«Coco no deseaba sorprender ni crear infinitas colecciones»

- ¿Cómo se encuentra después del esfuerzo realizado?

- Estoy cansada pero muy contenta porque el público y la prensa están fascinados con Chanel y con esta exposición, que ocupa la totalidad del museo. Los visitantes descubren estas nuevas salas, que son maravillosas, rehabilitadas con el objetivo de respetar la arquitectura original del edificio y concebidas en origen como almacenes.

- ¿Qué aspecto tiene el nuevo Palais Galliera?

- Es un museo de la moda transformado, que, desde el 1 de octubre, abre a diario y que cuenta ahora con el doble de espacio expositivo, dos grandes plantas. Anteriormente solo teníamos una planta, en la que se organizaban exposiciones temporales, por lo general dos al año, y el resto del tiempo el museo permanecía cerrado al público. Ahora tenemos un proyecto de colección permanente, que narrará la historia de la moda desde el s. XVIII hasta la actualidad, y que presentaremos después de la colección de Chanel, en junio de 2021.

- ¿Un mito de la alta costura en un nuevo envoltorio?

- Aunque parezca mentira, hasta este momento no se había organizado una completa exposición sobre la figura de Chanel. Esta es una doble ocasión para descubrir no solo una retrospectiva en torno a Chanel, una mujer que dedicó toda su vida a la moda, desde 1910, hasta su fallecimiento, en 1971, lo que cubre una buena parte del s. XX, sino para apreciar también la transformación que hemos realizado, creando nuevas galerías con el fin de presentar exposiciones de gran envergadura.

- ¿Cuáles serán las siguientes muestras?

- En abril de 2021 tendremos una muestra sobre los 100 años de la revista 'Vogue' en su edición francesa. En junio, llevaremos a las nuevas galerías del sótano la colección permanente y, en octubre, presentaremos una retrospectiva sobre el fotógrafo de moda Paolo Roversi, u italiano que ha hecho toda su carrera en París. Uno de los grandes, de la generación de Peter Lindbergh, con un poético trabajo, que ha marcado la historia de la moda en los años 80, 90 y 2000.

- ¿Por qué Chanel para la reapertura?

- Porque es un referente que viste sus propias prendas, pone en el centro de la creación a la mujer e integra en la alta costura la noción de comodidad y de libertad de movimiento, criterios nada importantes hasta el s. XX e indisociables para ella del chic.

- ¿Era ella feminista?

- Gabrielle no se posicionó abiertamente con el feminismo, pero su idea de promover una nueva elegancia, unida al confort, tienen un importante papel, a mi modo de ver, en la historia de la mujer, aunque en realidad esa liberación no se haya completado.

- ¿Cuál es la procedencia de las piezas de la muestra?

- Hemos buscado las piezas más difíciles de localizar. La maison Chanel ha realizado un préstamo excepcional, pero también tenemos cesiones de EE UU, Latinoamérica, Berlín, de la colección de la familia real de Mónaco, varias piezas de Grace Kelly, o de Marlene Dietrich, que están en la cinemateca de Berlín. En total, son 167 siluetas o vestidos y unas 140 piezas de bisutería fina, joyerías de fantasía, procedentes de la Maison y de un coleccionista privado de Nueva York, claves para conocer la figura de Chanel.

- ¿Cómo era en realidad Gabrielle (Coco) Chanel?

- De ella hay muchas biografías y documentales y partíamos de muchos clichés. Mi comisaria, Véronique Belloir, y yo hemos constatado que conocíamos muy superficialmente la figura de Chanel. El proceso de preparación de esta exposición nos ha permitido redescubrir a Gabrielle y ha sido maravilloso.

- ¿Qué hay del debate en torno a la moda como arte?

- Parece que tenemos que justificar que la moda sea como una pintura de Picasso, para que esté en un museo, y no hay ninguna duda de que es una expresión artística y creativa. Hay creadores que hacen trabajos conceptuales, cuyos vestidos se pueden comparar a objetos como esculturas, porque son en 3D. La moda es un fenómeno sociocultural, nos construimos a través de lo que vestimos. Los vestidos son potentes herramientas de creación de identidad y de expresión política. Claro que la moda es la expresión artística de un determinado creador, como Balenciaga, pero no solo es eso. Podemos hablar de moda de muchas maneras y eso es lo que debe hacer un museo de la moda como éste. Combinar una retrospectiva sobre un gran creador, cuyo trabajo pueda ser considerado en términos artísticos, que no son todos, sino unos pocos y, al mismo tiempo, tratar temas que rodean a la moda y que son interesantísimos.

- ¿En qué otros aspectos es interesante la moda?

- La moda es fascinante desde el punto de vista tecnológico y es una de las industrias más potentes del mundo, a nivel económico. Es un reflejo de nuestro tiempo y un museo de la moda tiene la obligación de abordarla en todos estos términos. Desde la genialidad de un gran creador hasta la significación de la moda en nuestra sociedad y el papel de la moda en un determinado momento histórico. ¡Son tantas las cosas que podemos contar!

- ¿Estamos en un tiempo que urge una moda sostenible?

- Está claro. O nos repensamos a nosotros mismos y nuestra manera de consumir y lo hacemos de manear inmediata o ya se sabe cómo vamos a acabar. Se trata de comprar mejor, algo que esté mejor hecho y si es local, mucho mejor. Creíamos que este problema le iba a tocar a la siguiente generación; sin embargo, toca a la actual, a nosotros mismos, hacer cambios radicales e inmediatos. La Covid no es más que una consecuencia de este momento insostenible. Las medidas no solo afectan a la gobernanza mundial, sino que cada uno de nosotros tenemos que hacer una reflexión y cambiar radicalmente nuestra forma de vivir.

- ¿Chanel fue una visionaria en este aspecto?

- Fue fiel a un mismo estilo. Basó su trabajo en una serie de principios atemporales que giraron en torno a su filosofía de vida. Ella no quería sorprender cada temporada, sino que mantuvo un estilo propio de principio a fin y nos vale como referente en este momento. Chanel tenía otro concepto de la moda, desde el punto de vista creativo, unos principios muy claros y radicales. No deseaba sorprender, ni crear infinitas colecciones como ocurre ahora.