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B. G. M.
Sábado, 3 de febrero 2024, 00:00
A pesar de que en 1963 Bárbara Rose todavía mencionara la posibilidad de que el Arte Pop acabase siendo «una tormenta en un vaso de agua», a esas alturas era ya virtualmente imposible pasar por alto la efervescencia de una manera de entender el arte ... que, con la oposición a las premisas grandilocuentes del Expresionismo Abstracto como bandera y sin el menor asomo de escrúpulo o remordimiento, llevaba una década creciendo a base de hundir las uñas hasta hacer sangre en el Surrealismo y de beber del caudal inagotable del Dadaísmo sin dejar de lado las alusiones a cualquier otra vanguardia devenida en retaguardia.
En el número del 25 de mayo de ese mismo año, la revista 'Art International', con sede en Suiza, se hacía eco de una exposición que calificaba de «modesta». No era un foco de interés de la temporada -coincidía con una gran retrospectiva de Kandinsky, nada menos- pero, bajo el título 'Seis pintores y el objeto', reunía en el Guggenheim de Nueva York obras de Robert Rauschenberg, Jim Dine, Jasper Johns, Roy Lichtenstein, James Rosenquist y Andy Warhol. Prácticamente la alineación completa de lo que llegaría a ser la punta de lanza del Arte Pop en la costa este de USA.
El origen hay que buscarlo al otro lado del Atlántico. El comisario, Lawrence Alloway, era inglés, llegado desde el sur de Londres, y llevaba solamente dos años contratado por la Fundación Guggenheim. Antes de iniciar su carrera americana, todavía sin salir de su país, había reparado en la nueva tendencia -omnívora y rampante- y la había bautizado como 'arte popular de masas'. Alloway había tomado parte en la primera reunión del 'Independent Group', una libérrima asociación de artistas que ostenta el crédito de haber iniciado el Arte Pop. Compartían una inquietud contra las premisas heredadas y el deseo de subvertirlas. A sus ojos, la abstracción en cualquiera de sus formas carecía de sentido ante la avalancha de imágenes -netas, brillantes- que la publicidad comenzaba a producir a un ritmo de vértigo.
Esa primera reunión, con Eduardo Paolozzi como sumo pontífice, no se repetiría hasta dos años después y culminaría en la exposición de 1956, 'This is Tomorrow', celebrada en la Whitechapel, donde Richard Hamilton incluyó en el catálogo la primera de muchas obras icónicas del Pop: el collage '¿Qué es lo que hace a los hogares de hoy tan diferentes, tan atractivos?'
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