Un Donostia único para Viggo Mortensen

San Sebastián concede este año su único Premio Donostia a un actor que ha conseguido algo tan difícil como aunar popularidad con elecciones no exentas de comercialidad (como su tercera y última nominación al Oscar, 'Green Book') y una independencia que le lleva a rebajar su caché para trabajar junto a realizadores como el argentino Lisandro Alonso. Cineastas del calibre de David Cronenberg, Peter Weir, Jane Campion, Gus Van Sant y Brian de Palma han querido en sus películas a este hijo de padre danés y madre estadounidense, que cuando hizo de amish en 'Único testigo' junto a Harrison Ford estuvo tan bien que no le llamaban porque pensaban que era un amish de verdad. Solo le faltaba dirigir una película. Y eso es exactamente lo que ha hecho en 'Falling', que llegará a los cines españoles el 2 de octubre tras su paso por el Festival de San Sebastián.

Un mal padre en los albores de la demencia senil (Lance Henriksen) y un hijo que pretende ocuparse de él pese al legado de dolor heredado (el propio Mortensen, cuya presencia delante de las cámaras aseguró la financiación) protagonizan este drama que no es autobiográfico, pero en el que su autor volcó el dolor tras la muerte de su madre. «Es una familia ficticia que comparte elementos con la mía», descubre el actor, que escribe el guion, dirige, produce y compone la música. «Hacia la época en que mi madre falleció, mi padre estaba en las primeras fases de la demencia senil y había empezado a confundirme de vez en cuando con su propio padre, sumergiéndose ocasionalmente en el pasado lejano de su propia infancia y adolescencia en Dinamarca».

Mortensen dejará sin duda buen sabor de boca en San Sebastián, con esa calma zen que irradia en las entrevistas, que siempre acompaña de una taza de mate. Capaz de perderse durante semanas en la montaña leonesa para preparar su personaje de Alatriste, este hincha irredento de Atlético San Lorenzo de Almagro procura pasar desapercibido en el madrileño barrio de Chueca, donde vive desde hace más de una década con su pareja, la actriz Ariadna Gil. Gracias a ella, Viggo Mortensen se ha acercado a Cataluña, hasta el punto de que ha mostrado su simpatía por el independentismo y en 2018 se hizo socio de Òmnium Cultural, la plataforma cívica que se fundó para preservar la cultura catalana.