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La pianista y compositora soriana María Parra. miky guerra
Música

«Lo de la composición surge por la necesidad de ser feliz»

María Parra | Compositora y pianista ·

Tras haber grabado a Debussy, Albéniz y Falla, publica un disco con sus propias obras

Viernes, 10 de julio 2020

María Parra ha recorrido un camino doble: el que va desde la intérprete a la compositora, y el que discurre entre la música clásica pura ... y un repertorio que hunde sus raíces en la misma pero que bebe también del jazz, el flamenco y otros géneros. Tras dos álbumes con obras de Debussy, Schumann, Albéniz, Granados y Falla, la pianista soriana, formada y residente durante muchos años en Cataluña, lanza 'Visión', un CD (disponible ya en digital, pronto en formato físico, sello Warner) integrado en exclusiva por obras suyas.

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- Firma con un sello de postín y debuta en el mismo con obras suyas. ¿La compositora pasa por delante de la pianista?

- Llevaba tiempo queriendo hacer un disco con mis obras. Sabía que estas no tienen el cariz de la clásica contemporánea, con el que no me siento identificada. La raíz de esto debemos buscarla en mi adolescencia, cuando me fui a Barcelona a estudiar y me integré en el Taller de Músicos porque quería zambullirme en otras cosas. Alrededor de los 16 años tuve una crisis porque en el Conservatorio tampoco había demasiados grandes profesores, así que me empapé de otros mundos, de manera que mi formación clásica se codeó con la moderna, y además a mí me gustaba mucho improvisar.

- Pero luego se ha dedicado a la clásica pura mucho tiempo.

- Tuve la oportunidad de continuar mis estudios a Nueva York pero por circunstancias de la vida terminé yendo a París y eso me orientó hacia la clásica, y dejé la faceta de compositora como un divertimento. Hasta que empecé a tocar algunas piezas en público, primero como 'bises' y luego poco a poco metiéndolas en el programa.

- ¿Y cómo las acogía el público?

- Muy bien. Tanto que al acabar muchas veces me decían que el repertorio clásico era bonito y lo tocaba bien, pero lo que más les había interesado era la parte personal. Fui cogiendo confianza y de forma progresiva dediqué más tiempo a componer.

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- Ya lo hacía antes. Sus dos discos anteriores llevaban una pieza suya cada uno.

- Sí, pero en 2018, durante dos meses que no tuve ningún concierto, me puse en serio a escribir. Y me encontré muy feliz haciéndolo. Me salió de dentro tanta música que decidí que quería hacer un disco y publicarlo en un sello que no tuviera solo clásica porque esto encaja más bien en lo que algunos llaman 'new classical' o 'piano crossover' y cosas así.

- ¿Cómo fue su llegada a Warner?

- Conectamos a través de varias personas y ellos tenían claro que fichaban a un pianista clásica que es compositora porque de no serlo probablemente no me hubieran cogido. Para mí ha sido fantástico porque he pasado de pagar mis propios discos y encima tener una mínima repercusión a algo muy diferente. En Spotify, con mis álbumes anteriores, tuve durante años 11 oyentes. En mes y medio con este disco voy por los 20.000. Estoy convencida de que esto me va a llevar a más público sin traicionarme.

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«En la clásica, hay personajes con poder para decidir si tú vales o no, y eso es muy cruel»

Influencias

- ¿Cómo se define como compositora?

- Compongo música que se mimetiza con el momento que vivo. Como 'escuchante' soy muy ecléctica porque oigo de todo, lo que incluye Berio, Nono o Stockhausen. El sustrato base de mis obras siempre es clásico, por formación y sensibilidad.

- Hay influencias claras del jazz y el flamenco.

- Son los dos ámbitos, junto a la clásica, a los que me siento más cercana. Mi primer disco de jazz fue de Bill Evans, que es quien yo hubiese querido ser de dedicarme al jazz.

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- ¿Por qué hay ahora un puñado de mujeres intérpretes que se han lanzado a componer?

- Creo que es casualidad... En mi caso, surge por la necesidad de ser feliz. En la clásica a veces es difícil serlo porque te obligan a haberlo demostrado todo antes de los 25 años. Hay personajes con poder para decidir si tú vales o no, y eso es muy cruel.

- ¿Qué va a hacer en lo sucesivo?

- Estoy en tierra de nadie y soy consciente de ello. Me pregunto a dónde voy artísticamente. De momento, a ver qué pasa con este disco. Durante la pandemia me he planteado qué hacía, si estudiar 'Gaspard de la Nuit' y los 'Études-Tableaux' de Rachmaninov, que quiero tocar y grabar, o seguir componiendo, y opté por eso. El resultado es que tengo 16 piezas más.

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- ¿Significa que dedicará menos tiempo a la interpretación?

- Sí, por la sensación de que soy más feliz con mis obras que tocando cosas que han escrito otros. Igual es mejor que el 'Gaspard' lo toque Yuja Wang. Mi padre era pintor y a veces me decía que yo solo reproducía, no creaba. Eso me animó a entrar en otros ámbitos. Al final, supongo que alcanzaré un equilibrio entre compositora e intérprete. Y dependerá también de lo que pida el público.

- ¿Qué ha pasado con el festival que dirigía en Tarragona?

- Es un festival muy ecléctico, con mucho talento no promocionado y verdaderas delicatessen. Este año hemos tenido que suspenderlo. El próximo, ya veremos. Quizá lo reformulemos y puede que me desprenda de parte de las tareas de gestión.

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