«Al amor le das el tiempo que te sobra»
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Lecturas ·
Cuenta la historia de una pareja que vive su relación sin convenciones, «como un milagro», y que será analizada desde el siglo XXII, cuando ese sentimiento ya no existaEl escritor argentino Juan José Becerra antes planificaba los libros de pe a pa, como haría «un arquitecto con su casa». Un día, durante una mudanza, encontró algunos de esos papeles que le habían guiado a la hora de escribir una de sus novelas... y ... dice que sintió bastante pena por sí mismo y por la novela porque aquello era todo «muy estalinista». Si uno piensa, como hace él, que la escritura es un ejercicio de libertad -o el mayor ejercicio de libertad que queda- lo mejor es olvidarse de planificar toda la estructura. «Ahora empiezo por un tema o un chispazo y trato de ver de qué modo se ramifica». Así que cuando habla de 'Amor' (Candaya), la novela con la que ha estado de gira por España, reconoce que lo hace mirando atrás, porque todo eso que ahora puede explicar sobre esta historia no lo sabía mientras la escribía.
Los protagonistas son Marcial Ledesma y China del Río, nombres ficticios de un poeta y una editora que se enamoran y se trabajan su amor en el siglo XXI mientras un colega escribe sobre ellos y que serán analizados desde el siglo XXII, cuando el amor ya no exista. En el libro encontramos un estudio sobre los archivos que dejó la editora para la posteridad y la novela en la que se cuenta su historia de amor con el poeta. Se dice que «los hechos pedían su literatura y esa era la verdadera finalidad de su existencia», una frase que puede aplicarse a la manera de vivir el amor que tienen los dos protagonistas.
- Parece que Marcial Ledesma y China del Río se aman para contarlo, o para que otros lo cuenten. Guardan todos los mensajes que se han enviado.
- Ellos son como unos 'performers' del amor. Quieren que lo que sienten se salga del ritual tedioso que se cumple habitualmente, quieren convertirlo en un milagro. Quieren vivirlo sin referencias ni protección material, saben que en condiciones adversas el amor florece.
-¿Se trata de diferenciarlo del de los demás?
- El amor es un producto cultural y como tal tiene su repertorio, sus actividades programadas. Hay una progresión habitual: quedar, salir a cenar, presentar a la familia, antes casarse, ahora convivir. Esa es la línea de montaje del amor. Y a ellos yo los veo como neopunks, personas que quieren diferenciarse de la historia tradicional del amor, pero esa diferencia en la vida social implica un costo. Son como combatientes, están en guerra.
- Se empeñan mucho...
- Es que la dinámica es muy adictiva. Ellos quieren que su amor sea en parte algo artístico. A mí me gusta verlo: al enamorado lo ves venir, es como un borracho, es una enfermedad encantadora para verla.
- En ese año 2123 en el que el archivo visual, textual y sonoro de la pareja sirve para atestiguar que en el pasado existió algo llamado amor, se dice que este no existe. Tal y como siempre hablamos del de pareja, ¿existe?
- Bueno, medio está pasando... Intento escribir sobre un futuro que se parezca al presente, y si todo va a desaparecer tal y como se nos dice -los libros, los autores, yo qué sé- por qué no el amor. También es posible que después regrese, eso pasa. Pero sí que creo que hay un neonarcisismo más allá del clásico que no necesita ni espectadores porque todo se hace por y para uno mismo. En esa nueva vanidad, para qué entregar nada a otro. Yo no soy sociólogo, pero creo que la tecnología ha traído eso, una aceleración total de la entrega de lo de uno a los demás pero sin contacto afectivo, que es cada vez más difícil de movilizar, con lo que todo el mundo se queda solo. Hay un regodeo en una identidad imaginaria, como una iglesia personal, de culto a uno mismo... y ahí no se adora al otro.
- ¿Ahí influye, como se dice en el libro, la falta de tiempo en la sociedad productiva?
- El amor también es una actividad marginal, le das el tiempo que te sobra. Uno tiene que rendir, producir contra viento y marea, y después viene lo demás. Y al mismo tiempo, esa marginalidad del amor tiene su propio mercado: San Valentín es la Navidad del amor, todo hay que comprarlo, se vende de todo para el amor, cuando debería ser lo gratuito de nuestras vidas. El amor también tiene su variante productiva. Yo siento esa presión. El placer es una actividad muy secundaria.
- ¿La China y Marcial son, entonces, dos rebeldes, dos antisistema, dedicándole tanto tiempo a pensar y realizar su amor?
- Ella lo es más. La mujer es un animal más sofisticado que el varón, en la naturaleza ella sería la predadora simplemente por inteligencia, es la que tiene la iniciativa. El hombre es como un hijo siempre, no va nunca a la vanguardia. A lo sumo protege, ejerce de protector. Que quede claro que el varón es de alguna manera un apéndice de la mujer, que es objeto de adoración y de dominio; el hombre es su satélite, admira y aprende, le es imposible penetrar en su cabeza y saber qué siente.
-¿Una novela sobre el amor... y sobre el tiempo?
- El tiempo es el gran problema, y dentro de él, el gran tema secundario es el amor. Yo escribo estas cosas preguntándome por ellos, porque la ignorancia te da voluntad de saber.
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