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ELISABETH G. IBORRA
Sábado, 28 de julio 2018
Esto va de las típicas dos amigas monísimas que son polos opuestos, tienen gustos completamente diferentes y se van juntas de vacaciones a ver qué les depara la vida. Y la vida, cómo no, se encarga de desmontarles todos sus esquemas y hacerles aprender aquello ... que se niegan a aceptar de sí mismas y de los demás.
En concreto, en este filme de Woody Allen tenemos a Vicky, muy conservadora y a punto de casarse con un ejecutivo aún más conservador; y a Cristina, bohemia y loca por los artistas tarados con desequilibrios emocionales. Ambas viajan a Barcelona –ese plató gigante que ha servido como escenario a innumerables películas y aquí se convierte en coprotagonista– para pasar el verano en casa de una pareja que las lleva a conocer la ciudad. Entre otros sitios, a una galería de arte en la que aparece el pintor que va a poner a ambas contra las cuerdas.
Director y guionista: Woody Allen. Producción: Estados Unidos/España, 2008.
Protagonistas: Rebecca Hall, Scarlett Johansson, Javier Bardem, Penélope Cruz.
Fotografía: Javier Aguirresarobe.
Atractivo como él solo, Juan Antonio (Javier Bardem) va directamente a por el trío pero, por circunstancias de esa vida que maneja los hilos a su antojo, se tiene que conformar con conquistarlas a una tras otra. La conservadora (Rebecca Hall) es la que más se resiste, pero cómo no podía ser de otra manera, la que más se engancha. Pero de momento es la bohemia (Scarlett Johansson) quien encuentra de repente lo que creía que buscaba, y ya se imagina como 'expat' en Barcelona, codeándose con todo el artisteo, mientras disfruta de su amor pacíficamente… Hasta que reaparece María Elena, la ex de su pintor, que está como una regadera. Por este papel de histérica celosa y autodestructiva, Penélope Cruz se llevó una cantidad de premios exagerada, entre ellos, un Oscar, un Goya y un BAFTA.
Pero por desquiciada que esté y por mucho que arriesgue su relación con Cristina, Juan Antonio no tiene corazón para abandonarla a su suerte, así que acaban conviviendo; por fin tiene su anhelado trío, con todo lo que ello conlleva entre tres bohemios, inestables emocionales y apasionados compulsivos.
Por otro lado, el perfecto prometido de Vicky tiene la magnífica idea de casarse en Barcelona y ella carece del valor necesario para negarse, para admitir lo que siente por Juan Antonio o para reconocer lo que está dejando de sentir por su pareja, con lo planeadito que lo tenía todo.
Todo el filme en general es muy propio de Woody Allen, con sus habituales diálogos sobre el amor y el sexo que de alguna manera sirven para empatizar e identificarnos con sus relaciones complicadas y sentimientos contradictorios.
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