Las chicas de Mayo
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Jorge Amat ha realizado un documental sobre las mujeres que participaron en la revuelta parisina de 1968, pioneras del feminismo modernoABRAHAM DE AMÉZAGA
Sábado, 25 de mayo 2019
Si hay algo que no atrae en absoluto al franco-español Jorge Amat (París, 1949) cuando se trata un tema, es que siempre sea el testimonio masculino el que tenga protagonismo; o peor aún, que sea este el que prevalezca. Y para muestra, un botón: ... el caso de las revueltas de Mayo del 68, de las que el pasado año se celebraba el cincuenta aniversario. «Así como los hombres decían prácticamente lo mismo, y desde un espíritu derrotista, la actitud de las mujeres era positiva, porque según ellas habían ganado una batalla», explica a 'Territorios' en la capital francesa quien fuera asistente de Fernando Arrabal.
El tema no le era ajeno: hace una década empezó a rodar para la página web del diario galo 'Le Monde' sobre Mayo del 68. «Antes del aniversario del pasado año, me sugirieron que utilizara el material que ya tenía, ampliándolo con otros testimonios». Y apuesta por las mujeres, no solo porque nunca antes se había fijado el foco en ellas con total intensidad, sino también, como explica, porque estábamos frente a una lucha de mujeres «que habían empezado sin los hombres, para cambiar la sociedad». Esto le interesa, decidiendo elaborar una lista y lanzándose a entrevistarlas, a grabar sus testimonios. Es cuando se da cuenta de que ellas «habían vivido otro mayo en paralelo, nada que ver con el masculino», señala.
Mientras ellos tienen como ideología la toma del poder, las mujeres quieren modificar el rumbo social. Graba por eso a alrededor de treinta féminas, y la película va evolucionando conforme se va construyendo. El montaje de las cuatrocientas horas de grabación se revela arduo y sobre todo largo: más de un año. Hay que encontrar, además, fotos de la época, vídeos…, encajando las respuestas con mayor caudal de información y sobre todo crear una empatía con quienes lo verán. Una especie de puzzle, que ve ahora la luz bajo el título de 'Filles de mai. Voix de femmes, de 1968 au féminisme' (Chicas de mayo. Voces de mujeres, de 1968 al feminismo), una película documental de 91 minutos de duración.
Aunque muchos fuera de Francia creen que las contiendas estudiantiles del 68 se ciñeron a París, y en concreto a su orilla izquierda del Sena, es en la localidad limítrofe de Nanterre, y en su Universidad, donde estalla la llama en marzo de ese año. Son jóvenes muy 'engagés' (comprometidos) ideológicamente, muy de izquierdas y en contra del arresto de manifestantes opuestos a la guerra de Vietnam. Es en esta facultad donde «había una anarquía sexual, algo que nadie cuenta. Una de las participantes en el documental, me dijo que en aquel momento no se podían quedar vírgenes», siendo ellas por tanto las que empiezan a elegir partenaire.
Conviene recordar que fue el año anterior, 1967, cuando se autorizó la píldora en la Francia dirigida por un general –votado–, De Gaulle, y que esa juventud que no conoció la Segunda Guerra Mundial clama por un mundo nuevo, en el que lógicamente se cuente con ellos. Jorge Amat tiene por entonces 19 años; un francés con pasaporte español, cuyos padres, el conocido dirigente comunista Federico Melchor y la pintora Victoria Amat, habían huido del país en cuanto Franco se hace con el poder. Sobra explicar el motivo.
Al ir avanzando los minutos en 'Filles de mai', que es un relato personal de la treintena de sus participantes, plagado de anécdotas inéditas y reflexiones, el espectador se percata de que cae por los suelos la idea de que los hombres habían tomado el poder en la universidad y, lo más importante, se palpa «un discurso feminista autónomo». Mucho antes de que un movimiento como Femen surja, en esa época ya «hubo chicas que se pusieron desnudas en un mitin en el centro de París, y esto provocó una enorme pelea», recuerda el cineasta, cuya película se extiende por deseo propio hasta principios de los 70, con el nacimiento del MLF (Mouvement de Libération des Femmes).
Gran número de mujeres del documental, francesas de la capital y de su región, han llegado a tener puestos importantes a nivel profesional –hay ayudantes de antiguos ministros galos, premios Médicis, biógrafas de Lacan y Freud…–, y se conocían entre sí. En más de un caso, habían pasado treinta o cuarenta años desde la última vez que se vieron, con lo que en el transcurso del rodaje las emociones fueron notables. Y porque detrás de cada una de ellas, además de una vida, hay un nombre y un apellido, he aquí la lista: Anne Querrien, Mireille Nathan Murat, Sophie Bouchet Petersen, Geneviève Fraisse, Isabelle Saint Saëns, Nicole Lapierre, Adrienne Larue, Danielle Jaeggi, Isabelle Roudinesco, Laurence Carril, Danièle Linhart, Rose Meunier, Rosine Feferman, Chantal Lermyte, Talila, Florence Prudhomme, Christine Buci-Glucksmann, Michèle Collin, Sonia Fayman, Isabelle Rathery, Anne Zelensky, Jacqueline Feldman, Dominique Gougguenheim, Macha Méril, Marielle Burkhalter, Michèle Katz, Valérie Lagrange, Catherine Faux y Tanith Noble.
Si la película tiene éxito en Francia, ¿por qué no hacer una versión española? Amat, que con anterioridad realizó documentales políticos sobre resistentes a la opresión –las Brigadas Internacionales en España, la extrema izquierda italiana y la mafia en Sicilia, entre otros temas–, comenta que con un productor amigo barajaron la idea de hacer una versión franco-española, con diez mujeres de cada país. «Encontramos en Madrid y Barcelona chicas que habían vivido las revueltas parisinas, con cosas muy interesantes que contar, lo que ocurre es que a ninguna de las televisiones españolas las ha seducido la idea. Quizá en un futuro», apunta.
Por el momento, su película, preestrenada en un cine de la capital gala, en un evento auspiciado por el colectivo Espagnolas en París, pone otro rostro al Mayo del 68, no solo el de las mujeres, sino al de ese feminismo moderno y estructurado que surgió entonces. Para formar parte de él, «bastaba con ser mujer, consciente de la opresión y deseosa de combatirla», como recordaría Simone de Beauvoir.
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