«La ciencia se usó al servicio de los colonizadores»
Bernardo Díaz Nosty | Escritor ·
Narra el genocidio de los selk'nam , «un pueblo vigoroso y sabio» de Chile que no rendía culto a ningún diosSecciones
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Bernardo Díaz Nosty | Escritor ·
Narra el genocidio de los selk'nam , «un pueblo vigoroso y sabio» de Chile que no rendía culto a ningún diosBernardo Díaz Nosty se topó con un busto de un gran hombre asturiano en Punta Arenas, Chile, y ahí comenzó a investigar la historia de la colonización del sur del sur del país latinoamericano. Descubrió el genocidio de los selk'nam, base de la construcción ... del imperio de José Menéndez. En 'Sin Dios' (Espuela de plata), mientras otro asturiano -este imaginario- recorre el país en 1920 sorprendiéndose con todo, va narrando ese exterminio, que se parece a muchos otros pero tiene sus particularidades.
- Sabemos poco por aquí del trato que se dio a los pueblos originarios del sur de Chile, protagonistas en parte de 'Sin Dios'.
- Muy poco, muy poco, y tampoco demasiado en el propio Chile. Las historias que se han publicado siempre han sido muy orientadas por los colonizadores.
- ¿Cómo le surge esta idea?
- En un viaje. Yo viajaba mucho a América Latina y fui varias veces a Chile, un país larguísimo, por placer. El 20 de agosto, fiesta nacional por el nacimiento de Bernardo O'Higgins, estaba en Puerto Montt, no podía hacer nada, y vi el anuncio de un barco al sur, a Punta Arenas, donde hay un busto de un paisano asturiano, José Menéndez. Así empezó. Es una historia contradictoria la de este 'rey de la Patagonia', de sus afanes y logros. Debajo de aquello había otras capas: el exterminio de un pueblo poderoso, vigoroso, sabio, inteligente. Un primer problema, a ojos de los colonizadores y estudiosos, es que los selk'nam no tenían cultos.
- Eso es fundamental en la Historia...
- Los misioneros que iban allí estaban obsesionados con buscar rastros de creencias en todas las zonas del mundo. Y si no las encontraban, fabulaban. En su visión del mundo, tenía que haber un origen común, un mismo dios. Los selk'nam no tenían nada de eso. Y eso contribuye al exterminio.
- Acude en ayuda la 'ciencia', con todas las teorías sobre clasificación de cráneos y morfología.
- Es una muestra de la actividad científica orientada hacia el racismo, ponderando y midiendo en función de aspectos externos, eso era lo que decían que marcaba si el pueblo era evolucionado o no. Eran unas ideas peregrinas de seres abyectos. Había una parte empírica, con la medición y tal, pero poca verdad científica en los resultados.
- ¿La ciencia al servicio de los colonos, en realidad?
- Se utilizó así. Al servicio de los vencedores. Se hizo ver que los originarios de Tierra de Fuego eran pueblos sin posibilidad de evolución, salvajes que no podían asumir los retos del progreso y que eran una rémora. La literatura presente en Darwin fue asumida por la prensa que avalaba los procesos de colonización (chilena, inglesa, francesa) y sirvió a los intereses económicos.
- No hablamos de hace tanto, ¿verdad?
- Como quien dice ocurrió antes de ayer, hace un siglo; los herederos de estos protagonistas han llegado a nuestros días.
- ¿Hablamos de genocidio para apropiarse de la tierra?
- Las propias Naciones Unidas han calificado de genocidio lo que hicieron a los selk'nam. En los últimos años ha habido un vuelco en Chile sobre todo, un renacimiento del deseo de restituir, de repensar la Historia. Porque aunque fueron exterminados, sí hay mestizajes, herederos de aquellos pueblos que reivindican su memoria, su lengua, sus tradiciones. No los resucita, pero es necesario dar ese paso. Su lengua era de una gran riqueza, con muchos matices, policromática, con muchos sinónimos. Muestra cómo veían el mundo. El problema es que era una cultura oral y y fueron los misioneros los que recogieron y tradujeron las palabras. Eso da una visión distorsionada.
- Vamos con el asturiano Menéndez, ¿verdugo o no? Que al narrador Pertierra le cuentan versiones diferentes.
- Ya se ha escrito mucho sobre él y no hay duda. Fue uno de los promotores del exterminio, él pagaba a todos aquellos asesinos, sicarios, que actuaban policialmente en el territorio para eliminar a los indios. Como testimonio o premio, dejaban a los cadáveres sin orejas, se las llevaban como trofeos. Los deshumanizaban por completo, como cuentan los salesianos en la época.
- Todo eso es real, Pertierra es sin embargo un personaje de ficción. ¿Por qué alguien que está en tierra de nadie, tan al margen, cuando en el libro hay ejemplos de 'triunfadores' como Menéndez?
- Mira, la novela se iba a titular 'Perdedores'. A mí me inquieta la gente noble, honesta, sin habilidad para el engaño; el narrador sobrevive mejor que otros, pero está lejos de alcanzar un nivel óptimo vital. Pertierra es un perdedor más de los muchos perdedores cotidianos que tenemos en nuestra sociedad. Un precario más.
- ¿Para que haya un gran ganador siempre hay muchos precarios?
- En efecto. Y la condición humana, desde el punto de vista biológico (fortaleza o inteligencia) nunca ha marcado una diferencia tan acusada como lo hace la riqueza. Es la capacidad de acumulación, la codicia, ese 'gen' de piratear, de robar, a veces utilizando no solo las buenas artes sino asesinando, derrocando, oponiendo. Es lo que nos define como seres humanos. Y yo no me defino como pesimista pero... Es como los que se reúnen en Davos: entre ellos no hay ningún perdedor, es un encuentro de ganadores.
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