El arte de las transparencias

Es un viaje por el tiempo, desde sus comienzos en la maison Dior, donde crearía su colección Trapecio, hasta su adiós a la moda, a principios del XXI, o «su primera muerte», en palabras de Pierre Bergé, su socio y compañero. Un recorrido en el que se muestran tres centenares de objetos, entre los que destacan sesenta y cinco looks, la mayoría de las colecciones de alta costura de la casa que en 1961 fundó el modisto.

Polémico, no dudó en posar desnudo para la promoción de su primer perfume masculino, en 1971, ante el objetivo de Jeanloup Sieff. Es esa imagen la que da la bienvenida al visitante, junto al más que sugerente modelo de noche negro con encaje que descubría buena parte de la espalda hasta el comienzo de las nalgas y que también retrató Sieff. «Saint Laurent sintió un gran amor y respeto por el cuerpo de la mujer. Él, que tuvo como mentores a Chanel y Dior, lo acompañará en ese recorrido de libertad, conservando al mismo tiempo su sensualidad», explica Shazia Boucher, una de las comisarias, quien señala con orgullo que «hay piezas que se exponen por vez primera». Las más antiguas de su firma que se pueden ver son un vestido y un abrigo de 1964. Es grato descubrir su primer esmoquin-bermuda, así como dos creaciones inspiradas en maestros del arte español de la talla de Goya y Picasso.

Mención especial merecen las instantáneas de la fotógrafa y artista contemporánea Patricia Canino en la escenografía y el catálogo; un recorrido no solo de prendas y complementos, sino también de dibujos, croquis, muestras de tejidos, como organza y tul; fotos de modelos, extractos en forma de vídeo de algunos de sus desfiles… que permiten comprender al mismo tiempo la manera de trabajar de la mítica firma y su relación con los fabricantes de tejidos.

Son tres los temas en torno a los cuales se ha organizado la muestra: el cuerpo desvelado, el cuerpo mostrado y el cuerpo adornado. Tres inteligentes modos de presentar las transparencias, donde lógicamente el encaje de la región de Calais es uno de sus protagonistas. Un oficio que llegaría a proporcionar empleo, en sus mejores tiempos, a más de treinta mil personas. En la actualidad, son escasísimos los talleres de encaje que quedan allí, y dan trabajo solo a alrededor de doscientas personas.

Moderno y osado, Saint Laurent dejó una amplia producción, también escritural y de bocetos. Entre las frases que se pueden leer a lo largo de la exposición, escritas de su puño y letra y reproducidas en gran formato, se encuentra aquella referida a lo que mejor viste a una mujer: «los brazos del hombre que la ama». Eso sí, para el resto, «aquí estoy», apuntaba. Un tímido enfermizo, cuya genialidad alcanzó el mayor de los esplendores en la década de los 70.

La muestra, que se puede ver hasta el 12 de noviembre, viajará en 2024 de Calais al museo Yves Saint Laurent parisino. Precisamente en este último, hasta el 14 de enero del año próximo, se puede disfrutar de la exposición 'Formes' (Formas): un recorrido en el que se percibe la influencia en su moda de las diferentes corrientes artísticas, y que se combina con la obra creada por la alemana Claudia Wieser.