrigas o el suspense de una batalla en la arena, todo ello, rodeado por un público recreado digitalmente que anima y reacciona ante los acontecimientos. Y la sala de metaverso añade una dimensión adicional: el avatar puede explorar libremente e interactuar con otros visitantes en el entorno virtual de la Villa de los Misterios. Puede aprender sobre Pompeya sintiendo y reviviendo sus últimos días.

El universo de 'Bubble Planet', de momento, en Barcelona, ofrece, por obra y arte de Feber, Layers of reality, Proactiv Entertainment y Exhibition Hub, un país multicolor de fantasía que captura la imaginación de niños y adultos, poniendo a su disposición 10 divertidos espacios para jugar e interactuar con pelotas, globos, bolas y burbujas. Experiencias inmersivas como tirarse en una piscina de bolas, caminar por un laberinto de luces, sumergirte en una bañera con patitos o, lo que es mejor, dar un paseo mundial por el metaverso de un simulador de vuelo tan real que ¡hasta te mareas como si fueras en globo!

En definitiva, estas proyecciones inmersivas agitan el futuro del arte, el aprendizaje y la expresión cultural. A medida que avancen la tecnología y la inteligencia artificial, veremos más innovaciones que continuarán empujando los límites de las galerías artísticas, transformando a observadores pasivos en participantes activos que intervienen -y esto no es poco- sin damnificar las obras.

• Temas
• Arte
• Realidad Virtual
• exposición