Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Febrero es el mes de Machado, pues se recuerda más su muerte, triste y trágica, un 22 de febrero, que su nacimiento. Don Antonio representa el destino y la memoria de los derrotados, los desheredados que cantó León Felipe. Ambos, junto con Lorca, Juan Ramón ... y Hernández, poetas de la dignidad colectiva, perduran.
La humanidad de don Antonio se proyecta en el presente, con nostalgia de futuro, historia que se hace y deshace, pues no estaba el ayer ni el mañana escrito. Su pensamiento histórico y político está en sus decires y pensares, su Mairena, que resume del ideario de la I. Libre de Enseñanza. El poeta y periodista Rodolfo Serrano nos ofrece ahora un primoroso libro, 'Machado. Del mañana efímero. Escritos políticos para el s. XXI', en una editorial con aliento machadiano: Hoy es siempre. Prologado por Benjamín Prado, recoge una selección cuidada de textos, artículos, cartas y entrevistas, agrupados en el primer caso por temáticas (condición humana, religión, política, república, Guerra Civil). Es un libro de ayuda que acerca pedagógicamente la filosofía de vida de Machado, especialmente para jóvenes. Porque don Antonio, en esencia, era un filósofo, aunque él prefería a Unamuno.
Esta lectura nos lleva a otra, ensayo minucioso y crítico de Pedro Menchén, 'Ortega y Gasset y Antonio Machado. El dilema de las dos Españas' (Ars Poética). Se han escrito otros libros sobre el dipolo Unamuno-Machado, pero este de Menchén resuelve la relación de Ortega (filósofo de, por y para la élite) y Machado (filósofo demófilo, cantor del alma y sabiduría popular). Aunque hay una foto en que ambos, con Marañón y P. De Ayala, presentan en Segovia la Agrupación para la Defensa de la República, su distancia ideológica, filosófica y humana era radical. Ortega traicionó a la República que decía preferir («No es esto»); Machado, aunque crítico, fiel al ideario republicano hasta la muerte. Don Antonio pasó la guerra dentro, con el pueblo; Ortega, Marañón y Ayala (la élite), en París. Menchén, compara a ambos: Machado, un señorito pobre, y Ortega, señorito rico. Enorme distancia. Pero lo que más les distanció fue 'La rebelión de las masas', libro que disgustó tanto a Machado y encantó tanto a Primo de Rivera. Dos Españas, no: dos mundos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.